Muy buenas noches. Agradezco a la Editorial Universitaria Bonó la invitación para presentar el libro La poética del trujillismo: Épica y romance en el discurso de “la Era”, a Médar Serrata, quien nos halaga con su presencia y a Uds. por su asistencia esta noche.
¿Qué hacer en estos “entre 10 y 15 minutos” que me han sido otorgados? Más que respuestas, tengo muchas preguntas para el autor de este libro. Acerca de La poética del trujillismo podrán decirse muchas cosas, escribirse enjundiosas reseñas, pero lo que haré esta noche será, exponer el índice para que Uds. tengan una idea del contenido, exponer la tesis central, resumir y glosar algunos de los conceptos más importantes; señalar las bondades y originalidades del libro, que son muchas.
NO hablaré de la bio-bibliografía de Serrata para no repetir la presentación a cargo de César Arias. Diré, sin embargo, por la pertinencia del caso, que La poética del trujillismo está basado en la investigación para la disertación doctoral de la Universidad de Texas en Austin (2009) y fue merecedor del Premio Anual de Ensayo Pedro Henríquez Ureña (2018). Anteriormente había sido publicado por la editorial Isla Negra (2016), en Puerto Rico. La presenta edición ha sido aumentada, ampliada y matizada.
La poética del trujillismo consta, además de los Agradecimientos, que en la academia norteamericana se han convertido en un subgénero en sí mismo, dos prólogos: a la primera y a la segunda edición, “Introducción: Los poetas trujillistas como intérpretes de la historia”, “Capítulo 1: De la historia como ciencia a la historia como sentimiento: Los dos Enriquillos de Manuel Arturo Peña Batlle”, “Capítulo 2: Borrar y preservar: Joaquín Balaguer o la monumentalización de la violencia”, “Capítulo 3: Hacia una épica de los vencidos: Tomás Hernández Franco y el mito del origen de la «raza» mulata”, “Capítulo 4: En los márgenes de la modernidad: Ramón Marrero Aristy o las tribulaciones del romance”, y “Epílogo: La permanencia de la épica”.
Me gustaría comenzar con lo que este libro NO es. Como Uds. pudieron escuchar en el índice, La poética del trujillismo NO es una investigación sociologista y mecanicista acerca de la Era de Trujillo; NO es un libro acerca de la novela del trujillato; NO es un libro de historia; NO es una biografía de Trujillo. Este libro es, al contrario, un análisis del trujillismo como discurso e ideología privilegiados, que el crítico diagnostica como provenientes de la tradición “épica” y del “romance”.
En el “Prólogo a la segunda edición”, a partir de un poema de José Núñez de Cáceres, Médar Serrata plantea el carácter “épico” que adopta la historia no sólo en Latinoamérica sino también en la Republica Dominicana, por lo tanto, la relación entre poder y épica de los vencedores. En palabras del propio crítico “Mi trabajo se aproxima al discurso trujillista visto como escenario de una lucha entre la «épica de los vencedores» y la «épica de los vencidos» que el crítico norteamericano David Quint identifica con el romance”, entendiendo romance como «un relato ficticio en verso o en prosa que narra aventuras improbables de personajes idealizados en algún lugar remoto o encantado; o, en un sentido más amplio, una tendencia en la ficción opuesta al realismo». Asimismo, Serrata examina esos romances que vendrían a socavar el discurso oficial y la ideología dominante, lo que da lugar a la lucha entre épica y romance.
Pero, ¿por qué el trujillismo? Tanto el trujillato como el trujillismo han constituido una matriz discursiva inagotable y han sido objeto de múltiples ensayos históricos, sociológicos y económicos, así como también de diversas representaciones en la literatura dominicana de la segunda mitad del Siglo XX. El interés y la fascinación por dicho período y su matriz discursiva parecen incrementarse con los años. Esto se evidencia en la cantidad de libros, publicados por especialistas y no especialistas, que aparecen en los catálogos de las editoriales y de las librerías dominicanas. De período histórico, el trujillismo se ha convertido en lo que Michel Foucault llama una formación discursiva con diferentes vertientes y especialidades. Para Foucault, una formación discursiva se puede definir como un conjunto de tipos de enunciación, conceptos, elecciones temáticas en los cuales se puede encontrar "una regularidad (un orden, correlaciones, posiciones en funcionamientos, transformaciones)" (62). Creo que la tensión entre épica y romance, pese a mantener “una regularidad”, también la desborda.
