Las habitaciones por plataformas digitales no tributan en el Estado, acción que los empresarios y hoteleros consideran una competencia desleal en el sector turístico. Ante esto, en marzo del 2023, el ministro de Turismo, David Collado, aseguró que en 60 días comenzaría a regular las plataformas de alquileres.
“Aún estamos en la espera del acuerdo”, aseguró David Llibre, presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores), al referirse al convenio que debió presentarse entre mayo y junio de este año.
“Estamos a la espera de este logro de parte de las autoridades nacionales. Para nosotros como sector hotelero es bien comentado la seguridad, es decir, que estos alojamientos sean seguros en donde se pueda contar con todos los permisos como los tienen hoy en día el hotel tradicional”, explicó.
Durante los últimos 10 años, 24,571,346 extranjeros no residentes se alojaron en establecimientos de renta corta, lo que representa el 33.5 % del total, que se situó en 73,340,474 visitantes, según datos del Banco Central (BCRD). Esta cifra evidencia que los alquileres a través de plataformas digitales ofrecen la libertad de realizar diversas actividades, a la vez de hacer mayor derrame económico por la adquisición de servicios de bebidas, alimentos y transporte.
Y no es para menos. De acuerdo con datos del Consejo de Fomento Turístico (Confotur), el país cuenta con 106,990 habitaciones de Airbnb distribuidas en 43,302 propiedades.
Preferencias del visitante
La tendencia de alojarse en alquileres de renta corta o plataformas digitales se evidencia en el aumento de turistas que deciden pernoctar en alojamientos no tradicionales.
En el 2012 se reportaron 1,556,484 turistas en renta corta, frente a los 3,490,537 que pernoctaron en un hotel tradicional. En 2013 se situó en 1,488,379 y en 2014 ascendió a 1,552,884, para un aumento de un 4.3% entre ambos períodos.
En 2015 se fijó en 1,626,352 turistas, un 11 % menos que el 2016 (1,805,365) y 10.2 % diferente respecto al 2017 (1,792,954). Entre 2018 y 2019 creció un 10.3 %, al pasar de 1,910,954 a 2,109,481, para una diferencia de 198,527 turistas.
En 2020, fruto de la pandemia, el 46.7 % de los turistas se alojaron en Airbnb. Esto equivale a 1,265,498 de 2,707,423 que llegaron al país vía aérea. En 2021 fue de 2,917,370 o el 52.1% de los 5,590,124 no residentes que visitaron el país.
En tanto, de los 7,942,710 del 2022, 3,595,477 eligieron alojarse fuera de los hoteles convencionales. Además, el 40 % de los turistas que llegaron vía aérea se alojó en un establecimiento de renta corta, es decir, 2,950,464 de 7,351,712 entre enero-octubre de 2023.
Conforme los datos, dependiendo del lugar tendrá un precio diferente. En La Romana el costo diario es de US$ 640 por un promedio de cuatro habitaciones, seguido de Verón-Punta Cana con US$ 252 y Las Terrenas en Samaná con US$ 197. Los precios más asequibles se encuentran en Puerto Plata (US$ 80), Santiago (US$ 46), Santo Domingo-Guzmán (US$ 54) y Santo Domingo-Este (US$ 34).
Las estadísticas del BCRD indican que de los 2,950,464 turistas que se hospedaron en “otros”, 2,158,999 fueron no residentes y 791,465 residentes. Al desglosar los datos, de los 2,158,999 no residentes, 1,199,624 fueron extranjeros. De este monto, 837,235 eran oriundos de América del Norte, 800,343 de Europa y 120,731 de América del Sur. Mientras, de América Central y el Caribe procedieron 98,930 habitantes. En menor cantidad, los asiáticos (5,654) y Australia o el resto del mundo (1,426).