Los tiempos actuales requieren de los líderes espirituales mayor dominio de la lengua y demás recursos de la comunicación, pues la competencia del mal anda con mucha prontitud, según apreció el escritor Rafael Peralta Romero, durante una conferencia en el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino.

Peralta, quien es director de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, habló a los alumnos del cuarto de año de teología a quienes advirtió que aún después de recibir el orden presbiterial deben insistir en su perfeccionamiento en el uso de la palabra.

“Si bien es cierto que la doctrina de Jesús se ha asentado en el mundo por la riqueza espiritual de su contenido, no es menos cierto que la fuerza expresiva de la retórica del Galileo ha sido un soporte infalible para que sus enseñanzas hayan tocado tantos corazones”, dijo.

El disertante elogió las dotes comunicativas de Jesucristo y recordó el pasaje narrado por el evangelista Juan   cuando unos agentes del imperio romano fueron con orden de apresarlo, pero se dedicaron a oír al Maestro en su prédica y no atinaron a detenerlo.

Los agentes reportaron a sus superiores que “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7:46), según explicó Peralta para exhortar a los futuros sacerdotes a desarrollar las condiciones intelectuales, tanto como las espirituales y el conocimiento teológico.

“El sacerdote, como los profetas, es un hombre de la palabra y su retórica debe ser convincente, clara y atractiva, por eso al conocimiento teológico se debe agregar el manejo adecuado del idioma para conducir el discurso por donde ustedes quieran y no que el discurso los conduzca a ustedes”, señaló.

Dijo además, que la feligresía cree que el sacerdote lo sabe todo y sugirió a los jóvenes religiosos no creer que lo saben todo, pero actuar como quien sabe mucho, “esto les permitirá comunicarse con un lenguaje y una sabiduría que no podrán refutar los enemigos de la fe y del bien”.

Peralta, profesor emérito de la Facultad de Humanidades de la UASD, fue invitado a ese diálogo con los teólogos por el padre Apolinar Castillo, rector del seminario mayor Santo Tomás de Aquino, sito en avenida Sarasota.

Durante el desarrollo de su exposición insistió en recomendar a los jóvenes teólogos asimilar la capacidad expresiva de Jesús, como estudian su doctrina y su ejemplo.

“Jesús, como ente humano, entra en la categoría de gran comunicador, se valió eficazmente de recursos literarios para llamar la atención y poner énfasis en su expresión. La parábola es el elemento retórico más conocido en su discurso, el que más se le suele atribuir”.

El escritor señaló que la retórica de Jesús está llena de figuras literarias propias de la buena literatura y precisó que su intención no era la creación literaria, sino la divulgación de sus ideas sobre el reino de Dios.

“Su discurso revela a Jesús como un comunicador osado, decidido, cuestionador del orden político y con disposición para enrostrar vicios y errores de los poderosos”, afirmó el charlista.

Agregó que Jesús imprimía a sus palabras donaire, provocación y una fuerza comunicativa y sugirió a los futuros sacerdotes perfeccionar sus recursos expresivos para impresionar, para enfatizar, para dar fuerza a la expresión, explicar sus ideas y difundir adecuadamente el mensaje del bien para reorientar el mundo y mejorar la sociedad.