“Antes de decidir regresar a casa hice las paces con mi madre. Decidí perdonar todas las faltas que había cometido en la vida que nos tocó juntas y también perdonar su mano fuerte. Nada pudo ser bonito entre nosotras, en lo absoluto, pero a pesar de su espíritu exigente mi madre había dejado grandes enseñanzas en mí: disciplina, excelencia y responsabilidad para lo que me tocara en la vida por enfrentar, esta vez fue más difícil. Llevarme al psiquiátrico nunca fue la decisión más idónea. No estaba loca. Solo sentía un amor incontenible por mi país y sus cosas. ¿Cómo puede eso llamarse locura? No entenderá ella que los que pertenecen a una tierra tienen que luchar por ella hasta que se mueran”.

¿Puede ser la locura una justificación para nuestros sueños o frustraciones?
¿Puede ser la incontinencia a las injusticias y los desvaríos de una sociedad justificar la vida de un ser humano?

Carmen Segura en esta novela tiene una búsqueda, una búsqueda que conocerán en la novela cuando pronto puedan leerla.

No quiero hacer spoiler, pero si quiero que se conozcan un poco de este personaje. Una dominicana no tan común y corriente que quiere luchar por su país a la manera que ella lo entiende, como ella entiende el mundo y República Dominicana.

Insisto, existen muchas personas que entran en estados alterados para bien y para mal en sus vidas, buscando respuestas a cosas. La locura no pareciera tan descabellada para quien la padece. En la locura, tal vez se esconde un sentido para el propio ser humano que la vive; sea una locura buena o mala.

¿A qué me refiero con buena? Existen otros estados mentales que no son esencialmente como las enfermedades que conocemos en donde las personas se justifican a sí mismas para llegar ahí. Este estado, permite que muchas personas logren sus sueños y metas, porque se encuentran alineados con ese propósito. A esto llama “locura” buena.

¿Cuál de las dos locuras padecerá Carmen Segura?

Eso solo lo puedes investigar entrando en la historia de Carmen Segura, en la novela País imposible.

¡Pronto ya fuera del horno!.