Pero, ¿por qué decide Serrata escribir acerca de los discursos de una época que parece tan lejana y cercana al mismo tiempo? ¿O será que para hablar del presente, Serrata decidió hablar del pasado? Y es que son tan actuales sus afirmaciones que, al menos sospecho, que como Walter Benjamin, Serrata, con respecto a los discursos del pasado, no sólo los analiza en su contexto, sino que también los rescata para el presente y los utiliza como crítica de este mismo presente. Como diría Melisa Belver “Lo nuevo deviene del pasado”, ya que se posiciona en el siglo XX, para hablar del siglo XXI.
Pero volvamos a la pregunta ¿será que Serrata prefiere ir al pasado para hablarnos del presente? Según Walter Benjamin, “El pasado sólo cabe retenerlo como imagen que relampaguea de una vez para siempre en el instante de su cognoscibilidad”. Esa “imagen relampagueante” es la lucha entre los campos políticos e intelectuales tan parecida a la actual. Estas citas extraídas del libro de Serrata me parecen de una actualidad extraordinaria: “La Poesía Sorprendida, en lo que se revela una vez más el deseo de domesticar la diferencia incorporándola al relato del discurso dominante…”, “las publicaciones de la época, con lo que se exponían al ostracismo y la censura…”. Cuando Serrata habla de los poeta-historiadores, habla sin decirlo de los poetas-cortesanos contemporáneos sujetos al poder y medrando bajo canonjías.
Serrata es muy claro acerca de la relación entre el campo político y el intelectual y explica/advierte, con respecto a Marrero Aristy “El autor de Over cruzó los límites de esa relación al permitir que las contradicciones que había denunciado en su literatura afloraran peligrosamente a la superficie de su práctica política”. Menos mal que hoy en día no se llega al extremo del asesinato, sólo el ostracismo.
De nuevo Walter Benjamin. No estoy seguro de que esta cita es pertinente aquí, pero como me gusta tanto trataré de encajarla. Refiere Benjamin que “Cada época sueña la siguiente”. De ser así, ¿nos habrá soñado el trujillato, en cuanto al anti haitianismo, en el autoritarismo, en la sujeción al poder por parte de los intelectuales? ¿En qué más nos habrá soñado la era de Trujillo en que podremos vernos como en un espejo onírico?
Pero, para no caer en el síndrome de Pepito y el gusano, volvamos a La poética del trujillismo. En su libro, Serrata no se atiene a la clasificación tradicional de los discursos. Igual analiza el poema “Yelidá” de Tomás Hernández Franco que los ensayos sobre la novela Enriquillo que hace Manuel Peña Batlle. Asimismo, analiza monumentos y ruinas para plantear sus tesis sobre el discurso de Balaguer. El trabajo de Serrata es el de un semiólogo; está más interesado en la interseccionalidad de los signos, que en los discursos de un mismo tipo. Novedosa interseccionalidad, la que plantea Serrata, en la que analiza un discurso, deconstruye el ethos de un intelectual, examina el contexto y rastrea, en la concepción de Bourdieu, el paso de un pensamiento lírico a un pensamiento político.
El análisis que Serrata hace del discurso trujillista es original y novedoso. El contrapunto entre la épica y el romance, su tesis central, le da fuerza al análisis, unido a una acuciosa y exhaustiva investigación, la rigurosidad en las citas, la riqueza de las notas como la nota 11, que es delicia de leer, el cuidado en el detalle, que permiten al lector no sólo informarse, sino también provocar el debate con argumentos bien planteados y documentados.
Finalmente, yo que he sido llamado crítico cáustico e inquinoso, bajo riesgo de caer en un ditirambo hampón, sólo tengo palabras de elogio ante la excelencia de La poética del trujillismo. Debemos agradecer a Médar Serrata tan importante contribución al pensamiento dominicano y a la Editora Universitaria Bonó por dar a conocer y poner a disposición del público este libro, que podrán adquirir aquí esta noche autografiado por el autor.
¡Muchísimas gracias!