El gobierno que resulte electo en las elecciones de mayo 2024 se verá en la necesidad de implementar la ya tan sugerida reforma fiscal, debido a la necesidad del país de aumentar las recaudaciones, y esta, de cara a la situación, podría ser “injusta”. Así lo consideró el economista, Magín Díaz.
"El tema fiscal va a ser el gran punto para discutir después de las elecciones presidenciales, e incluso con algo de probabilidad de que la reforma sea enviada al Congreso Nacional durante el periodo de transición", indicó el economista y exdirector de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
"Y con una necesidad tan grande de recursos, la única forma que habría para obtenerlos en el corto plazo sería aumentando la tasa de interés de los impuestos a los sectores que ya pagan ", apuntaló.
Señaló, asimismo, que con eliminar leyes de incentivos, combatir la evasión y el fraude, además de tomar medidas contra la informalidad, no será suficiente para que haya una mayor recaudación en el corto plazo. “Esto podría llevar a una reforma muy injusta”, subrayó.
Según el economista, además de la reforma fiscal, la economía dominicana enfrentará los retos del que plantea el contexto de crisis que atraviesa Haití; la falta de reformas estructurales en el sector laboral, en la seguridad social y el sistema educativo.
Citó también, que en el entorno nacional figuran los problemas que acarrea el sector eléctrico, la desigual carga tributaria, la informalidad laboral, el cambio climático y la corrupción.
Díaz precisó que, en estos cuatro años, no hay evidencia de una disminución de la evasión, y de haber bajado la informalidad laboral que ronda entre el 56 % y 58 %, aunque la inversión en infraestructura será cada vez más notoria.
"Una reforma tributaria para aumentar los ingresos parece inevitable. La razón no es una crisis inminente (fiscal o de deuda), sino la fuerte restricción que enfrenta el Gobierno y la necesidad de colocar la deuda en una trayectoria descendente", explicó.
Asimismo, planteó que cualquiera de los tres candidatos que gane las elecciones presidenciales debe seguir la misma política macroeconómica, que implica independencia del Banco Central, y las políticas promercado y proinversión extranjera.