El economista Guillermo Caram reiteró hoy que, hasta ahora, "el control de la inflación esta siendo dejada en manos exclusivas del Banco Central a través de su política monetaria", la que se centra en el aumento de la tasa de interés para restringir la circulación de dinero que se ha visto expandida por el gasto gubernamental.

Se trata de una política monetaria restrictiva que entraña un "proceder necesario coyunturalmente, pero no estructuralmente", valoró Caram y la tildó ese mecanismo de insuficiente para contener a la inflación.

"Tiene sus limitaciones y hasta provoca reacciones contraproducentes en sectores claves como el agropecuario aumentando costos financieros de préstamos que pudiera causar carestía y/o encarecimiento de productos", advirtió.

En este contexto dijo que "resulta imperativo" que el Gobierno del presidente Luis Abinader "reduzca sus gastos para contribuir a disminuir la expansión de circulante, a fin que el Banco Central no se vea compelido a proseguir su política restrictiva" vía aumento de la tasa de interés.

Recomendó para el efecto "que esta reducción tome como base de aplicación, al tenor del art. 44 de la ley 423-06 Orgánica de Presupuesto, supeditar los gastos sujeto a la disponibilidad efectiva de los ingresos estimados”.

Como complemento, Caram dijo que "la DIGEPRES puede recurrir con lo dispuesto en el art. 43 de dicha ley, efectuando una “distribución administrativa de los gastos…/consistente en/ la desagregación de las apropiaciones, teniendo como meta procurar excedentes en una fiscalidad que hoy es deficitaria al no permitir que las recaudaciones financien al menos la totalidad de los gastos corrientes-burocracia, subsidios e intereses de la deuda pública, así como un porcentaje mínimo estratégico de inversiones en renglones básicos para contener la inflación".

Lo anterior implicará, añadió, "disminuir gastos burocráticos procurando evitar despidos que agraven el desempleo, lo que obligará a recurrir a la inteligencia creativa para identificar y aplicar fórmulas como la reducción y alternancia de los días o de la semana laboral y horarios de trabajo".

Por ejemplo, llamó a optar más por el teletrabajo, el trabajo presencial interdiario y una semana laboral de solamente cuatro días, todo lo cual "pudiera implicar reducción del 20% de gastos en personal", calculó.

Subsidios para productores

Sobre los subsidios, dijo que deben ser "reorientados" para financiar "el emprendimiento de negocios". En lugar de financiar la inhibición del emprendimiento, que es lo que "conllevan los subsidios sociales", permitiría bajar el consumo y dirigir parte de esos recursos "hacia productores, pudiendo recurrirse a subsidiar la tasa de interés aumentada como consecuencia de la política monetaria".

"Establecer, a los fines de subsidiar tasas de interés y facilitar recursos a productores potenciales, un mecanismo de coordinación del crédito productivo para convertir beneficiarios actuales de subsidios en productores". Para ello, recomendó, se deben aprovechar "disposiciones contenidas en las leyes vigentes en materia de crédito supervisado".

También apuntó a la "fiscalidad excedentaria procurada" la que, sostuvo Caram, "permitiría aumentar las inversiones públicas en infraestructura agropecuaria (caminos, canales, almacenamiento, etc ), infraestructura rural y siembra directa de productos de ciclo corto y consumo masivo".

Igualmente, prosiguió, el Gobierno debería "reasumir las funciones de compra estatal a productores a precios que le permita mantener su rentabilidad para venderlos a precios contenedores de la inflación a consumidores".

Asimismo recomienda "dispensar temporalmente el pago de impuestos a productos importados" considerando que las recaudaciones efectivas "están superando las presupuestadas".

Finalmente, pidió que se adopte un programa sistemático de consulta con productores agropecuarios, a través de las Cámaras de Comercio y Producción que funcionan en cada provincia, "para recabar de productores iniciativas para remover obstáculos que dificultan aumentar producción".