El verbo “prorrumpir”, que significa ‘iniciar una acción que muestra un estado de ánimo’, no debe confundirse con “irrumpir”, que denota ‘entrar violentamente en un lugar’, apunta  Fundéu Guzmán Ariza.

Sin embargo, en los medios de comunicación se encuentran frases en las que se intercambian estos términos: “Una madre irrumpe en llanto tras perder todo a causa de las lluvias en Mao”, “A Fernando Villalona se le va la voz e irrumpe en llanto al recordar a Johnny Ventura” o “El país pasó de ser un desconocido en el mundo balompédico a prorrumpir no solo en torneos de la FIFA (Mundial Sub-20 del 2023)…”.

“Prorrumpir”, de acuerdo con el “Diccionario de la lengua española”, expresa los sentidos de ‘salir algo con ímpetu’ y ‘proferir repentinamente y con fuerza o violencia una voz, un suspiro u otra demostración de dolor o pasión vehemente’: “prorrumpir en sollozos”, “prorrumpir en gritos”, “prorrumpir en aplausos”, “prorrumpir en carcajadas”, “prorrumpir en llanto”, etc.

De su lado, el “Diccionario del español actual”, de Seco, Andrés y Ramos, indica que “irrumpir” es ‘entrar violenta o inopinadamente’ en un lugar (“El hombre que irrumpió en el Vaticano recibirá tratamiento psiquiátrico”); también en sentido figurado: “El capital privado irrumpe en escena para buscar soluciones al calentamiento”.

En vista de lo anterior, en los ejemplos citados lo más apropiado habría sido escribir “Una madre prorrumpe en llanto tras perder todo a causa de las lluvias en Mao”, “A Fernando Villalona se le va la voz y prorrumpe en llanto al recordar a Johnny Ventura” y “El país pasó de ser un desconocido en el mundo balompédico a irrumpir no solo en torneos de la FIFA (Mundial Sub-20 del 2023)…”.

Fundéu Guzmán Ariza (www.fundeu.do) es una iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, institución sin fines de lucro entre cuyos objetivos se encuentra impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de la República Dominicana. Cuenta con la asesoría de la Academia Dominicana de la Lengua, el Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía y la Fundéu RAE, así como con el patrocinio económico del bufete Guzmán Ariza.