República Dominicana consolidó la oferta turística en torno al sol, playa y arena, o el llamado todo incluido. De hecho, el 85,8% de los 5,805,365 no residentes que llegaron en 2022 vía aérea fue por motivo de placer. Es decir, 4,984,38.

Datos del Banco Central (BCRD) indican que la visita de amigos o familiares se posiciona en segundo lugar, con 344,517; seguido de los negocios (160,554), conferencias o convenciones (544,230) y estudios (10,450). La categoría “otros” engloba 251,286 extranjeros no residentes.

Pero, para que la industria de viajes sea sostenible a largo plazo en la región de América Latina y el Caribe, Quisqueya debe diversificarse. Así lo consideró el presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), David Llibre, quien expresó que el sector está diversificando su oferta para lograr mayor atención de los empresarios e interés para el desarrollo de nuevos proyectos hoteleros, inmobiliarios y actividades complementarias.

Pero, el ejecutivo aseguró que el golf y las bodas son renglones de interés para los compradores e inversionistas extranjeros, además del público no residente que demanda estos servicios.

“El Ministerio de Turismo ha tenido reuniones para afinar las estrategias de mercadeo para promocionar los diferentes campos de golf y mayor participación para atraer un público que escoge a República Dominicana por sus campos de último nivel”, sostuvo.

Este segmento deportivo moviliza en promedio US$ 400 millones cada año, según estimaciones de expertos y del Banco Central dominicano. Y no es para menos, el país registra 8 campos de golf de nivel profesional de los 30 que se registran en destinos como Cap Cana, La Romana, Punta Cana, Puerto Plata y Santo Domingo.

Estadísticas del Ministerio de Turismo (Mitur), el país registra entre 250,000 y 300,000 golfistas por año, esta acción que aumenta el gasto a más de US$ 500, impulsa las inversiones en la construcción de campos de juegos, entrenadores y accesorios, y atrae un público que está dispuesto a pagar por exclusividad y lujo.

Un destino para festejar el amor

Para sellar el amor en una boda civil o religiosa no se espera el Día de San Valentín, comprar un regalo o tener una noche romántica. Muchas naciones, a nivel global, ven el amor como una forma de impulsar el turismo de luna de miel, debido a que siempre existe una oportunidad para unirse en matrimonio y, a la vez, moviliza a los grupos más cercanos de la pareja.

El Congreso Anual de Organizadores de Bodas de Destino proyecta que los viajes por matrimonio movilizan US$ 80,000 millones cada año, son turistas que pernoctan durante tres días mínimos y agrupan desde 40 hasta 500 invitados.

Este renglón, de acuerdo con Asonahores, ha impulsado la construcción de hoteles de lujo y solo para adultos, ya que ofrecen paquetes de bienes y servicios especializados en casamientos, renovación de votos matrimoniales o fiestas de despedidas de soltera.

Si bien el renglón de hoteles, bares y restaurantes se ha enfocado en recibir a grupos familiares, siendo la “punta de lanza para la industria nacional porque es sinónimo de volumen, ahora nos estamos enfocando en la particularidad”.

El Banco Central (BCRD) destacó que el 51.5% de los extranjeros no residentes que llegaron vía aérea presentan edades entre 21 y 49 años, seguido del 29.6% los de 50 o más. 

“En la celebración del Dominican Annual Tourism Exchange vimos varios compradores e interesados enfocados en el tema de luna de miel, que va ligado al turismo de adultos o de pareja, segmento que trabajaremos durante los próximos años”, acotó Llibre.