Una breve introducción

Los medios de comunicación social juegan un papel clave en la construcción de imaginarios sobre las identidades nacionales y de los grupos sociales y étnicos que habitan en su territorio.  Así que es importante que los programas de televisión, de radio y los periódicos eviten reproducir estereotipos sobre diferentes colectivos de su territorio o sobre la población en general, y los representen con una mirada amplia y en toda su complejidad.

En ese sentido, les propongo a periodistas, editores y creadores de contenido del país hacer un ejercicio de reflexión y autocrítica. A partir de lo que hemos escrito, producido, fotografiado, editado, corregido o publicado en los últimos 12 meses sobre el país y su ciudadanía, cómo se podrían responder las siguientes preguntas: ¿Cómo somos los dominicanos? ¿Cómo lucimos? ¿Cómo no lucimos? ¿Quién nos puede “representar”? ¿Quién no? ¿Quién queda fuera de “la dominicanidad”? ¿Reflejan nuestros medios la diversidad racial, social, de ideas, que existe en el país de forma al menos equilibrada? ¿El racismo influye de algún modo en nuestras coberturas? ¿Cómo? ¿Nos impide contar mejor la realidad?

Por su puesto, no se puede hacer un ensayo de cada noticia. La producción periodística tiene unas ventajas sobre otras producciones intelectuales para dar a conocer la realidad: rapidez, flexibilidad de las formas, contacto con el público y posibilidad de retroalimentación inmediata gracias a las redes sociales. Pero también tiene unas desventajas con respecto a otras formas de producción intelectual: la rapidez con la que se produce, la limitación que imponen los propios formatos, la dependencia de las fuentes, la compleja relación del periodista con su empleador, etc.

Ahora bien, es posible planificar coberturas que incluyan diversidad de temas, fuentes, enfoques e imágenes sobre los distintos temas, de forma que se minimicen los prejuicios y sesgos con los que miramos el mundo y reflejemos mejor la realidad, que es nuestro trabajo.

I.¿Vivimos en una sociedad racista? ¿Y si el/la racista soy yo?

Con frecuencia, en la República Dominicana escuchamos (¿y también decimos?)  frases parecidas a las siguientes:

-“Aquí no hay racismo, porque todos estamos mezclados”

-“Aquí todos somos viralata, ¿de qué racismo me hablas?”

-“Gente que trae su moda gringa para acá, aquí somos una mezcla”

Reflexionemos un momento. ¿No hay racismo en República Dominicana? ¿Por qué, entonces, es frecuente escuchar (¿y decir?) estas frases (u otras similares)?

-“Desrízate eso moño”

-“No atrases la raza”

-“Dañaste al muchacho con esa narizota”

-“Mejoraste la raza”

-“Prieto en mi casa el caldero”

-“Busca una recepcionista/secretaria aparente, lavaíta”

-“Ella es morenita, pero bonita, fina”

Estas frases, que forman parte del discurso cotidiano en familias, barrios, lugares de trabajo y centros de estudio, reflejan que en la República Dominicana, como en el resto de América, hay racismo. Este racismo, como han teorizado y documentado pensadoras como Ochy Curiel atraviesa todas las esferas de la vida nacional y todo el estado, incluyendo a los medios de comunicación.

Pero, detengámonos un momento para pensar en dos definiciones básicas para comprendernos:

Racismo y colorismo

“El racismo es principalmente un sistema de dominación y de desigualdad social. En Europa, las Américas y Australia esto significa que una mayoría (y algunas veces una minoría) “blanca” domina a minorías no europeas. La dominación se define como el abuso de poder de un grupo sobre otro, y está representada por dos sistemas interrelacionados de prácticas sociales y sociocognitivas cotidianas, es decir, por varias formas de discriminación, marginación, exclusión o problematización por un lado y por creencias, actitudes e ideologías prejuiciosas y estereotipadas por otro” (Van Dijk, Teun A., Discurso de las élites y racismo institucional).

