Con dedos de niebla Nietzsche toca al piano al mediodía. Le gusta improvisar.
Buscando la melodía infinita….¨Entre la coacción de la escuela y el hogar, solo me queda la libertad de la música. .¨´Siento como las notas entran en mi y resuenan espiritualizadas…¨ Si ordeno las cosas según el grado de placer que procuran a la cabeza , se encuentra la improvisación musical, durante un buen rato luego la audición de algunas cosas de Wagner y Beethoven, luego escribo, apuntes filosóficos un poco ante del mediodía¨.
Estas citas tomadas de las cartas a Peter Gets, citados por Karl Jaspers, en su libro sobre Nietzsche, nos sirven para ilustrar la gran importancia de la música en Federico Nietzsche, tanta que, al detenerse a oír, escuchaba la música de sus pensamientos, la melodía del mundo, la música jamás oída.
Filósofo y músico, pianista y compositor, entre sus diversas composiciones, se recuperaron: Ecos de una noche de San Silvestre, Cantos de procesión, Baile de campesinos y Campanas de medianoche para violín y piano, diversas piezas musicales para piano solo, coros a capela, coros y orquesta, y tres partituras de una sonata inconclusa.
En otra carta fechada en el 22 de junio de 1887, le cuenta a su amigo Peter Gets que Ricardo Wagner interpreta su música en la ciudad de Wander.
El nacimiento de la tragedia, su primer gran texto, en cual dirige una mirada pluritonal hacia la nueva ópera, al rescate en la música alemana, de las sonoridades graves y profundas del ser alemán.
Estas reflexiones músico-poéticas hablan sobre la vida , lo bello y lo terrible que significa estar vivo, justo en el instante cuando el hombre es capaz de hacer brotar de sus heridas, un árbol de canciones, una música jamás oída.
Apolo y Dionisos, estos dioses griegos, son los guías al servicio de Nietzsche, en su viaje a la tragedia y a su música jamás oída.
Apolo que es armonía, y razón, melodía, tonalidad y orden.
Dionisos, que es la sangre de la música, la embriaguez, el vino oscuro, la rotunda fuerza creadora que rompe todos los limites y toda norma. Fiesta, delirio, gozo y embriaguez divina.
La analogía entre la tragedia griega y el combate de estos dioses, en la ópera alemana, llevan esta visión de la música a niveles nunca jamás oída. Junto a Wagner, describe el sentido verdaderamente superior en la nueva ópera alemana.
Lenguaje nuevo, mito y contemporaneidad, forma nueva con mitos viejos, vueltos a la vida para los hombres del presente, por una música jamás oída.
“Toda cultura, si le falta el mito, pierde su fuerza natural sana y creadora, solo un horizonte de mitos otorga crecimiento y unidad a un movimiento cultural entero”, escribe en la página180 del Nacimiento de la tragedia.
“Para , el músico apolíneo, la vida solo era digna de ser conocida, en cambio para el músico dionisíaco, la vida solo es digna de ser vivida, es la vida la que marca el tono, el ritmo y la melodía, música que en su embriaguez es la música jamás oída”, concluye exaltado.
"La vida sin música, es simplemente un error, una fatiga , un exilio", continúa expresándole a su amigo Peter Gets..pag. 188. Karl Jaspers.. Nietzsche.
Sentir vivir. La expresión dionisiaca, el palpitar su corazón, al ritmo del mar y del universo.
Escucha al mundo para describir su armonía, el ritmo con el que danza la vida.
Toda la historia del hombre y de los pueblos están regidos por el ritmo dialéctico, la lucha de los opuesto, lo no dual, el contrapunto, buscando un tono que una lo disperso, en un instante, y luego continúa, el fluir de la melodía, en donde aparecen y desaparecen los hechos históricos, como frases musicales, el tono, las ideas, los motivos, los acordes , las disonancias, la atonalidad que lo niega todo, las revoluciones, las involuciones, la tragedia y el gozo, la armonía y el caos , variaciones de un mismo tema, música jamás oída.
“Uno de esos misterios es el paréntesis interno entre la ola , la música y el gran juego del mundo, que consiste en morir y devenir, crecer y perecer, imperar y subyugar…. El nacimiento de la tragedia”. Nietzsche, pag.123.
El hombre en su totalidad es un fenómeno musical. La vida no es más que una organización rítmica , espontánea, la unión y lucha de los contrarios, el contrapunto dual, el ritmo del día y la noche, el calor y el frío, la lluvia, la sequía, el mar y el río. Todo es música y razón, música jamás oída.
Danza; todo gira, por dentro y por fuera, el universo y los átomos, las estrellas que bailan en el ojo de una aguja, millones de soles en el ojo de una hormiga.
“¿Puede un asno ser trágico?”, pregunta Nietzsche. “Un gato puede hablar como un hombre, pero cuando un hombre habla como un gato es un loco”, nos responde Nietzsche.
“Lo que una vez se movió, seguirá moviéndose en el conjunto”,vuelve a escribir el filósofo contemplando un insecto, en un trozo de ámbar. Todo gira.
Gira lo malo en lo bueno, la oscuridad en luz, la muerte en vida.
Música jamás oída . Todo gira.