Origen y significado
La palabra exvoto proviene del latín “ex voto”, que significa “proveniente de un voto”; es decir, algo que se promete realizar al cumplirse o recibirse un favor. Los exvotos han estado presentes en todas las culturas y toman diferentes formas dependiendo las características religiosas de cada una de ellas, pueden ser bailes, rituales, donaciones, oraciones u otro tipo de actos.
Según explica Clara Bargellini, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM de México, los exvotos representan un intercambio entre lo terrenal y lo sagrado:
“Los exvotos no sólo expresan gratitud por un hecho único y singular; también buscan fortalecer la relación y comunicación entre lo humano y lo divino de manera que se extienda en eficacia y duración en el tiempo, así como difundir la importancia de esa relación entre los que lleguen a conocer sus beneficios”.
Es decir que la función del exvoto, más allá de cumplir una promesa y agradecer, es fortalecer y difundir los sentimientos religiosos. En el marco del catolicismo los exvotos muestran la necesidad de contar o revelar las historias de estos milagros; por ello, además de las representaciones pictóricas por medio de la pintura, estos cuadros incluyen una narración breve de los hechos, las plegarias y el supuesto milagro que motivaron la realización de la pieza.
Esta clase de exvotos surge en Italia en el siglo XV y se caracterizan por plasmar lo inesperado en la vida de los creyentes: el imprevisto se manifiesta en tragedias como el dolor, el peligro, el riesgo de muerte, enfermedades, accidentes, injusticias y otras peripecias; a la vez que conforman un testimonio de la fe y dan cuenta de las formas en las que los creyentes respondían a la adversidad, atribuyéndole a una fuerza superior la capacidad de cambiar el rumbo de sus vidas.
De Europa a los pueblos americanos
De acuerdo con Bargellini, la práctica de depositar estas piezas en los recintos religiosos se extendió por Europa y llegó a los pueblos de América con los castellanos, donde creció aún más y se fue transformando en una importante parte de la cultura popular americana.
En México, por ejemplo, país donde conozco muy bien el uso de los exvotos, que ellos llaman "milagritos", es muy frecuente que los mexicanos lleven a las iglesias estos objetos, de hecho, lo han asumido tanto y se identifican con ellos, que investigadores mexicanos establecen que el origen de los exvotos es mexicano, pero en realidad la costumbre viene precisamente de Italia, como ya hemos establecido, Italia, era (y sigue siendo) un importante lugar para el catolicismo en el viejo continente. Para el siglo XIX se mantuvo la realización de estos retablos y para el XX comenzaron a llamar la atención de artistas y coleccionistas por ser expresiones artísticas populares inscritas fuera de la academia y de las técnicas dominantes.
Generalmente, las pinturas que conforman los exvotos son realizadas al óleo sobre lámina o madera y sus autores son desconocidos; sin embargo, algunas se encuentran firmadas o son atribuidas a un autor con base en el estilo o técnica utilizadas para su realización, como hemos visto en Colombia, Cuba, México y Venezuela.
El interés en estas expresiones de arte popular influenció a diversos artistas del siglo XX, los cuales produjeron piezas que emulaban a los exvotos, pero que estaban fuera del contexto religioso o sagrado y que por el contrario buscaban reflejar diversos aspectos de la vida social y cotidiana.
Exvotos en República Dominicana
En las Basílicas dominicanas y otros centros de peregrinación del país, al igual que los centros de peregrinación vinculados a la Religiosidad Popular dominicana que hemos visitados, como la Agüita de Liborio, la iglesia de Bibiana de la Rosa en las lomas de Mana en San Cristóbal, las Ermitas de San Juan Bautista en Baní, la Iglesia San Miguel en la capital, la iglesia dedicada a la Señorita Elupina Cordero en Sábana de la Mar y otros lugares, frecuentados por devotos, que van a pedir milagros, cumplir promesas, llevar ofrendas y como curiosos durante todo el año, una de las actividades que más se destacan en estos lugares, son las entregas de promesas a través de objetos de diferentes formas, características, tamaños y colores, pero muy pocos saben que su nombre original es exvotos.
Nosotros en nuestra experiencia de varios años como investigador, frecuentando lugares vinculados a manifestaciones de la Religiosidad Popular Dominicana o Vudú Dominicano, nos hemos encontrado con todo tipo de objetos y todo tipo de formas, desde oro, plata, cobre, cuero, madera, hierro, plástico, cera, alambre, tela y cartón.
En estos lugares se puede ver todo tipo de parte del cuerpo, así como cabello, uñas, lengua, dientes, barcos, pinturas, casas, autos, animales de todos los tipos, velas, velones y hasta las partes de los genitales tanto de hombre como de mujer, grandes y pequeños, como vimos ofrendas en el Santuario a la Yemayá en Santiago de Cuba en el 2023.
En el altar de la cofradía de Nuestra Señora del Carmen en Bánica de la familia Gómez, el amigo Efrecdes, nos mostró una cantidad de exvotos que tienen guardados, que llevan devotos durante todo el año, como promesas a la Virgen del Carmen, por favores recibidos.