La colonización, particularmente la española, impuso el colorismo, pues creó una estratificación racial basada en las mezclas y tonos de piel, cuyos efectos continúan hoy en día. Las pieles más blancas y rasgos más europeos son considerados “mejores”; y los más negros, y más alejados de la “blanquitud” peores.

Así, el racismo es ejercido por los grupos blancos y de mayor poder económico y social contra todo el resto, pero a su vez, los mestizos de piel clara obtienen privilegios y pueden discriminar a las personas de pieles más oscuras. Esta constante discriminación y autonegación afecta a la persona, a la familia y a nuestras relaciones con la comunidad y todo el entorno, puede dañar la estima personal, particularmente de mujeres y hombres de pieles más oscuras y dificulta las relaciones interpersonales y sociales igualitarias.

“En el colorismo son privilegiados los tonos claros de piel y, a diferencia del “racismo científico”, esta forma de discriminación también opera dentro de los grupos racializados (Hunter, 2007; Jones, 2000). Es decir, aunque las personas van a experimentar una exclusión y discriminación general como miembros de un grupo racializado (“negros”, “latinos”, “asiáticos”, etc.), aun así, dentro de estos grupos, las personas con tonos de piel más claros van a recibir mayores privilegios” (Tipa, Juris. El racismo colorista en los medios de comunicación en México).

Es importante aclarar que el “racismo científico” es un conjunto de teorías falsas y seudocientíficas que utilizaron grupos blancos y privilegiados para justificar la esclavitud, la segregación y la discriminación contra las personas negras y pueblos no blancos en general. Estas ideas se empezaron a propagar en el siglo XVII y se mantuvieron vigentes en ciertos grupos de poder, incluyendo la academia, hasta mediados del siglo XX.

Como periodistas que estamos en contacto con distintos grupos, como entrevistadores y entrevistadoras, ¿hemos reflexionado sobre la discriminación que hemos sufrido o que, quizás por desconocimiento, hemos ejercido? ¿Condiciona el racismo o el colorismo la forma en la que entrevistamos/escribimos sobre distintos grupos?

 II. Mejorar las coberturas, cuestionar los discursos dominantes, reflejar la diversidad

El racismo/colorismo dominicano tiene efectos en la vida concreta de las personas y en su representación en los medios, dado que refuerza estereotipos y mitos:

Las personas negras y la negritud se borran del discurso, no existen, es como si no hubiese negros en la República Dominicana. Esta narrativa tiene un efecto peligroso, si el dominicano “no es negro”, no hay racismo específico contra los negros dominicanos, aunque la realidad muestre lo contrario. La negación del racismo, basada en la idea del “mestizaje”, que se ha dado desde el Estado es peligrosa porque invalida denuncias legítimas de discriminación, por ejemplo: no dejar entrar personas negras a determinados lugares, prohibir el uso del cabello rizado o crespo, etc.

El negro es extranjero, el negro es el otro. Esto extranjeriza a los dominicanos negros, no solo a los de ascendencia haitiana, sino a todas las personas de pieles oscuras en sentido general. Hay que “probar” que se es dominicano, por ejemplo, cuando se pide la cédula solo a las personas de piel más oscura en las guaguas.  Los derechos de los dominicanos de piel más oscura están con frecuencia en entredicho. Al no reconocer el racismo/colorismo, los medios pueden tener dificultad para contar denuncias importantes de violación de derechos.

La blanquitud está desproporcionalmente representada al abordar temas económicos, de negocios, de estilos de vida, belleza y moda En este momento, ¿no hay empresarios/economistas/altos ejecutivos negros o de piel negra para ser entrevistados, o simplemente los periodistas así lo asumen y entrevistan solo a quienes tienen piel clara por inercia, porque son los que conocen? Ciertamente hay un tema estructural de clase/raza en el país como en el resto de América. Con frecuencia, el empresariado es blanco. Pero, por diferentes razones, incluso en el mundo de los grandes negocios hay personas negras que no necesariamente son entrevistadas para hablar de sus áreas de interés. Quizás en ese sentido los periódicos sean incluso más conservadores que la sociedad conservadora…

