Tú que soñaste

un techo de pájaros

tienes en la lluvia un paisaje de espejos

donde busca eternamente

un ángel su rostro.

Ramón Antonio Jiménez.

Con este verso se inaugura el profundo y trascendente poemario de Ramón Antonio Jiménez, poeta dominicano, fundador de la Comunidad Teocuántica; quien tiene publicada las obras: Melancolía, Crónica circular, Apología del insomnio, La presencia del miedo, La estación del viento, La música de la vida, entre otras.

En este poemario podemos encontrar, poemas, odas y elegías que nos hacen ver a primera instancia el disfrute de cada línea que leemos. Cuando inicié la lectura de los diferentes poemas no pude evitar sentir un poco de confusión, sin embargo, al recorrer el camino de cada poema fui entendiendo el fin de este.

La presencia del miedo es un poemario breve que cuenta con 28 poemas y en mi recorrido por este poemario he decidido destacar y comentar algunos poemas que en mi juicio me han parecido apasionados y profundos.

Cuando un sentimiento de extrañeza e irrealidad nos invade en diferentes momentos de nuestra vida, sentimos que solo esta nuestro cuerpo físico en la tierra y nuestra mente o conciencia se hace una sola y queda apartada de la realidad, justo este fue el sentir que invadió mi ser al leer el poema de otredades; donde la ciudad queda simplemente como algo físico y aunque podemos verlo nuestra conciencia se va más allá y nos hacemos una encrucijada en nuestra cabeza mientras que nuestros ojos solo pueden contemplar lo que acontece en nuestro alrededor y la ausencia… la ausencia se hace una con nuestro ser, vemos pero sentimos, estamos presentes pero nuestro cuerpo está ausente y al final… al final sentimos como la realidad nos despierta de nuestro sueño y volvemos nuevamente a lo que ya éramos.

Otredades

La ciudad

es una simple palabra

una ilusión de cuerpos lejanos a veces

un laberinto

donde acontece la lluvia

esa catedral en que ausencias atormentan a las palomas.

Alguien te sueña y huyes

desprendiéndote el rostro hacia ninguna parte.

El paisaje ¿A quién no le gusta admirar el paisaje? Podría decir que la mayoría ‘‘para no decir que todos’’ disfrutamos de un verde pasto, un ocaso o un hermoso amanecer, pero ¿Un paisaje difuso? En el que la ausencia se hace presente y el dolor sobresale, el sufrimiento nos invade y observamos a nuestro alrededor, damos un vistazo a la noche, pero nuestra herida aún sigue abierta y el paisaje está ahí pero solo sentimos la ausencia. Es increíble lo que puedo sentir e imaginar al leer cada poema de este sorprendente libro y estas palabras fueron las que llegaron a mi mente cuando la ficcionalidad ataco mi ser.

Paisaje de las Ausencias

Un difuso paisaje la tarde

simplemente acontece y la ciudad

es solo un pretexto

para conjurar la muerte una herida abierta

entre la máscara y el carrusel.

 

Una velada melodía gime

en los corredores de la memoria ese solar de los paraguas

donde se impacientan

los flamencos y los relojes

y el polen de la noche fecunda la mirada el ramaje para el silencio de los búhos.

¿Quién diría que en este escrito trataremos temas profundos como la cosmogonía? Pues sí, la poesía es un arte y no es para menos que Ramon Antonio Jiménez nos dejara un gran poema sobre la mitología y la ciencia. Nos vamos al principio ¿Qué hay allí? ¿Sera desorden? ¿O más bien algo tan increíble que nos quedamos inefable en nuestra naturalidad humana? No lo sé, no lo podría decir…lo cierto es que aquella voz dio origen a todo aquello que hoy vemos, la voz despertó lo que no tenía vida, la voz organizo el desorden y la voz creo los cuerpos que hoy llenan el vacío.

Cosmogonía

Antes del principio fue lo inenarrable lo que era sin límite sin distancia erigida

en el horror de la forma.

 Luego la voz

y los cuerpos crearon el vacío.

Simplemente maravillo, hermoso y penetrante ha sido para mí leer este poemario que sin duda alguna recomendaría leer, esta desde ya en mi biblioteca de libros pues ha sido increíble lo que he podido sentir en cada palabra, cada poema, cada oda y cada elegía.

Ramon Antonio Jiménez es un gran escritor y poeta que, dejado su sello en mi corazón, pues a leer sus escritos la ficcionalidad invadió mi mente y mientras leía era inevitable parar…solo hice cuando pude llegar al final. Hoy motivo a quien está leyendo mi escrito a dejar entrar en su corazón este poemario ‘‘La presencia el miedo’’, les confieso que tendrán que leer unas cuantas veces algunos poemas, pero les aseguro que al igual que a mí les dejara una hermosa enseñanza y querrán agregarlo a su biblioteca y proseguir el diálogo con un autor memorable.