Después de salir de Durban, nos dirigimos hacia la ciudad Este de Londres, pero al llegar el 11 de marzo, el capitán nos informó que no podíamos atracar porque en consulta con el puerto evaluaron la situación y determinaron que debido a las condiciones climáticas no iba a ser posible atracar el barco en el muelle. Ese día lo pasamos en el mar transitando a una velocidad más lenta para llegar a Puerto Elizabeth a la hora programada, 8 am el 12 de marzo. Ese día era domingo, por lo que había misa y las oficinas y la mayoría de las empresas y negocios estaban cerrados.

Port Elizabeth, denominada Ciudad Amistosa, es un centro costero de la provincia del Cabo Oriental. Es una de las ciudades mas grandes de Sudáfrica, 770 kilómetros al este de Ciudad del Cabo, y forma parte de la municipalidad de la Bahía de Nelson Mandela, que une la ciudad con las ciudades industriales interiores de Uitenhage y Despatch.

Port Elizabeth se estableció en 1820 como un asentamiento británico alrededor de Fort Frederick y se incorporó como ciudad en 1861. Fue nombrada por Sir Rufane Donkin, el gobernador interino de Cape Colony, por su difunta esposa, Lady Elizabeth. Port Elizabeth se convirtió en ciudad en 1913, después de que la finalización del Ferrocarril de Kimberley (1873) estimuló el desarrollo del puerto.

Desde 1998, Puerto Elizabeth es ciudad hermana con la ciudad sueca de Gotemburgo, fomentando el desarrollo de campos comunes de interés como gestión de residuos, bibliotecas públicas, deporte y turismo. En 2000 Port Elizabeth se convirtió en la sexta ciudad hermana de Jacksonville, Florida en los Estados Unidos. Otra ciudad hermana es Palm Desert, California, también en los Estados Unidos, desde 2005. Las tres lenguas más habladas son el afrikáans (40.2%), el inglés (33.2%), y el Isi-Xhosa (22.2%). En el barco nos facilitaron una tarjeta para saber cómo saludar en varios de los idiomas oficiales de aquí.

Los turistas se sienten atraídos por las hermosas playas, el surf y el cercano Parque Nacional Addo Elephant. Excelentes comunicaciones, energía barata y agua se combinan para crear uno de los centros de fabricación más activos del país, dominado en gran medida por la industria automotriz. El puerto de la ciudad a veces maneja importaciones para Zambia y Zimbabue y exporta mineral de manganeso, lana, productos derivados del petróleo y frutas.

En Puerto Elizabeth, los veranos son cortos y calurosos; los inviernos son largos y frescos y está seco, ventoso y mayormente despejado durante todo el año. Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de 8 °C a 26 °C y rara vez baja a menos de 5 °C o sube a más de 30 °C. En base a la puntuación de turismo, la mejor época del año para visitar Puerto Elizabeth para actividades de tiempo caluroso es desde mediados de noviembre hasta mediados de abril.

El crucero ofrecía varias giras desde este puerto, incluyendo: el parque de elefantes Addo; una gira terrestre al Amakhala Safari Lodge & Winelands, una excursión de tres días y 2 noches; Kwantu Game Reserve; Pumba Private Game Reserve Safari; crucero de pingüinos de Sudáfrica; y pueblos de Sudáfrica. Nosotros optamos por quedarnos en la ciudad, ya que era la primera vez que la visitábamos. El puerto nos proporcionó un autobús de cortesía que hacia un recorrido desde el barco a dos puntos de la ciudad: Complejo de Entretenimiento Boardwalk y la Reserva Donkin. Primero fuimos a la Reserva Donkin, para luego ir al Boardwalk.

La Reserva Donkin fue proclamada un espacio abierto perpetuo por Sir Rufane Donkin. Está ubicada sobre la terraza Belmont, en el centro de la ciudad, desde donde se puede observar un panorama de la Puerto Elizabeth. La misma incluye una pirámide Monumento de Piedra y un faro. La pirámide es aproximadamente 10 metros de altura, y los lados de la base miden 8 metros cada uno. El faro se construyó en 1861 y también acoge la Oficina de Turismo Bahía Nelson Mandela. Este es el centro oficial de información turística.

Las imágenes de Nuestra Señora de la Altagracia frente a la Pirámide en la Reserva Donkin, Puerto Elizabeth.

De aquí caminamos hacia la Catedral San Agustine, que quedaba en la parte baja en el centro de la ciudad, como a tres cuadras. Cuando intentamos bajar por una zona, un vigilante nos paró para decirnos que no era seguro caminar por ahí, que el nos acompañaría hasta la iglesia. Nosotros le respondimos que, en ese caso, caminaríamos por la calle principal. Cuando bajamos, ya cerca de la iglesia, nos paró otra persona y nos preguntó que si teníamos un pase peatonal. Nosotros le comentamos que nos dirigíamos a la iglesia, la cual estaba al frente. El señor tenía una identificación de seguridad. Desde ahí nos empezamos a preocupar por la seguridad y a encomendarnos a Dios y la Virgen de la Altagracia para que no nos pasara nada.

