Cuando se iniciaron los primeros aprestos conspirativos contra el Triunvirato, Eligio Antonio Blanco Peña (El Pai) pertenecía a las filas del movimiento obrero dominicano y militaba en el Movimiento Revolucionario 14 de junio (IJ4).
Había fundado, junto al histórico líder sindical Miguel Soto una organización obrera denominada Federación Obrera Unida Pro Sindicatos Autónomos (FOUPSA) que se disolvió tras el golpe de Estado militar contra el Gobierno del profesor Juan Bosch.
Pero la necesidad de luchar por el retorno a la constitucionalidad motivó a varios dirigentes obreros a reunificarse a una nueva organización sindical llamada Central Sindical de Trabajadores Dominicanos (CESITRADO) conocida popularmente como FOUPSA-CESITRADO.
En esta organización sindical estaban representados los sindicatos de la Sociedad Industrial Dominicana (SID), que dirigía Julio de Peña Valdez; el Sindicato de Trabajadores Telefónicos, liderado por Jesús de la Rosa, Rodrigo Montán y Junio López y el de la Fábrica Dominicana de Cemento que encabezada Héctor Cáffaro, entre otros gremios bajo el control del Buro Obrero del IJ4.
Las reuniones en las que se planificó la fundación de esta nueva organización se realizaban -según Blanco Peña- era en la casa de Mario Sánchez Córdova donde luego de intensos debates se fundó FOUPSA-CESITRADO creada para asumir la lucha contra el Triunvirato por el retorno a la constitucionalidad.
De este modo, todas las huelgas que se prepararon eran políticas porque perseguían, antes que nada, minar las bases del Triunvirato y producir su derrocamiento, agregando que tan pronto FOUPSA- CESITRADO fue fundada ´´los dirigentes decidimos celebrar reuniones con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el sector estudiantil encaminadas a crear una coordinación de fuerzas para realizar acciones conjuntas dirigidas a minar las bases del gobierno de facto y lograr su derrocamiento’’.
Obsesionado en la cristalización de esta estrategia se enteró a través de los dirigentes obreros del PRD de la existencia del Clan de San Cristóbal, integrado por militares balagueristas interesados en derrocar al Triunvirato, crear una Junta Militar y permitir el regreso al país del ex presidente Joaquín Balaguer que estaba en el exilio en New York, Estados Unidos. Y se reunía con el doctor José Francisco Peña Gómez, Miguel Soto y otros dirigentes del PRD.
Ya enterado de la conjura Blanco Peña asistió a una reunión acompañado de los catorcistas; Wellington Ascanio Peterson y Camarena, quienes les advierten que el 1J4 tenía el criterio de que esa conspiración estaba promovida por el imperialismo norteamericano y por lo tanto le pidieron que se cuidara.
Creía en el Movimiento Conspirativo
Sin embargo, Blanco Peña entendía que había que incidir en ese movimiento conspirativo porque de él se podía alcanzar lo que no pudo lograr Manolo Tavarez Justo cuando decidió sublevarse con un grupo de sus partidarios en las montañas en demanda del retorno a la constitucionalidad.
Estaba tan convencido de ese ideal que no le prestó atención a los compañeros del partido que le advertían que tuviera cuidado en meterse hondo en esa conspiración subrayándoles las experiencias fallidas del IJ4 y la perdida de sus mejores cuadros en la insurrección del 28 de abril de 1963.
De este modo continúo, decidido a vencer o a morir en la conspiración a espalda del partido manteniendo contactos con el ex sindico Manolín Jiménez, Peña Gómez, Oscar Santana y Miguel Soto valorando a este último como el líder obrero de mayores dimensiones en esa época de grandes confrontaciones obreras contra los remanentes de la dictadura de Trujillo y el Triunvirato.
Cuenta que "una noche Belisario Peguero, Salvador Montas Guerrero (E.N), y otros militares y civiles relacionados con el Clan de San Cristóbal, realizaron una reunión en la casa de Fenelón Contreras , ubicada en el ensanche Alma Rosa donde estaban: por el PRD José Francisco Peña Gómez, Miguel Soto, Miguel De Camps, Gilberto Pina, los hermanos Edmundo y Enmanuel Espinal, Manuel Espinal, Antonio Jorge y por el Partido Reformista; Manolín Jiménez, Barón Suero Cedeño. Y así se ratificó la determinación de tumbar al Triunvirato.’’
Armas para el pueblo
Recordó Blanco Peña que en esa reunión le solicitó a Belisario Peguero que antes de que se produjera el estallido militar había que entregarles armas a los obreros del Sindicato Portuario y de Arrimo Independiente de Santo Domingo (POASI) y a la Unión Nacional de Choferes Independientes (UNACHOSIN)), recibiendo de éste la siguiente respuesta: -‘’Yo no tengo armas, aunque si dinero’’ y la promesa de que la Policía no iba a reprimir las protestas.
Luego le hizo la misma solicitud a Neit Nivar Seijas y este le contestó que él lo que podía ofrecer eran uniformes y botas que podía retirarla de la intendencia general del Ejército Nacional que estaba bajo su mando.
Por último, le hizo la misma petición a Salvador Montas Guerrero (jefe del Ejército) ‘’dejando éste las cosas en veremos.’’
Sin embargo, el "patriarca" Blanco Peña siguió confiando en la posibilidad de esa alternativa y junto a los dirigentes de FOUPSA – CESITRADO intensificaron las luchas obreras junto a los estudiantes secundarios y universitarios con quienes mantenía el sector sindical excelentes relaciones.
