Llegamos a Ámsterdam, Países Bajos el 18 de abril, lo que coincidió con el 150 aniversario de Holland America Cruise Line, la línea de crucero en que hicimos el recorrido. La empresa inició sus operaciones en Rotterdam trasladando personas a los Estados Unidos de América. En Ámsterdam permanecimos dos días, donde el crucero ofreció una cena de gala para celebrar los 150 años de la empresa, con el presidente de la compañía y otros oficiales de la compañía.
El Reino de los Países Bajos es el nombre en español para Netherlands, que viene del neerlandés “neder landen”, que significa “tierras bajas”. Se llama así porque se encuentra parcialmente por debajo del nivel del mar. Sin embargo, tradicionalmente hemos conocido a los Países Bajos con el nombre Holanda porque la industria turística decidió promover el país con ese nombre. Por otra parte, esto no tenía mucho sentido porque Holanda es una provincia que se divide en dos provincias: Holanda del Norte o Septentrional, donde se encuentran Ámsterdam y Haarlem; y Holanda del Sur o Meridional, donde están las ciudades de La Haya, Roterdam y Leiden.
Los Países Bajos han crecido a través de los años al agregar terreno que se encuentra por debajo del nivel del mar. Esto los ha hecho son expertos en el manejo y control del agua. De ahí surgieron los molinos de viento que se utilizan para drenar los pantanos al bombear agua al otro lado de diques de contención construidos para ese propósito. De ahí la cantidad de canales que se encuentran por todas partes, los cuales se han utilizado para la navegación a través de los años, y como lugar de vivienda en los botes casas que se encuentran en los lugares designados, con conexión a los servicios de electricidad, agua y cloaca.
Además de los molinos de viento y sus canales, los Países Bajos también son conocidos por sus hermosos campos y producción de tulipanes, la producción de una gran variedad de quesos y los zapatos de madera, llamados Klompen, en español zuecos. Hoy día se utilizan pintados para decoración, y además de madera, se fabrican en una variedad de materiales. Su origen data de la época medieval, y eran utilizados por los granjeros, trabajadores de las fábricas, pescadores y artesanos y otros para protegerse los pies de clavos, ganchos o cualquier objeto punzante.
Los Países Bajos tienen una población de 17.7 millones de habitantes en un territorio de 41.5 mil kilómetros cuadrados. El 18% de los neerlandeses son católicos, el 14% protestantes, el 5% del islam, mientras que el 57% no pertenece a ninguna denominación religiosa.
Ámsterdam es la capital de los Países Bajos, con una población de 1.1 millones de habitantes. Es una ciudad hermosa con más de 50 museos y un sistema de transporte muy eficiente, incluyendo tranvías, autobuses, botes y muchas bicicletas. La ciudad tiene muchos canales que comunican varias zonas. Se estima que hay más de 400 mil bicicletas en la ciudad y que alrededor del 50% de la población la usa diariamente. Hay carriles para bicicletas por todas partes, en adición a los carriles peatonales. Hay un montón de bicicletas en la calle. Cuando uno camina tiene que cuidarse no solamente de los vehículos en el tránsito, si no también de los ciclistas, ya que andan bastante rápido.
Llegamos a la terminal del puerto turístico de la ciudad que está justo en el centro de la ciudad, desde donde se puede caminar a la terminal del tren, y otros sitios céntricos. La terminal cuenta con facilidades de primera, y al llegar nos recibió una decoración que incluyen una vaca pintada que representa la alta producción de leche y quesos, y un zueco decorativo.
Al salir de la terminal compramos el pase para el autobús “hop on hop off” para los dos días que estuvimos en la ciudad, que incluía un paseo en bote. Como era temprano, caminamos hasta la plaza frente a la estación de tren para tomar el autobús. Recorrimos toda la ciudad, disfrutando de la arquitectura, los jardines, los canales, las esculturas y la gente caminando o en bicicleta. Al regresar al punto de partida fuimos a la Basílica de San Nicolás. Es una iglesia muy bonita ubicada en la zona cerca de la estación del tren. No pudimos hablas con el sacerdote, pero entramos y tomamos fotos. Hablamos con mucha gente, pero fue difícil encontrar personas que quisieran retratarse con la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia. Casi todos nos decían que no creían en ninguna religión. De todas maneras, aprovechábamos para hablarles de nuestra virgen.
Caminamos por esa zona central y entramos a una tienda de quesos donde las dependientes estaban vestidas con los trajes típicos del país. Pudimos apreciar la gran variedad de quesos que producen, así como las diversas presentaciones que tenían.
Al caminar por las calles se podían ver muchas esculturas esparcidas por todas partes decorando el ambiente, así como tulipanes en todas partes. Los siembran en los jardines, así como en grandes maceteros que colocan en varios sitios encima de las aceras. Caminamos por la zona roja, que está llena de restaurantes y bares, para seguir nuestro camino hasta el Palacio Real y toda la zona del centro. Luego fuimos a la casa donde vivió Anne Frank, donde también han hecho un museo. Anne Frank fue una niña judía que escribió un diario durante su escondite en esta casa cuando los nazis tomaron control de la ciudad de Ámsterdam.
De los más de 50 museos en la ciudad, hay una zona que le llama el barrio de los museos donde hay un grupo de museos grandes y muy importantes. Están ubicados en una gran plaza con jardines, restaurantes y tiendas que venden artículos relacionados a los museos. Hay una gran fuente con grandes maseteros llenos de tulipanes de diversos colores. Aquí se destacan el Rijksmuseum (Museo Nacional de Ámsterdam), el museo de Van Gogh, el museo Stedelijk Ámsterdam, el museo de ciencias MEMO, y el museo Moco.
Era impresionante ver la cantidad de turistas que abarrotaban las calles y hacia cola para entrar a los museos. Los museos se mantienen tan llenos, que hay que reservar en línea la hora que se puede entrar después que uno comprar el tique de entrada. Nos encantó Ámsterdam, es una ciudad con mucho que ofrecer, y dos días es muy poco tiempo. Regresamos caminando al barco para disfrutar de las actividades en el crucero y prepararnos para el próximo puerto Copenhague, Dinamarca.
Agradecemos a Acento y a su director y a todas las personas que nos han apoyado y animado en esta peregrinación de Nuestra Señora de la Altagracia alrededor del mundo.
Para dar seguimiento al paso de la Virgen de la Altagracia por los Países Bajos y disfrutar de más fotos y videos, pueden dirigirse a nuestra página de Instagram @virgenviajaporelmundo. Nuestro próximo puerto es Copenhague, Dinamarca.