Los precios de los boletos aéreos varían según la fecha, los impuestos o tasas aeroportuarias y los costos del barril del petróleo. Pero, además, los conflictos geopolíticos y la situación económica global.
Si bien República Dominicana tiene una ubicación estratégica por su cercanía con Estados Unidos, su naturaleza de ser una isla la hace depender de la importación de bienes y servicios, lo que influye en que el país tenga que destinar mayores recursos para la carga de productos y artículos, y la movilización de pasajeros nacionales e internacionales.
De acuerdo con el presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), David Libre, el éxito del turismo dominicano se debe a la contratación directa a vuelos, ya que Quisqueya depende del turismo internacional para crecer, aportar al producto interno bruto (PIB), generar divisas y captar nuevas inversiones extranjeras.
El precio del petróleo se ha duplicado en los últimos cuatro años, desde US$ 40 por barril hasta US$ 80 marcado por los conflictos entre Israel e Irán y las amenazas de los hutíes a los cargueros del mar Rojo. El ejecutivo reconoció que debido a la importación de petróleo y los altos costos de combustibles, la nación se enfrenta a “tener boletos aéreos más encarecidos aunados a la parte impositiva”.
“Los vuelos son primordiales por el tamaño de nuestro país y la distancia que tenemos con otras naciones debido a que somos una isla, específicamente con los vuelos de larga distancia para atraer más extranjeros no residentes, siendo un desafío para la industria aeronáutica comercial”, comentó.
Consideró que para que el turismo crezca se necesitan más asientos y la apertura de nuevas líneas aéreas nacionales e internacionales que aumentarán la cantidad de vuelos a diferentes destinos. Llibre, durante su participación en la feria Dominican Annual Tourism Exchange (DATE 2024), comentó que con el incremento de vuelos a islas del Caribe y mayor conectividad con América del Sur y América Central ligado a vuelos directos y la modalidad de bajo costo, el país ha percibido el aumento de turistas.
Pero, aclaró que los sectores público y privado crearon el Comité de Mercadeo para impulsar nuevas rutas aéreas e identificar la necesidad de los vuelos a larga distancia sin tener que hacer una escala entre destinos.
“En el diálogo podemos atender, buscar cómo reducir y atraer nuevas rutas a República Dominicana, pero siempre ha sido dentro del principal tema de agenda y son atendidos a través de esa mesa de trabajo los vuelos y conectividad aérea”, comentó.
Crecimiento está ligado a desarrollar infraestructuras viales
Luego de lograr la meta de 10,000,000 de visitantes, República Dominicana debe tener un clima de inversión estable y sociopolítico que permita seguir desarrollando nuevas instalaciones y atraer a marcas de primer nivel que generará mayor atención de los extranjeros. “Tenemos una ley muy clara para el turismo que ha permitido desarrollar nuevas infraestructuras hoteleras y turísticas que permiten ese crecimiento y competitividad”, sostuvo.
Para desarrollar el turismo interno se debe contar con autopistas que entrelazan regiones y acorten distancias. Citó la carretera Duarte que conecta la región del Cibao, la autopista del Coral en el Este y El Número en la región Sur. Reconoció que la carretera del Ámbar es una necesidad para conectar Santiago con la costa norte de Puerto Plata y así aprovechar el flujo de turistas que arriban por la terminal aérea del Cibao.
El titular de Asonahores sostuvo que construir y desarrollar nuevas carreteras que permitan desplazarse de manera segura y rápida entre los diferentes pueblos aumentaría el turismo interno y la dinamización indirecta de los visitantes no residentes que agregarían a su itinerario otros destinos turísticos.
“La idea es que, por ejemplo, ese 60% que llega a través del Aeropuerto de Punta Cana pueda tener un impacto en toda República Dominicana y puedan visitar otros lugares… Por eso digo que una de las principales necesidades es seguir fortaleciendo las estructuras viales en la carretera”, agregó.