El libro "La deshumanización del arte y otros ensayos de estética" del filósofo español José Ortega y Gasset, publicado en 1925 por la Editorial Austral, es una obra clave para entender la evolución de la literatura y la cultura artística del presente. En este interesante ensayo de 224 páginas, su autor ilustra la idea de que el arte moderno ha perdido su carácter humanista y se ha convertido en una manifestación de la técnica y la abstracción, alejada de la realidad y de la experiencia humana.

El libro comienza con una crítica al idealismo estético de la tradición romántica, que considera al arte como una expresión de la subjetividad del artista. Ortega y Gasset argumenta que este enfoque subjetivo del arte ha llevado a una "desrealización" del mundo, en la que el artista se aísla de la realidad y crea obras que son una mera proyección de su propia subjetividad.

Según el autor, el arte moderno se ha convertido en una forma de conocimiento que utiliza la técnica y la abstracción para explorar la esencia de las cosas. En otras palabras, el arte ha dejado de ser una representación de la realidad para convertirse en una manifestación de la técnica y la abstracción. Pars nuestro autor, el creador literario moderno, en lugar de representar realidad ficcional sobre lo humano frente a su realidad real, crea obras inmanentes que exploran la esencia de las cosas a través de la abstracción y la simplificación, soslayando al ser humano, su quehacer cotidiano y su comportamiento.

Para nuestro gran humanista español, "el nuevo estilo, tomado en su más amplia generalidad, consiste en eliminar los ingredientes 'humanos, demasiado humanos', y retener sólo la materia puramente artística" (P. 57), lo que ha devenido en dos formas de creación distinta: Una inspirada en una ontología del ser, dirigida a un público amplio y no necesariamente especializado, y la otra basada en la literalidad de la obra (lo que hace que un texto sea literario en sentido artístico) dirigida a un público muy especializado y reducido.

Sin embargo, Ortega y Gasset advierte que esta "deshumanización" del arte puede tener consecuencias negativas, puesto que, al alejarse de la realidad y de la experiencia humana, el arte moderno se ha convertido en una forma de elitismo, alejada del público y de la sociedad en general. El autor sugiere que el arte debería recuperar su carácter humanista y volver a conectar con la experiencia cotidiana de las personas.

Bastaría colocar una décima de Juan Antonio Alix, o una de las criollas de Arturo Pellerano Castro al lado del poema "La Calumnia" de Rubén Darío, o de "El pequeño nocturno", de Osvaldo Bazil para comprender, grosso modo, el libro de Gasset; por lo que se infiere cómo su planteamiento sugiere considerar la creación artística a partir de perspectivas inmanentes y trascendentes.

Por consiguiente, "La deshumanización del arte" es una obra clave para entender la evolución de la literatura y la cultura en el siglo XX, sobre todo, para comprender las corrientes vanguardistas en lo literario y en lo pictórico. En esta obra, valga recalcar, su autor ofrece una crítica al idealismo estético de la tradición romántica y explica la idea de que el arte moderno se ha convertido en una forma de conocimiento que utiliza la técnica y la abstracción casi solo para explorar la esencia de las cosas.

Estamos, pues, ante un libro que sigue siendo un punto de referencia para entender la relación entre el arte verbal, la técnica de creación literaria y la cultura letrada hispánica, por lo que recomendamos su lectura.

 

Gerardo Roa Ogando en Acento.com.do