En el artículo anterior demostramos que las inundaciones repentinas y catastróficas, ocurridas en Santo Domingo y RD, constituyen un fenómenos en curso que se está produciendo repetidamente, de país en país, alrededor del mundo, y por tanto, requieren estudios, incluyendo la revisión de protocolos de seguridad y mitigación de riesgos.

Cuando un evento meteorológico ocasiona daños y tragedias, se abre el debate sobre la reponsabilidad y culpabilidad de las partes involucradas, o sea, si fue por causa naturales, no imputable a los hombres o si es atribuible a errores o negligencias de las instituciones y los diseñadores.

-Puente colapsado en San José de Ocoa por las inundaciones-

Como la ciencia necesita conocer las causas del problema para dar su veredicto de culpabilidad o para desarrollar respuestas y soluciones, vamos a analizar, primero, la magnitud del fenómeno, para determinar si tenía la intensidad suficiente para causar el fallo en el paso a desnivel.

La ONAMET reportó que las precipitaciones fueron de 266 y de 431 mm/24 horas, respectivamente, para las inundaciones de noviembre 2022 y 2023.

Analizaremos primero si la magnitud del evento fue tan grande, que sobrepasó los criterios de diseño del proyecto. Los siguientes registros y proyecciones de precipitaciones hablan de la magnitud hidrológica del evento.

Para diseñar una infraestructura hidráulica (paso a desnivel), como criterio de diseño, se debe proyectar la ocurrencia del evento (precipitación) una vez, en el período de diseño, llamado también, período de retorno (Tr).

En la RD el período de retorno (Tr), reglamentado en las normas vigentes del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), a la fecha de diseño, era de 25 @ 100 años. Así que el Tr a proyectar del registro anterior,para diseñar el paso a desnivel de la 27 de Febrero, debió de ser 100 años.

Hemos analizado las precipitaciones históricas de Santo Domingo, utilizando utilizado dos métodos estadísticos de proyección, el de Gumbel, requerido por el MOPC y el de Weibull. La primera corresponde al período 1936-1958. Cuyo histórico se muestra en el cuadro anterior.

Con esas estadísticas los 431.9 mm/24 hr de noviembre 2023, sobrepasan ampliamente los criterios de diseño, siendo su Tr cercano a los 1000 años, según se muestra en la siguiente tabla de proyecciones.
Gumbel Weibull
TR (Años) 25 500 700 1000 25 500 700 1000
Precipitación (mm) 248.88 391.44 407.43 424.4 250.99 375.23 387.95 401.23

En el segundo caso, si adicionamos más datos al registro, veremos mayor exactitud. Si vemos que en el período 1971-2000, ocurrió la precipitación extrema (Mm/24 Hr) hasta ahora registrado en Santo Domingo desde el 1936, para el Huracán George (1998), que fue de 409.3.3 mm/24 hr.

Es importante destacar que dicho huracán fue de categoría 4, uno de los más grandes y devastadores. Lo que quiere decir, que dicha precipitación no es comparable de evento a evento, por cuanto, en noviembre 2023, no tuvimos un huracán.

De todas formas, vamos a mantener el análisis incluyendo el registro de dicho ciclón, lo cual influirá grandemente en bajar el Tr de eventos extremos.

Al incluir las estadística desde 1959 hasta 2000 (hemos proyectado algunos valores, por no disponer de ellos), incluyendo el huracán George, el resultado es el siguiente:
Gumbel Weibull
TR (Años) 25 100 200 250 25 100 200 250
Precipitación (mm) 29.18 380.91 421.78 434.94 301.77 377.04 412.17 423.2

También en esta proyección, la precipitación de noviembre 2023 sobrepasa el criterio de diseño, pues la misma ocurre en un Tr aproximado de 250 años, que está por encima del Tr de diseño de 100 años.

En ambos caso vemos que la precipitación de noviembre 2022 está dentro del Tr de diseño, lo cual explica que con esa precipitación no se originara un fallo en las estructuras.

La conclusión lógica del análisis es que, independientemente de lo que hayan hecho los hombres o las instituciones, la severidad de las inundaciones, estuvo muy por encima de lo que las normas establecían para el diseño y construcción de las estructuras, en consecuencia, es imputable a la magnitud del evento, el fallo del muro lateral.

En el artículo anterior vimos que eso mismo ocurrió en un túnel en Italia, pero sin la consecuencia funesta de varios muertos, que realmente es lo que ha hecho que el fallo sea una tragedia. No debemos ignorar, y dar gracias a Dios, que el resto de la infraestructura, no colapsó.

No sería justo que el Ing. Reginald García (diseñador), los constructores, y el MOPC sean imputados como culpables o responsables del fallo, por cuanto, la estructura del paso a desnivel fue sometida por las inundaciones, a circunstancias extremas que sobrepasaron ampliamente las previsibles y exigidas en las normativas utilizadas para su diseño y construcción.

Sin que lo anterior sea interpretado como que todo está bien, y sin quitar la cuota extra de vigilancia y revisión de protocolos de seguridad a tener en cuenta ante los próximos avisos de tormentas, es obvio, que el evento extremo tenía la intensidad de producir un fallo, aunque los hombres y las instituciones cumplieran con sus responsabilidades.