La bancarización definida como el proceso mediante el cual las personas y empresas se incorporan al sistema financiero a través de la apertura de cuentas bancarias y el uso de servicios financieros es fundamental en la vida económica moderna. Su importancia radica en una serie de beneficios tangibles e intangibles que ofrece a individuos, empresas y a la economía en su conjunto.

Conforme al informe de Inclusión Financiera, del Banco Central “el porcentaje de adultos con al menos un producto financiero sea de ahorro o de crédito, aumentó de 51 % en 2019, a 55 % en 2023, este incremento significa que, en comparación con el año 2019, casi 500,000 dominicanos fueron incorporados al sistema financiero, lo que supone un avance significativo en materia de inclusión financiera”.

Por otro lado, los datos oficiales de la Junta Central Electoral señalan que existe un total 7,281,763 adultos nacionales en la República Dominicana, lo que significa que aún 3,276,793 personas aún no han sido bancarizada en nuestro país, lo que aún representa un gran desafío en materia de inclusión financiera.

Uno de los principales beneficios de la bancarización es el acceso a una amplia gama de servicios financieros. Desde cuentas de ahorro y corrientes hasta tarjetas de crédito, préstamos, seguros e inversiones, la bancarización brinda a las personas y empresas la oportunidad de utilizar herramientas financieras que les ayuden a administrar sus recursos de manera más eficiente y a alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo.

Ingresar al sistema financiero proporciona una capa adicional de seguridad y protección para los activos financieros. Mantener el dinero en cuentas bancarias en lugar de tenerlo en efectivo en casa o en una empresa no regulada o de un particular reduce significativamente el riesgo de robo o pérdida. Además, la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera ofrece implícitamente un seguro de depósito que protegen los fondos de los depositantes en caso de insolvencia de la entidad bancaria.

Cuando más personas y empresas participan en el sistema financiero, se crea un círculo virtuoso que impulsa el crecimiento económico. La bancarización facilita el acceso al crédito para las empresas, lo que les permite invertir en expansión y creación de empleo. Además, al canalizar el ahorro hacia inversiones productivas, los bancos contribuyen al desarrollo de infraestructuras, industrias y proyectos que impulsan el progreso económico a largo plazo.

Sin embargo, en República Dominicana, la bancarización sigue enfrentando una serie de desafíos particulares que afectan su avance y adopción generalizada. Algunos de los retos más importantes incluyen:

Acceso Limitado en Zonas Rurales: A pesar de los avances en la infraestructura bancaria, todavía existe un acceso limitado a servicios financieros en áreas rurales y comunidades marginadas. La falta de sucursales bancarias y cajeros automáticos en estas zonas dificulta que las personas accedan a servicios financieros básicos.

Educación Financiera: La educación financiera sigue siendo un desafío en República Dominicana. Muchas personas no tienen conocimientos básicos sobre cómo funcionan los servicios financieros o cómo administrar adecuadamente su dinero. Esto puede obstaculizar su capacidad para aprovechar al máximo los servicios bancarios disponibles.

Desde el Banco Central o la Superintendencia de Bancos se debería coordinar un plan nacional de educación financiera, donde todas las entidades bancarias participen, de modo que se potencializarían los esfuerzos individuales que cada entidad bancaria realiza a favor de los usuarios financieros. ¡Es muy difícil avanzar cuando cada entidad tiene su propio plan de educación financiera de manera individual!

Desigualdad Socioeconómica: La desigualdad socioeconómica es un problema persistente en República Dominicana. Las personas de bajos ingresos a menudo enfrentan dificultades para acceder a servicios financieros debido a barreras económicas y sociales. La falta de acceso a servicios financieros puede exacerbar la brecha entre los ricos y los pobres en el país.

Costos e Impuestos de las Transacciones: Los altos costos asociados con las transacciones financieras, como las tarifas por mantenimiento de cuentas o por transacciones, el impuesto del 0.15% por pago o transferencia electrónica, la retención del 10% de los intereses percibidos en las cuentas de ahorros y las inversiones, desalientan a las personas de utilizar servicios bancarios. Esto es especialmente relevante para aquellos con ingresos más bajos, para quienes incluso pequeñas tarifas pueden representar una carga significativa.

Infraestructura Tecnológica: Aunque ha habido avances en la infraestructura tecnológica en República Dominicana, todavía existen áreas donde el acceso a Internet y las redes de telecomunicaciones son limitados. Esto puede dificultar la adopción de servicios financieros digitales, que son cada vez más importantes en el panorama bancario actual.

Abordar estos desafíos requerirá esfuerzos coordinados por parte del gobierno, el Banco Central, la Superintendencia de Bancos, las entidades bancarias, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en general. Mejorar la infraestructura bancaria, promover la educación financiera, reducir las barreras económicas y sociales al acceso a servicios financieros, y fortalecer la confianza en el sistema financiero son pasos clave para avanzar hacia una mayor bancarización en República Dominicana.

La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram.