En las últimas décadas, los avances tecnológicos han transformado la forma en que se enseña y se aprende en las universidades. Si bien estas innovaciones han aportado significativamente al desarrollo de la educación superior, también han presentado desafíos importantes para las universidades. Uno de estos desafíos es el plagio estudiantil, que se ha vuelto más fácil de cometer debido a las herramientas en línea disponibles, a la inteligencia artificial y a la baja consciencia ética de un alto número de estudiantes universitarios.
El primer desafío de la lista, el plagio, es una preocupación importante en la educación superior, sobre todo, porque a medida que las tecnologías se han vuelto más avanzadas, también lo han hecho las formas en que los estudiantes pueden copiar y pegar textos y otros contenidos de fuentes en línea sin dar crédito adecuado a sus autores. Debido a esto, los profesores y los gestores universitarios están conminados a adaptarse a estos cambios para poder diseñar nuevas formas de detectar el plagio y, asimismo, advertir a los estudiantes sobre las consecuencias del comportamiento deshonesto.
Algunas universidades han invertido en tecnología avanzada de detección de plagio que puede analizar textos y compararlos con una base de datos de contenido en línea para identificar cualquier similitud. Además, algunos profesores utilizan herramientas en línea que permiten la revisión de las tareas presentadas en busca de plagio, como Turnitin, Urkund o PlagScan.
Además de estas medidas, instituciones educativas han desarrollado políticas claras que establecen las expectativas de integridad académica y las sanciones para los estudiantes que cometen plagio. Algunas universidades han creado tutoriales en línea y otros recursos educativos para ayudar a los estudiantes a comprender cómo evitar el plagio.
En el caso del modelo de lenguaje ChatGTP de Open AI, incluso Chomsky ha dicho que se trata de "plagio de alta tecnología"
Una acción ejemplar, en este tenor, lo constituye el caso de una universidad española que supuestamente despojó del título a tres egresados, quienes produjeron un vídeo indicando que se habían graduado sin haber aprendido nada, puesto que todas sus tareas se las realizaba el modelo de lenguaje ChatGTP de Openai. Sea este caso cierto o no, para quienes nos dedicamos al oficio de aprender y enseñar resulta más que evidente el hecho cierto de que hay estudiantes que si bien pueden burlar el sistema amparado en el mal uso de la tecnología, luego será el sistema que se burlará de ellos cuando requieran poner en funcionamiento sus competencias intelectuales y comunicativas, sensu lato.
En algunos casos, incluso, los estudiantes pueden evadir la detección de plagio utilizando técnicas más sofisticadas, como la traducción automática o la reescritura de textos. Asimismo, puede ser difícil determinar cuándo el plagio es intencional o simplemente el resultado de una falta de comprensión de las normas académicas o hasta simplemente cuándo es o no es plagio.
Las clases en línea y la educación a distancia también son un desafío para estudiantes que luchan por mantenerse motivados y comprometidos con su propia formación, sobre todo, aquellos que no disponen de las condiciones ambientales y de conectividad para aprovechar al máximo los contenidos programáticos. La tecnología, además, ha transformado la forma en que se evalúa y se mide el aprendizaje de los estudiantes, lo que puede requerir cambios en la forma en que se imparten las clases y se dosifican los contenidos.
Definitivamente, los avances tecnológicos han transformado la educación superior, pero al mismo tiempo han traído importantes desafíos para las universidades. Uno de estos desafíos es el fraude estudiantil, que se ha vuelto más fácil de cometer gracias a las herramientas en línea y a la carencia de una fuerte formación familiar y personal en valores.
Las universidades han implementado medidas para abordar el problema del plagio, pero todavía hay mucho por hacer. Además del plagio, las universidades se enfrentan a otros desafíos relacionados con la tecnología, como el creciente aumento de la inteligencia artificial con capacidad de redactar textos y resolver problemas matemáticos con mayor grado de certeza que un bachiller medio. En el caso del modelo de lenguaje ChatGTP de Open AI, incluso Chomsky ha dicho que se trata de "plagio de alta tecnología", frase con la que establece su rechazo a esta inteligencia artificial. Ahora bien, ¿Es esta toda la verdad sobre este robot de AI?
Finalmente, algunos intelectuales de renombre opinan que la enseñanza virtual ha sido "el tiro de gracias" que necesitaba la educación para terminar de desaparecer como tal. Y usted, ¿qué opina?