Parecería un absurdo jurídico que una litis judicial en curso pudiese sobreponerse a una declaratoria de utilidad pública del Poder Ejecutivo. Pero eso es lo que ha declarado recientemente nuestro ministro de Turismo para explicar la parálisis que impide el desarrollo del centro de convenciones de Santo Domingo en terrenos del que fuera el Hotel Hispaniola (HH). Según el funcionario, habrá que buscar otra localización para el proyecto. De ahí que valga la penar sugerir algunas alternativas viables que deben ponderarse.

La mayoría de los que han opinado sobre el tema de la localización siempre han tenido al Malecón como el lugar mas ideo para el centro. De hecho, hay varios lugares donde este puede desarrollarse y hacer provecho de la cercanía con el Centro Histórico de la ciudad. Aunque haya que admitir que hasta que no se viabilice un mejor puente sobre el Rio Ozama, para empalmarlo con la Avenida de Las Americas el trafico entre el Malecón y el Aeropuerto de Las Americas sería algo dificultoso.

Pero la primera involucra el antiguo Hotel Santo Domingo (HSD). Mientras los terrenos del Hispaniola tienen unos 35,000 m2, los del otro hotel son mas amplios, llegando a unos 64,500. Solo esa diferencia en el espacio aconseja mudar el proyecto. No hay que olvidar que el mejor estudio sobre la localización más deseable del centro de convenciones, hecho por la consultora ITB Berlín en el 2008, concluyo que la mejor era donde hoy funciona el Hospital Robert Reid, una opción que hoy es menos factible por las edificaciones (en construcción) que se le están añadiendo. Dado ese precedente se justifica que el HSD, al estar adyacente al Hospital, sea la primera y más deseable opción actualmente. Y hasta podría pensarse que, para evitar comprarlo, el Estado se lo cambie por el Hotel Jaragua, con los debidos ajustes.Captura-de-Pantalla-2024-11-28-a-las-3.14.37-p.-m.

La segunda más apetecible opción es el solar donde esta ubicado el edificio de lo que seria el Hotel El Prado, hoy abandonado por casi 20 años y cuyo propietario parcial es el Banco Central. Ese proyecto se vislumbraba con 18 pisos, 254 habitaciones y un centro de convenciones, pero una litis judicial lo tiene secuestrado también. En su solar hay suficiente terreno ocioso para albergar el centro de convenciones, pero lo ideal seria que el otro edificio ocioso, la torre Veiramar de 19 pisos, también sea convertido en hotel y que los salones para reuniones se ubiquen entre las dos moles hoteleras. Al estar frente a Guibia esta ubicación luce muy apetecible, pero requeriría de una negociación con el Estado para aniquilar los entuertos.

Una tercera opción seria similar a la anterior. El amplio espacio existente entre los hoteles Jaragua y Sheraton, el primero de propiedad estatal y propietario de los terrenos a utilizarse, podría muy bien albergar los salones del centro (ver gráfica). Esa ubicación del Malecón luce muy apetecible por la accesibilidad y entornos despejados. Tener los dos hoteles adyacente brindaría a los usuarios del centro una extraordinaria comodidad.  Las canchas de tenis de los hoteles tendrían que ubicarse en los parqueos que colindan con la Avenida Independencia. Y buscar un sitio subterráneo para el parqueo de los autobuses. Pero también podría comprarse la vivienda que le queda adyacente al oeste del Jaragua con esos fines, o el siguiente solar hoy vacío.

Finalmente, el Estado podría usar otros terrenos de su propiedad que están en el Malecón. Uno de ellos queda en los alrededores del IMPOSDOM en el Centro de los Héroes. Demoliendo los edificios del antiguo Teatro Agua y Luz y de las direcciones de Pasaportes y Migración se consigue terreno sobrante. La otra opción es, por supuesto, la Feria Ganadera, un solar de 164,000 m2 que tiene muy escaso uso. Ahí podría ubicarse no solo el centro sino también un gigantesco mall que atienda a todo el entorno civil. Así concebido, el proyecto se presta para una alianza público-privada. Y el decreto del presidente Fernandez que le otorgó ese sitio a la Federación de Ganaderos tendría que ser derogado por una declaratoria de utilidad pública.

En cualquiera de los casos citados se requerirá de un nuevo diseño arquitectónico para el proyecto. Pero lo anterior sugiere que la localización del centro de convenciones no es un gran obstáculo. Lo que es más difícil es la orquestación del proyecto correspondiente una vez se haya decidido la ubicación. El actual ministro de Turismo se anotaría un tanto histórico si logra que la Asociacion de Hoteles de Santo Domingo mantenga su otrora propuesta de cobrar dos dólares adicionales por habitación ocupada a fin de que el dinero se use para la materialización del proyecto del centro. Y si logra armar el muñeco e iniciar la construcción, ese sería el legado más importante de su gestión por la dinamización económica que implica para la ciudad capital.