Las personas negras, la afrodescendencia y sus luchas son “exotizadas” y trivializadas. Con frecuencia, la negritud y la afro descendencia se cubre desde lo exótico, lo colorido, lo raro y no se profundiza en el significado de ciertas manifestaciones culturales. Por ejemplo, las manifestaciones religiosas afrocaribeñas y afrodominicanas son espacios de resistencia, fueron claves en la lucha contra la esclavitud. El legado de la negritud y la afrodescendencia en el Caribe es profundamente político: está vinculado a la lucha por la libertad, contra la esclavitud y por la Independencia. Hay que evitar infantilizar y sobre simplificar el legado de nuestros ancestros negros.

La belleza es blanca. Muchas veces se utilizan solo imágenes de personas blancas para mostrar aspectos positivos de la vida, como familias felices, diversión, profesionalidad, etc.

Sugerencias para mejorar las coberturas 

  1. Las redacciones deben reflexionar en la idea de que si bien el mestizaje es importante en la historia dominicana, no elimina el hecho de que hay una gran cantidad de población negra víctima del racismo estructural y en la vida cotidiana. ¿Estamos dando cobertura a esas discriminaciones que incluyen, posiblemente, a las violencias policiales?
  2. Mientras más amplia y consciente es la mirada del entrevistador y la entrevistadora, mejor le transmite la realidad al público. Reflexione en cómo el colorismo/racismo o la falta de conocimientos sobre estos, condiciona sus coberturas de economía, política, deporte, arte, cultura, etc.
  • En las imágenes, represente la diversidad racial y étnica dominicana. Somos un pueblo de mayoría negra, que también tiene personas mestizas de diversos orígenes nacionales. El dominicano no tiene una sola cara ni un solo color.
  1. Con frecuencia, los expertos de piel oscura, aunque tengan igual formación que sus pares, no están en puestos visibles. Amplíe las fuentes, busque la mayor diversidad posible, identifique a esos expertos/investigadores que con frecuencia no están en los medios
  2. Identifique las asociaciones de afrodescendientes/afrodescendencia para hablar sobre sus temas. No hable sobre ellos/ellas sin escucharles.
  3. Huya de la trampa del mestizaje para encubrir privilegios. “Todos tenemos el negro detrás de la oreja”, sí, posiblemente. Pero no todos somos racializados como personas negras. Entienda el privilegio que da el colorismo a personas de piel más clara y preste atención a las denuncias de discriminación que se pueden dar producto de estas relaciones complejas.
  • Género y racialización. Las mujeres negras se enfrentan, con frecuencia a una doble discriminación. El trabajo, los aportes, los saberes y las demandas de las mujeres negras con frecuencia no se visibilizan. Busque activamente sus voces para que ayude al público a comprender la realidad de forma más amplia.

Referencias/Recursos

Guía para una comunicación inclusiva: pautas para un periodismo de derechos ( De la Cruz Matos, Solange.  Espacinsular, 2019) http://www.espacinsular.org/images/GuiaCP/1Gua_para_una_comunicacin_inclusiva__Pautas_para_un_periodismo_de_derechos.pdf

Expresiones contemporáneas de los racismos en México. Cuerpos, medios y educación (Tipa, Juris; Velasco Cruz, Saúl; Nuño Gutiérrez, Uriel, compiladores, 2021)

Medios de comunicación e inmigración (Lario Bastida, Manuel, compilador). 2006

Género, raza, sexualidad, debates contemporáneos (Curiel, Ochy)

https://www.urosario.edu.co/urosario_files/1f/1f1d1951-0f7e-43ff-819f-dd05e5fed03c.PDF

¿Qué es la decolonialidad? – Curiel, Ochy https://www.youtube.com/watch?v=2non_MMVXGc&t=1604s

*Conferencia compartida durante el taller “Rol de los medios de comunicación en la promoción de la inclusión para el desarrollo sostenible” organizado por el PNUD el 15 de marzo de 2022