En el marco del XXVI Encuentro Nacional de Líderes del Sector Agropecuario, organizado por la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), Juan Ariel Jiménez, exministro de Economía, Planificación y Desarrollo, y su sucesor, Pavel Isa Contreras, ofrecieron sus perspectivas sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector agropecuario dominicano.

En su intervención, en forma de un video, Juan Ariel Jiménez subrayó la urgencia de implementar políticas claras de ordenamiento territorial que protejan las tierras agrícolas del crecimiento residencial descontrolado.

Según Jiménez, este fenómeno ha afectado especialmente a regiones agrícolas clave como Constanza, donde la conversión de suelos fértiles en áreas urbanas generó una pérdida significativa de capacidad productiva.

“Más del 30 % de nuestras tierras agrícolas están en riesgo de ser destinadas a proyectos residenciales,” advirtió Jiménez, destacando que este proceso podría comprometer la seguridad alimentaria del país.

La urbanización no planificada es un desafío que enfrenta la mayoría de las economías en desarrollo, especialmente en zonas rurales.

Destacó que en República Dominicana, la expansión de áreas turísticas y residenciales ha reducido significativamente la cantidad de tierra disponible para la agricultura, lo que podría generar mayor dependencia de importaciones de alimentos en el futuro.

Juan Ariel Jiménez, exministro de Economía, Planificación y Desarrollo

Otro punto señalado en la intervención de Jiménez fue la importancia de mejorar la infraestructura rural.

Resaltó que la falta de caminos interparcelarios y sistemas adecuados de manejo de agua no solo eleva los costos de producción, sino que también reduce la competitividad de los productores nacionales.

El exministro mencionó que la deficiencia en infraestructura rural puede aumentar los costos de producción en más de un 40 %, lo que, en palabras de Jiménez, “penaliza a los pequeños y medianos productores en el acceso a mercados internacionales”.

El costo adicional generado por una mala infraestructura rural se refleja directamente en los precios finales al consumidor, según el exministro, limitando también la capacidad de los productores locales de competir en igualdad de condiciones frente a productos importados.

Jiménez también enfatizó la necesidad de una mayor inversión en infraestructura postcosecha, tales como plantas de secado y almacenes, para reducir las pérdidas que ocurren después de la cosecha.

Tecnologías avanzadas

Jiménez también mencionó la necesidad de adoptar tecnologías avanzadas como los drones, sensores y sistemas de irrigación de precisión, destacando que su uso puede aumentar la productividad agrícola en hasta un 25 %, mientras se reduce el consumo de agua en un 30 %.

"El riego por goteo es solo uno de los ejemplos de cómo la tecnología puede transformar la producción agrícola," señaló.

No obstante, reconoció que muchos agricultores aún enfrentan barreras económicas para acceder a estas tecnologías, lo que subraya la necesidad de programas de subsidios o créditos para facilitar su adopción.

El aumento de la eficiencia productiva no solo mejoraría la rentabilidad de los productores, sino que contribuiría “significativamente” a la sostenibilidad del sector frente a los desafíos del cambio climático.

Jiménez sugirió incentivar la participación del sector privado mediante incentivos fiscales, así como la creación de cooperativas que inviertan en infraestructura común, lo que permitiría a los pequeños productores minimizar sus pérdidas y aumentar sus ganancias.

Resiliencia y seguridad alimentaria

Por su parte, el actual ministro Pavel Isa Contreras centró su intervención en la resiliencia del sector agropecuario.

Isa Contreras advirtió sobre los "efectos devastadores" de los fenómenos climáticos en la producción agrícola, citando como ejemplo que en 2022 la producción de alimentos en el país cayó un 12 % debido a tormentas tropicales.

Pavel Isa Contreras, actual ministro de Economía, Planificación y Desarrollo

En este contexto, hizo un llamado a fortalecer las estrategias de mitigación y adaptación climática en el sector, a fin de garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo.

Señaló que República Dominicana, al depender de importaciones para una parte significativa de su demanda alimentaria, es especialmente vulnerable a las fluctuaciones en los mercados internacionales.

"La resiliencia del sector agropecuario es, por tanto, un pilar esencial para reducir esa dependencia y fortalecer la economía local", señaló el ministro.

El ministro informó que en República Dominicana, entre un 15 % y 20 % de la producción agrícola se pierde por falta de infraestructura adecuada, lo que afecta no solo la oferta interna, sino también los ingresos de los agricultores.

El evento, celebrado en el Centro de Convenciones Barceló Bávaro, reunió a actores clave del sector, con el fin de abordar temas críticos como el ordenamiento territorial, la infraestructura rural y la resiliencia ante el cambio climático.