Las formas de tratamiento “san”, “santo” o “santa” se escriben en minúscula, recuerda Fundéu Guzmán Ariza.

No obstante, en los medios de comunicación se observa con frecuencia la escritura de estos términos con mayúscula inicial en frases como “En honor a San Juan Bosco, considerado el padre protector de los jóvenes, cada 31 de enero se celebra el Día Nacional de la Juventud”, “Con Santo Tomás de Aquino podemos reflexionar sobre diversos tópicos” o “Banda de Barbecue saquea e incendia convento fundado por Santa Teresa de Calcuta en Haití”.

Tal como explica el “Diccionario panhispánico de dudas”, las formas “santo”, “santa” y “san” se anteponen al nombre de pila de la persona que, en la religión cristiana, ‘recibe culto universalmente tras ser reconocida por la Iglesia como persona de virtud y perfección’.

Como todos los tratamientos, lo adecuado es la escritura con minúscula; solo es válido el uso de la mayúscula cuando estos tratamientos se expresan con abreviaturas (“san Juan Bosco” o “S. Juan Bosco”, “santa Teresa” o “Sta. Teresa”, “san Juan de la Cruz” o “S. Juan de la Cruz”).

También cuando forman parte de nombres propios, como los de vías urbanas, instituciones, edificios públicos o apellidos: “calle San Carlos”, “Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino”, “Casa San Pablo”, “Club Deportivo y Cultural San Lázaro”, etc.

Teniendo esto en cuenta, en los ejemplos iniciales lo más apropiado habría sido escribir “En honor a san Juan Bosco, considerado el padre protector de los jóvenes, cada 31 de enero se celebra el Día Nacional de la Juventud”, “Con santo Tomás de Aquino podemos reflexionar sobre diversos tópicos” y “La banda de Barbecue saquea e incendia un convento fundado por santa Teresa de Calcuta en Haití”.

Fundéu Guzmán Ariza (www.fundeu.do) es una iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, institución sin fines de lucro entre cuyos objetivos se encuentra impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de la República Dominicana. Cuenta con la asesoría de la Academia Dominicana de la Lengua, el Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía y la Fundéu RAE, así como con el patrocinio económico del bufete Guzmán Ariza.