Llegamos a la Catedral, participamos en la misa, y al final pudimos conversar con el sacerdote Fr. Jerry Browne. Le hablamos sobre nuestra peregrinación, él bendijo las imágenes y a nosotros. Él se motivó mucho de esa gran iniciativa de llevar a la Virgen por el mundo. El personal de la iglesia fue muy amable con nosotros y nos invitaron a compartir una comida con ellos. La misa fue hermosa, los cánticos en los ritmos africanos nos emocionaron y nos sorprendió el momento de llevar las ofrendas, ya que incluían artículos de comida, como arroz y vegetales. La mayoría vestían sus ropas típicas.

La Pintora Elizabeth Farinho de Núñez y Fr. Jerry Browne frente a la Catedral San Agustine, Puerto Elizabeth.

Ya de regreso caminado por la colina de la calle que nos llevaría a la Reserva Donkin, donde tomaríamos el autobús para seguir nuestro recorrido, una señora que nos había visto en la iglesia se paró para ofrecer llevarnos a donde íbamos porque era muy peligroso para nosotros caminar por ahí. Nosotros le respondimos que ya estábamos llegando a donde tomaríamos el autobús. Ella fue muy amable y no se fue hasta que vio que nosotros llegamos a nuestro destino.

Luego fuimos al Boardwalk. El autobús nos dejó en el mall del mismo nombre. Es un centro muy moderno con muchas tiendas, supermercado y restaurantes. Está frente a la playa Hobie, que es muy bonita y está certificada Bandera Azul. Como era domingo, la playa estaba llena de personas caminando y algunas dentro del agua, a pesar del frio que hacía para nosotros, principalmente cuando venía el viento. En ese complejo hay hoteles de lujo, en adición a sitios de diversión y casinos.

En el trayecto que recorrimos en el autobús, pudimos apreciar varias secciones de la ciudad, las cuales eran muy bonitas y atractivas. Finalmente llegamos al barco para seguir el viaje hacia la Ciudad del Cabo (Cape Town).

El 14 de marzo llegamos a Ciudad del Cabo donde permanecimos dos días. Esta es la segunda vez que visitamos esta ciudad. Esta es una ciudad muy grande, con muchas actividades, por lo que dos días no son suficientes para apreciar las principales actividades que la misma ofrece. Llegamos al puerto turístico, que está en un distrito muy atractivo de la ciudad. Aunque podíamos caminar hasta el Centro Comercial Victoria Wharf, el puerto ofrecía un autobús de cortesía a ese sitio. Cuando salimos de la terminal del puerto no tuvimos que tomar el autobús o caminar, porque ahí mismo estaba un pequeño autobús de la compañía que opera los buses “Hop on Hop off”. Nosotros pagamos para utilizar este servicio por los dos días, por lo que inmediatamente nos montamos en este autobús.

Ciudad del Cabo es la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica, después de Johannesburgo. Es la capital legislativa de Sudáfrica, donde se encuentra tanto el Parlamento Nacional como muchas otras sedes gubernamentales. La ciudad es famosa por su puerto, así como su conjunción natural de flora, la Montaña de la Mesa y Punta del Cabo. Es el destino turístico más popular de África.

Situada en la Bahía de la Mesa, se desarrolló originalmente como estación de abastecimiento para los barcos de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, que viajaban a África Oriental, India y Asia, más de doscientos años antes de la apertura del Canal de Suez en 1869. La llegada del navegante neerlandés Jan van Riebeeck el 6 de abril de 1652 significó el establecimiento del primer asentamiento europeo en África subsahariana. Rápidamente superó su propósito original como el primer puesto de avanzada en el Castillo de Buena Esperanza, convirtiéndose en el centro económico y cultural de la Colonia del Cabo. Hasta la fiebre del oro de Witwatersrand y el desarrollo de Johannesburgo y Durban, Ciudad del Cabo era la ciudad más grande de Sudáfrica.

La ciudad tiene una población estimada de 3.5 millones de habitantes. El centro de Ciudad del Cabo se sitúa en un extremo norte de la Península del Cabo. La Montaña de la Mesa forma una marcada depresión hacia la cuenca de la ciudad, con su meseta de un kilómetro de altura y está rodeada de acantilados casi verticales, el Pico del Diablo y la Cabeza de León. A veces se forma una franja delgada de nubes sobre la montaña y debido a su apariencia se le llama el “mantel de la mesa”. La península consta de una abrupta cadena montañosa que sobresale en el océano Atlántico y termina en Punta del Cabo. Existen más de 70 picos sobre los 300 metros (la definición americana de una montaña) dentro de los límites oficiales de la ciudad. Muchos de los suburbios de Ciudad del Cabo se encuentran en el gran plano de las Planicies del Cabo.

