Las Estrellas Orientales necesitan regresar en la final del campeonato de béisbol invernal dominicano y para ello su cuerpo de lanzadores debe detener la ofensiva de los Gigantes del Cibao, una tarea que hasta ahora ha resultado casi imposible.
Los orientales van perdiendo el pulso por 1-2 en la serie final, pautada al mejor de siete encuentros, y con la amenaza de ceder un triunfo a los Gigantes que pueda colocarlos al borde del precipicio.
Los de Fernando Tatis necesitan con urgencia que sus lanzadores puedan frenar la copiosa ofensiva que ha desplegado el equipo con sede en San Francisco de Macorís (noreste).
En los tres partidos de serie final que se han jugado, el pitcheo oriental ha completado 28 entradas en las que han permitido 27 hits y le han anotado 20 carreras, 18 de ellas limpias, registrando un alto porcentaje de carreras limpias permitidas de 5.79.
Con 20 anotadas en tres juegos, los Gigantes promedian 6,6 carreras anotadas por encuentro, mientras sus rivales han pisado el plato en 13 ocasiones, una media de 4,3 anotadas por duelo, cantidad que con un buen trabajo de sus lanzadores, le habría servido para estar dominando la serie.
El pitcheo del conjunto de San Pedro de Macorís (este) ha sido tocado con fuerza, ya que le han pegado tres cuadrangulares (uno por encuentro) y cinco dobles.
Con estos tres jonrones, dos de Marcell Ozuna y uno de José Sirí, los potros han timbrado la registradora en ocho ocasiones, mientras entre los cinco dobletes, se cuenta uno productor de dos vueltas del cubano Henry Urrutia y uno remolcador de tres anotaciones de Carlos Peguero.
Otro punto que deben mejorar los brazos de los verdes es el control de la zona de 'strike'.
Los Gigantes, quienes batean de manera colectiva para promedio de .257 (105-27), han alcanzado un porcentaje de embasarse de .357, ayudados por la gran cantidad de bases por bolas que han logrado tomar, que hasta el momento suman 18, brindándoles una media de seis transferencias por encuentro.
Esta situación se complica aún más, cuando cinco de ellas las han otorgado ante el primer bate de la alineación de los Gigantes, el jardinero central José Sirí, quien ha sacado provecho de esto, a través de sus robos de bases, alcanzado cuatro estafas en cinco intentos y acreditándose cinco carreras anotadas, líder en cada uno de estos renglones en la final.
La inconsistencia de los lanzadores abridores de las Estrellas ha sido otro factor negativo ya que, a excepción del zurdo panameño Andy Otero, quien lanzó 5,1 entradas de una carrera, ninguno de los demás abridores ha completado cinco entradas y les han anotado tres o más carreras.
Entre Wilmer Ríos (4,1) y el cubano Yunesky Maya (2,1), han completado 6,2 episodios en los que le han permitido nueve carreras, en dos partidos, ambas derrotas para las Estrellas.
Los orientales aún cuentan con la posibilidad de empatar la serie, pero con un cuarto partido por jugarse en el estadio Julián Javier, de San Francisco de Macorís, definitivamente el pitcheo debe brindarles un mayor respaldo a su ofensiva.
De lo contrario, su objetivo de ganar el título se convertirá en una misión imposible.