Cada persona conoce un amigo, o la historia de un migrante que le dice adiós a su país en busca de mejores oportunidades escolares, laborales y familiares, debido a diferentes situaciones sociales y económicas en la nación que lo vio crecer. La minoría es hijo o nieto de padres y abuelos que emigraron décadas atrás para proveer una mejor calidad de vida.

Una vez establecido en situación de regularidad, envía cada mes a sus familiares remesas como una forma de solventar sus gastos, contribuir con las finanzas personales, pagar deudas, y a mediano y largo plazo, contribuyen en la creación de activos para el momento de su retiro.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) es aún más específica: los migrantes envían el 15 % de sus ingresos, y una de cada nueve personas en el mundo es beneficiaria.

Aquí la cifra: 148.3 dominicanos por cada 1,000 habitantes son migrantes en el extranjero, para un total de 2,846,716 dominicanos residentes en el exterior al cierre del 2023, de acuerdo con el Instituto de Dominicanos y Dominicanas en el Exterior (Index).

De los cerca de 3.5 millones de hogares, más de 400,000 reciben remesas, lo que representa el 11.8 %. En los 400,000 hogares que reciben remesas, según el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), estas representan alrededor del 26 % de los ingresos que reciben.

El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees) indicó que el 27.3 % de los ingresos por divisas de República Dominicana se debe a las remesas. “Esta dependencia creciente de los recursos enviados desde el extranjero, en lugar de ingresos por exportaciones de bienes y servicios producidos localmente puede llegar a plantear serios desafíos para la sostenibilidad económica del país”.

Remesas como “vía” de salvación financiera

Un informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) publicado en 2021 señala que la emigración “es el resultado de la incapacidad de la economía y la sociedad dominicana de garantizar una vida digna a la población. No es un problema de recursos, sino de distribución más equitativa de la riqueza que generaba el país y mejores servicios públicos”.

De hecho, el Latinobarómetro estableció que para 2018, el 53 % de los dominicanos pensó en la posibilidad de irse a vivir al extranjero, donde el 63.7 % fueron jóvenes desde 15 a 25 años. Solo superado por Venezuela, que situó el promedio en 53.2 %.

Un dominicano en Estados Unidos recibe un ingreso promedio del trabajo (US$ 3,974) que es 9.8 veces el ingreso promedio del trabajador dominicano en Quisqueya (US$ 406).

El ingreso promedio anual por emigrantes es de US$ 21,757, mientras que en República Dominicana, el producto interno bruto (PIB) por habitante es de US$ 8,583, es decir, el 39 % de lo que devenga un dominicano residente en Estados Unidos.

El producto interno bruto (PIB) per cápita significa el monto de dinero que le correspondería a cada habitante de una nación.

Entre 2010 y 2023, República Dominicana ha consolidado un monto de US$ 88,920.2 millones por concepto de flujos de remesas formales. De hecho, cada año el Banco Central dominicano (BCRD) señala que las remesas familiares recibidas aumentan. En 2010 se situaron en US$ 3,682.9 millones y en 2020 alcanzaron los US$ 8,219.3 millones, o sea, casi 2.5 veces más en un lapso de 10 años.

En 2021, el monto llegó a 10,402.5 millones, el más alto recibido durante los últimos 14 años, representó un incremento de 26.5 % respecto al 2019 y una variación negativa de -5.2 % comparado con el 2022, cuando se recibieron US$ 9,856.5 millones.

Desde enero hasta julio del 2024 llegaron US$ 6,160.2 millones, una variación de 4.2 % respecto a los US$ 5,909.3 millones de igual período del 2023. En términos absolutos equivale a US$ 250.9 millones más.

En julio de este año, el país recibió US$ 921.9 millones, donde US$ 428.7 millones se quedó en la región Ozama, el Este con US$ 66.4 millones y el Norte con US$ 337.4 millones. El Sur solo recibió US$ 89.4 millones.

Para ese mes, el recibo per cápita por concepto de remesa familiar fue de US$ 85.4 en promedio, donde el Ozama se posicionó con US$ 102.8 el de mayor monto, en tanto, el Norte con US$ 97.2, el Este fue de US$ 49.2, el Sur con US$ 49.5.