Respecto a las actividades al aire libre, Ciudad del Cabo tiene una variedad de deportes tales como escalada, buceo, golf y parapente, entre otros. Las playas son ideales para los deportes acuáticos, incluyendo el surf, windsurf y kayak. El más popular es el buceo, con lo que es habitual encontrar tiburones.

Tuvimos la suerte de tener buen clima durante los dos días que estuvimos en la Ciudad del Cabo, por lo que lo disfrutamos a plenitud. Nuestra primera parada en el recorrido por la ciudad fue la Montaña de la Mesa, ya que las condiciones eran favorables, no había nubes sobre la montaña (a lo que le llaman “el mantel sobre la mesa”), y el viento no era fuerte. El bus nos dejó en la base desde donde se toma el teleférico que sube a los turistas hasta la cima de la montaña. Hay dos teleféricos con capacidad para 65 personas cada uno. Desde ahí la vista de toda la ciudad es espectacular. La planicie en el tope está acondicionada con jardines, aceras, tiendas y facilidades de aseo. Se puede caminar por todo alrededor para ver la ciudad de diferentes ángulos.

La Pintora Elizabeth Farinho de Núñez sosteniendo las imágenes de la virgen en el tope de la Montaña de la Mesa, Ciudad del Cabo.

Seguimos nuestro recorrido en búsqueda de iglesias católicas que quedaran cerca de una de las paradas del autobús. Encontramos la Iglesia de Santa Teresa en la zona de Camps Bay. Aquí hay una playa preciosa con muchos restaurantes al frente. Fuimos a la iglesia, pero lamentablemente estaba cerrada. Averiguamos sobre otras iglesias, y todas estaban cerradas. Aprovechamos para almorzar en esta parada.

Las imágenes de la Virgen frente a la Iglesia Santa Teresa en Cape Town.

Luego seguimos nuestro recorrido para visitar el centro de la ciudad y ver las artesanías africanas que se ofrecían en el mercado artesanal Green Market Square, así como en otras tiendas establecidas. Me sorprendió una tienda de ropa con telas africanas donde te toman la medida y te hacen el vestido de inmediato. Conversé con la vendedora sobre Nuestra Señora de la Altagracia, quien se mostró complacida de tomarse una foto con la imagen de la Virgen. Cuando le dimos el separador de libro dijo en voz alta que la Virgen de la Altagracia haga milagros en su familia.

Los autobuses tienen varias rutas. La ruta que tomamos dura alrededor de una hora si uno no se desmonta en ninguna parada. El mismo recorre una amplia zona que le permite al visitante ver un amplio panorama de la ciudad. Después de recorrer todo el trayecto, regresamos al área del puerto par disfrutar de las actividades que se desarrollan en esa zona. Además del Centro Comercial Victoria Wharf, en esta zona hay una gran variedad de tiendas, un centro artesanal, un acuario, museos y restaurantes. Desde ahí también se toman fotos espectaculares de la Montaña de la Mesa.

La Pintora Elizabeth Farinho de Núñez y su esposo el Dr. Rubén Núñez con la Montaña de la Mesa de fondo.

Al final de la tarde nos regresamos al barco con la intención de regresar a la ciudad en la noche, pero mejor decidimos prepararnos para las aventuras del próximo día 15. Este día tomamos otra ruta de los autobuses que nos llevó fuera de la ciudad a otros municipios que rodean Ciudad del Cabo. Pasamos por la zona vinícola, el jardín botánico Kristenbosch, y nos paramos en el Mundo de las Aves, que tiene una gran variedad de aves, incluyendo pingüinos africanos. Completamos la ruta que toma más de una hora, para terminar de nuevo al inicio en el puerto. Ahí almorzamos en un restaurante, y nos pasamos la tarde paseando en el área, incluyendo el Museo Zeitz de Arte Contemporáneo Africano. Había grupos de músicos tocando y esculturas esparcidas en los espacios del área.

Aquí se encuentra la Plaza Nobel dedicada en diciembre 2005 a las cuatro personalidades sudafricana que recibieron el Premio Nobel: Albert Lutuli, Desmond Tutu, F.W. de Klerk, y Nelson Mandela.

Nueva vez, agradecemos a Acento y a su director y a todas las personas que nos han apoyado y animado en esta peregrinación de Nuestra Señora de la Altagracia alrededor del mundo.

Para dar seguimiento al paso de la Virgen de la Altagracia por Puerto Elizabeth y la Ciudad del Cabo, Sudáfrica y disfrutar de más fotos y videos, pueden dirigirse a nuestra página de Instagram @virgenviajaporelmundo. Nuestro próximo puerto es Luderitz, Namibia.