En el bolsillo de mi camisa

Llevo el retrato de mi novia y una caja de caramelos

Que me regaló mi madre

Llevo un rifle terrible terrible en el hombro

Un rifle que se vuelve cada vez más pesado

Pues con él no estoy defendiendo a mi patria

Sino matando a los que quieren una patria

No sé si algún día

Volveré a mi casa de tejas rosadas

Algunos regresan con medallas

Otros son devueltos a sus pueblos

En el mismo refrigerador

Que trae la carne y otras provisiones al frente

Talvez yo derribe a balazos

Catorce estrellas del cielo

Como catorce palomas sangrantes

Asesino de la ternura

Asesino de árboles

Asesino del cielo

No me han traído aquí para el amor

Sino para gritar la palabra muerte

Con la boca del fusil

Me han hundido la estatuilla de un general

En cada oreja

Para que no pueda escuchar los gritos de alegría

De los que combaten del otro lado de los árboles

Y que a veces caen en la tierra como tigres

Las lluvias borrarán las huellas de mis zapatos

Pero no borrarán el sellito rojo de mi crimen

Vencedor o vencido

Condecorado o refrigerado

Siempre quedará un grano de arena manchado de sangre

(Tomado del libro “La pedrada”, del poeta cubano Fayad Jamis).

Libro La pedrada, del poeta cubano Fayad Jamis.