La firma encuestadora Gallup dio a conocer esta semana un estudio de opinión sobre temas políticos y electorales, y aparte de los datos sobre los candidatos y los partidos, parecen datos relevantes sobre la credibilidad del organismo electoral responsable de llevar a feliz término las elecciones municipales, congresuales y presidenciales.
El 72 por ciento de los ciudadanos encuestados califica de muy bueno y bueno el trabajo de la JCE en la organización y puesta en marcha de las elecciones municipales de febrero pasado, con apenas un 13 por ciento que considera que esas elecciones fueron malas o muy malas en su proceso organizativo.
Un 9.7 por ciento de los encuestados consideró que el trabajo de la JCE no fue ni bueno ni malo, con lo cual la credibilidad de las autoridades electorales podría contar con hasta el 75 por ciento de los electores dominicanos. Ese porcentaje está muy por encima de la valoración que tienen los responsables de organizar elecciones en cualquier lugar del mundo.
En esta misma encuesta no aparece ningún elemento nocivo sobre el proceso electoral de febrero pasado. Cuando se pregunta a los encuestados si asistió a votar o no, el 75.5 por ciento dijo que acudió a los centros de votación y un 24.5 dijo que no acudió.
Y cuando se hace la pregunta, a los que no asistieron a votar, por qué razones no lo hicieron, las causas que explicaron son perfectamente atendibles: El 22.9 por ciento dijo que no tenía deseos de votar, el 15.3 dijo que tuvo dificultades para ir a votar, y un 13.3 por ciento dijo que no tenía simpatías por ninguno de los candidatos que se presentaban en su demarcación electoral. Luego hay otras razones, siempre más pequeñas, que no indican ningún proceso fraudulento o que hayan sido inducidos para ser parte del proceso electoral.
Celebramos que la JCE y autoridades electorales, incluyendo la policía militar electoral y el procurador electoral, cuenten con la aprobación más amplia de la sociedad dominicana, para que en las elecciones de mayo próximo no se repitan los alegatos de las razones, supuestamente maliciosas, por las que las elecciones resultaron como los electores decidan.
El proceso electoral de mayo próximo debe ser blindado con las máximas seguridades, y esas cualidades comienzan con la amplia credibilidad de la Junta Central Electoral.