Es miércoles. El reloj marca las 11:00 de la mañana. En el exterior se ven aviones de diferentes aerolíneas aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, los autobuses interurbanos recogen pasajeros, el capital humano del sector construcción levanta las estructuras de los futuros complejos hoteleros.
Pero es en el centro comercial Blue Mall, donde la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores) está realizando la feria Exposición Comercial 2024 que reúne a 166 empresas que ofertarán sus bienes y servicios durante los próximos tres días.
La región Este recibe el 40 % de los pasajeros no residentes que llegan vía aérea, convirtiéndose en uno de los principales destinos predilectos para hacer turismo.
Además, se convierte en un municipio clave para reunir a los principales actores de la industria de viajes que genera unos 400,000 empleos informales y formales.
Al recorrer el centro comercial, unas 50 sillas de plástico color transparente son adornadas con almohadas blancas y serán ocupadas por los invitados, funcionarios y algunos empresarios del sector turístico. Al frente, tres pantallas gigantes muestran el café y una piscina, mientras que en la central está el logo de Asonahores.
Las personas están vestidas, en su mayoría, de chacabana blanca y zapatos negros; otros visten de negro y cargan en sus hombros y brazos mochilas de equipos fotográficos, que buscan capturar el momento idóneo de su cliente, director o superior.
Justo 27 minutos después de las 11:00; la maestra de ceremonia anuncia el discurso de Aguie Lendor.
Lendor subrayó la importancia estratégica del sector privado y la banca tradicional, fundamentales para el desarrollo de proyectos turísticos y gastronómicos en el país. “El sector turismo sigue siendo un motor de crecimiento”, afirmó, y su discurso fue cortado por breves aplausos y los cientos de flashes fotográficos que capturaban su ponencia.
Señaló, entre risas y asentimiento de cabeza, que la nación ubicada en el Caribe se prepara para recibir más de 10 millones de visitantes, lo que conllevará la necesidad de incorporar más micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) al encadenamiento productivo.
La cifra de 86,000 habitaciones en operación en República Dominicana resonó entre los asistentes, como un símbolo de la inversión en un sector que promete “bienestar y disfrute durante la estadía de los turistas no residentes” de unas ocho noches y un gasto promedio de US$ 130.
La feria, explicó Lendor, no solo es un espacio de exhibición, sino un puente para el encadenamiento productivo entre hoteleros y las mipymes, cerrando su discurso de unos ocho minutos con aplausos, y dando paso a su homólogo.
David Llibre, director del gremio, vestido de camisa blanca, pantalones de tela negros y zapatos del mismo color, añadió que la diversidad de entidades presentes era una muestra palpable del impacto que tiene el turismo en los sectores productivos del país.
Llibre mencionó la Ley de Modernización Fiscal, proyecto depositado en el Congreso Nacional, que busca derogar la Ley de Confotur, aprobada en 2001. Alzó el tono de voz y enfatizó la urgencia de reflexionar sobre el lugar que ocupa el turismo en la economía nacional.
“Debemos recordar que el sector es competitivo a nivel internacional”, agregó, citando que cuatro de cada 10 turistas que llegan a Quisqueya también consideran otros destinos del Caribe y América Latina para sus vacaciones.
La decisión sobre la fiscalidad, concluyó, debe ponderar los beneficios que el turismo aporta y cómo las cargas fiscales pueden afectar la competitividad.
Su discurso fue aplaudido durante casi un minuto, con invitados, funcionarios y empresarios de pies y una sonrisa en el rostro a la espera de los flashes de sus equipos de prensa, dando formalmente inicio la exposición comercial.