De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el 14.8 % de las personas que reciben remesas son divorciados, seguido del 14.4 % del viudo. El 8.8 % son separados, 7.6 % casados y 4.3 % unión libre. Solo el 1.5 % es soltero. El 8.7 % de la población es inactiva, 6.3 % desocupado, 4.0% ocupado y 4.1 % PEA. El 5.6 % de quienes reciben remesas son 40-59 años, el 11 % más de 60 años, 5.3 % entre 25-39 años, 2.2 % entre 15 y 24 años.

Pero, desde República Dominicana también se envían remesas. Durante el 2023, el monto fue de US$ 862.2 millones, un 21.7 % más que los US$ 708.8 millones del 2022. Del total, el 61 % se envía hacia Haití, el 22.5 % a Estados Unidos y el 3 % a México.

Alta dependencia a Estados Unidos

Además de ser el socio comercial, el primer país emisor de turistas, el de mayor capital extranjero invertido, el BCRD señala que Estados Unidos es el principal país emisor de remesas, con el 84.5 % del total en 2023. No es de extrañar, ya que 2,396,784 dominicanos viven en el país ubicado entre Canadá y México.

Datos del BCRD registran que el 35.6 % de las remesas se quedan en el Distrito Nacional, seguido del 13.7 % en Santiago y 9 % en Santo Domingo, conformando el % del total. Las provincias de Duarte (4.7 %), La Vega (3.8 %), Peravia (3.3 %), San Cristóbal (2.9 %), Puerto Plata (3.1 %) y Espaillat (2.1 %), le continúan. La región Sur conforma el 12.9 %.

Si bien el promedio recibido de manera formal es de US$ 261.4, el monto aumenta o disminuye según el país emisor. Por ejemplo, si bien Estados Unidos es el principal emisor, su monto es de US$ 253.2, ubicándose en el octavo lugar, solo superando a Panamá (US$ 205.5) y Puerto Rico (US$ 199.1).

Suiza es quien envía más remesas, con US$ 532.1, US$ 165.2 más que Estados Unidos; pese a que el país europeo registra una población de 5,799 dominicanos, menos del 0.2 % de la diáspora, seguido de España (US$ 366.9) y Haití (US$ 366.8).

Los países europeos de Alemania, Francia e Italia envían US$ 378.2, US$ 329.1 y US$ 310.8, respectivamente. En tanto, Canadá reporta una cifra de US$ 270.9.
El 52.6 % de las remesas recibidas quedan en manos del hombre, mientras que el 47.4 % en mujeres.

“República Dominicana debe buscar aprovechar su posición privilegiada al ser uno de los 20 países en el mundo con un acuerdo comercial con Estados Unidos, donde se debe sacar ventaja a la generación de riqueza y se motive a las personas a producir y comercializar bienes locales, en vez de seguir dependiendo de riqueza extranjera”.

Remesas a nivel regional

Según el Banco Mundial (BM), en 2012 las remesas hacia los países en desarrollo se estimaron en US$ 401 billones, excediendo la asistencia social oficial, la deuda privada y la inversión de cartera en la mayoría de los países receptores.

En República Dominicana, las remesas constituyen la tercera fuente de divisas, después de las exportaciones y el turismo, representando durante la última década un promedio de flujos equivalente al 6 % del producto interno bruto (PIB).

Según el Current Population Survey, los inmigrantes procedentes de América Latina y el Caribe en Estados Unidos totalizan 23.1 millones, más de 533,548 más respecto el 2022.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destacó que durante el 2023 se recibieron US$ 155,900 millones por concepto de remesas en América Latina y el Caribe. De esta cifra, US$ 64,247 millones llegaron a México, US$ 43,977 millones a América Central, US$ 18,176 en el Caribe y US$ 29,508 millones a América del Sur.

“Los flujos migratorios no tienen efecto inmediato en las remesas, ya que los migrantes requieren instalarse y conseguir trabajo antes de poder iniciar el envío de remesas”, destaca el BID.