El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó este jueves sobre los ataques a cargueros en el mar Rojo por parte de los hutíes rebeldes de Yemen, que están causando importantes irrupciones del comercio mundial y podrían desembocar en las subidas de precios.
"Están aumentando tanto los tiempos como los costos de envío para exportadores e importadores y esto podría renovar la presión alcista sobre los precios", apuntó en una rueda de prensa la portavoz del Fondo, Julie Kozack.
Varias navieras ya se han visto obligadas a evitar las rutas en el mar Rojo, donde los hutíes rebeldes de Yemen, defensores de la causa palestina, atacan a los cargueros con destino a Israel.
El mar Rojo, recordó Kozack, representa el 10 % de los flujos comerciales mundiales y por ello se están monitoreando "de cerca" sus posibles implicaciones.
Concretamente, el FMI dispone de una herramienta, Port Watch, una plataforma abierta diseñada para monitorear y simular interrupciones en los flujos comerciales marítimos que busca ayudar a los formuladores de políticas y al público a evaluar el impacto de las crisis comerciales.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que estos ataques están "afectando directamente a los ciudadanos, a la carga y a los intereses comerciales de más de 40 países"
Esta herramienta muestra, por ejemplo, que el tráfico en el Canal de Suez "ha disminuido un 28 % año tras año" en los 10 días previos al 2 de enero y también muestra "que los volúmenes de envío que pasan por el Cabo de Buena Esperanza aumentaron un 67 %".
"Podemos ver el aumento en los tiempos de envío y las diferentes rutas que se toman en respuesta a la situación actual en el mar Rojo", señaló la portavoz.
Según Port Watch, muchas economías de Medio Oriente, Europa, Asia y África dependen en gran medida de la ruta marítima del mar Rojo para sus exportaciones e importaciones. Los sectores más afectados son los productos petrolíferos, químicos y minerales no metálicos.
Precisamente el miércoles, los rebeldes hutíes del Yemen afirmaron que sus ataques contra buques comerciales en el mar Rojo no buscan hundir barcos vinculados a Israel, sino obligarles a redirigirse hacia otras rutas para ejercer presión económica sobre el Estado judío y que detenga "los crímenes de genocidio en Gaza".
Estados Unidos y el Reino Unido derribaron el martes hasta 21 drones y aviones lanzados por los hutíes, movimiento respaldado por Irán, en lo que es el mayor ataque desde que los insurgentes llevan a cabo la ofensiva contra barcos vinculados a Israel, según el Comando Central estadounidense.
Doce países, entre ellos Estados Unidos, emitieron una declaración conjunta a principios de enero en la que afirmaban que "los hutíes asumirán la responsabilidad de las consecuencias si continúan amenazando vidas, la economía mundial o el libre flujo del comercio en las vías navegables críticas de la región".
Durante su gira por Oriente Medio, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que estos ataques están "afectando directamente a los ciudadanos, a la carga y a los intereses comerciales de más de 40 países", mientras que aseguró que provocaron la interrupción o el desvío de casi el 20 % del transporte marítimo mundial.