Por igual también encontramos estos objetos en el Cerro de San Francisco, en el mismo pueblo de Bánica, La Dolorita en Los Morenos de Villa Mella, en los altares tradicionales que se preparan en diferentes casas en honor a la fiesta del Espíritu Santo en el barrio el Tamarindo en Cotuí, en Comendador durante la celebración del Espíritu Santo, en templos de la ciudad Colonial, como el de San Miguel, San Carlos, Santa Bárbara y Las Mercedes.
Pero es importante que destaquemos, que después de la Basílica de la Altagracia en Higüey, el lugar donde más hemos visto en el país, ofrendas con estas características, es en la celebración del Espíritu Santo en el templo del Santico del Batey en San Juan. Allí la gente lleva cantidades de objetos fabricados de ceras de abejas, barros, hierros y en los últimos tiempos hasta de madera, para cumplir promesas.
Investigando sobre los exvotos en el país, nos encontramos, que el Centro de Inventario de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura Dominicano, tiene publicado en su página web http://centrodeinventario.blogspot.com/2010/01/la-virgen-de-la-altagracia-y-los.html, un trabajo titulado: La Virgen de la Altagracia y los Dominicanos, de fecha 1 de enero del año 2010, realizado por Risoris Silvestre, Soraya Aracena y Luis Pereyra, donde establecen:
"Durante la solemnidad mística desfilan para besar la Santa Imagen y ofrecer sus promesas alrededor de seiscientas mil personas quienes se postran de hinojos ante el cuadro venerado de la Milagrosa Virgen. Los devotos se desplazan de varias maneras, algunos a pie, sin zapatos, venciendo el duro asfalto, otros arrodillados o vestidos de blanco como promesa a la Virgen, por haberle concedido una “gracia” o favor, muchos a llevarle sus exvotos. En los alrededores de la iglesia los peregrinos duermen en el asfalto, durante los nueve días de culto, como parte de las promesas".
Hemos visto exvotos también, en la fiesta a los misterios que realiza Enerolisa Núñez en Mata de los Indios en Villa Mella, en varias celebraciones en pueblos de San Cristóbal, en la iglesia del Santo Cristo de Bayaguana, las monjas reciben y guardan cuidadosamente cada uno de los exvotos que llevan los fieles para la ocasión.
Mi experiencia con los exvotos
Mi primera experiencia con un exvoto, fue aun siendo niño, acompañando a mi abuela paterna a la celebración del Espíritu Santo en el Batey en San Juan, como devota que era. Ella, unos días mandó a preparar donde un señor que los fabricaba, una pierna derecha, para llevarla como ofrenda al santo en su día. Mi abuela había sufrió una fuerte quemadura en su pierna derecha con una olla de agua hirviendo y luego se recuperó. Ella decía que había pedido al santico del Batey, sanara su pierna y así lo hizo el santo y ella cumplió su promesa, y yo fui parte de la historia de ese acontecimiento, que hoy pongo en valor.
Por igual hacen varios años, que cuando tengo la oportunidad de viajar a ciudades de otros países y visito iglesias, santuario y catedrales, siempre busco los espacios donde los devotos llevan sus exvotos como promesas. Uno que me impresionó mucho fue el templo colonial del Santo Cristo de la Buena Salud en San Juan Puerto Rico y su colección de exvotos anatómicos. Por igual la majestuosa catedral de la Villa de la Guadalupe en ciudad de México, la que he visitado varias veces y disfruto de la colección de la cantidad y diversidad de exvotos que llevan a la Virgen morena de Guadalupe creyentes de todo el mundo.
Este año en visita a Santiago de Cuba, una noche caminando por la calle Enramada, me encontré con un velón encendido, una imagen de un santo, con alimentos y un exvoto en una higuera, me detuve y le tomé una foto. Esa es la fe de nuestra gente caribeña, que entiende, que no importa el lugar, lo que si se debe es cumplir lo que se ha recibido y así lo hacen.
Exvotos y promesas también en los cementerios
Otros lugares donde se encuentran exvotos, es en los cementerios dominicanos, en las tumbas del Barón o la Baronesa, aquí encontramos de todo, ya que también son espacios de fe y devoción de los creyentes vinculados a la práctica del Vudú en toda la isla.
El Barón del cementerio es la primera persona enterrada en un camposanto, el difunto si es hombre, es el "Barón"; si es mujer, "Baronesa". En República Dominicana), el Barón se encuentra sincretizado en el Vudú con la imagen de Elías del Monte Carmelo y su compañera Santa Marta "La Dominadora", cuya imagen es la "santa" que tiene la culebra. En el cementerio, en la Cruz Mayor (la más grande) es donde siempre se realiza el culto. Aquí las personas hacen sus celebraciones pidiendo lo que necesitan y llevan sus promesas y servicios y toda por favores recibidos o al momento de hacer la petición.
Al Barón o baronesa, le piden de todo y cuando digo que es de todo, le piden, desde casa, maridos, trabajo, vehículos, hasta viajes, hijos y todo lo que tiene que ver con los trabajos y ofrendas de los servidores de misterios, que es cotidiano en esos lugares.
Para concluir, es importante destacar, que la función del exvoto, más allá de cumplir una promesa y agradecer, es fortalecer y difundir los sentimientos religiosos, que, además, son piezas culturales e históricas que dan cuenta de las expresiones artísticas, populares, de la historia, organización y la cosmovisión de nuestros pueblos. Hasta la próxima semana.