Esta actividad unitaria fue acumulando fuerza hasta que reventó el 2 de mayo con una tremenda huelga política que estremeció al Triunvirato y trazó el camino de la insurrección.
Tras estas violentas manifestaciones afirma Blanco Peña que a él y Oscar Santana "se les fueron uniendo otros cactorcistas a la conspiración, citando entre ellos a Amaury Germán Aristy, Ulises Cerón y otros miembros del Buró Militar del 1J4″.
Recordó que cuando explotó la revuelta militar del 24 de abril, fue de los primeros catorcistas que se lanzó a las calles y armado fue de los que participó en el asalto al Campamento de Transportación del Ejército y la Intendencia.
Comando Sierra Maestra
Tras esta participación recordó que regresó a su barrio; (30 de mayo) a organizar el Comando “Sierra Maestra”, unidad de combate que se hizo famosa en la parte Norte con su participación en la toma de la Fábrica de Clavos ubicada en la Máximo Gómez, que era propiedad del general Enrique Pérez y Pérez y donde había más de 15 efectivos militares que fueron desarmados por los combatientes y libertados por órdenes del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Afirma que la resistencia en la Zona Norte fue “titánica”, ahí fue donde verdaderamente se peleó, porque no había edificaciones para uno protegerse. Había que pelear desde casas de maderas y encima de árboles”.
Subrayando que la batalla que se libró en el Cementerio Nacional de la Máximo Gómez fue heroica. “Aquí se peleó por más de un día y con un coraje indescifrable”. Aquí hizo mención del tanque conducido por artilleros del CEFA que fue alcanzado por una bazuca disparada por el astillero Guadualito que inutilizó el tanque obligando a sus ocupantes a entregarse a los combatientes constitucionalistas.
Otra de estas batallas en la que participó fue la que se produjo el 1 de mayo cuando las tropas del CEFA iniciaron una incursión en el ensanche Villa Agrícola encontrando la resistencia del Comando ´´La Javilla’’ y/o ´´ Sierra Maestra’’dirigido por él y Pasito Polanco obligando al enemigo, luego de más de dos horas de combate, retirarse hacia el Hipódromo perla Antillana, donde estaban concentrados la mayoría de los soldados del CEFA.
A la pregunta de cuál fue la respuesta militar a la invasión de los EEUU, nos reveló que: "Esa fatídica mañana del 28 de abril de 1965, cuando los yanquis nos invadieron se le hizo resistencia en la parte Norte. Yo mismo di órdenes a los hombres y mujeres de mi comando a que le abrieran fuego cuando iniciaron la instalación del cordón de seguridad”. -Pero recibió otra contraorden indicando no disparar. Subrayando que, si a los invasores se les hubiera recibido a tiros desde un principio, “lo más probable hubiese sido que todavía estuviéramos peleando o quien sabe si en el poder”.
La retirada
Cuando se ordenó desmantelar la resistencia en la zona norte, tras la instalación del cordón de seguridad y la ofensiva del CEFA, recuerda que llegó con sus gentes a Ciudad Nueva y se instaló en el hotel Comercial donde organizó un comando encontrando en el lugar a la familia Brea Peña, Lambert Peguero y la D´Camps entre otros dirigentes del PRD.
Francotirador de EE.UU
Durante estos difíciles días de la resistencia contra las tropas de ocupación de los EEUU recordó con mucha tristeza el 16 de junio, cuando estando en el comando vio pasar a Andrés Riviere en un Jeep militar que conducía a mucha velocidad dijo que lo llamó, ‘’pero iba tan rápido que no me oyó. Y tras escuchar unos disparos me enteré de su muerte, victima de los disparos de un franco tirador colocado en la azotea del edificio de Los Molinos Dominicanos.
Momentos después vio pasar al comandante Montes Arache con su cabeza cabizbaja y le dije: – ¡comandante Pa’lante! ´´Sabía que la muerte de Riviere era muy dura para él’’.
Estando en el comando lo visitó una mañana su compañero Homero Hernández para informarle que había sido seleccionado entre los hombres del 1J4 que iba a participar en el asalto a San Francisco de Macorís.
Blanco Peña le advirtió que si no se atacaba a Santiago, La Vega y Cotuí al mismo tiempo eso iba a resultar un fracaso que podría costarle al 1J4 mucha sangre.
Su observación a Homero estaba fundamentada en que ‘’San Francisco de Macoris estaba cerca de La Vega, Cotuí, Moca y Santiago y que era fácil para el enemigo concentrar todas sus fuerzas en dirección a San Francisco de Macorís y aplastar la insurrección..
Dijo que Homero Hernández fue reflexivo y aceptó sus sugerencias y fue entonces cuando se planificó atacar primero a Santiago, La Vega y Cotuí.
En ese contexto afirmó que los planes del IJ4 de extender la guerra contaban con el apoyo de Caamaño quien no estaba de acuerdo con una salida negociada. Afirmando que éste autorizó la participación de algunos militares constitucionalistas (hombres ranas) a participar en el asalto a la Fortaleza de San Francisco de Macoris, asignando esta responsabilidad a Santiago Ureña y otro soldado de ese cuerpo élite quienes se sumaron a los combatientes del IJ4, provenientes de la capital, La Vega y Santiago destacándose entre ellos: Sostenes Peña Jáquez, Rodríguez Lozada, Homero Hernández. Luís Parris, Franklin Rancier, Oviedo Landestoy, Sagrada Bujosa, Cristinita Díaz, Ivelisse Acevedo, Rolando Suardí, y los mepedeístas, Baldemiro Castro, Mochín Pinedo, Ulises Cerón, Titico Cerón, Virgilio Perdomo, Blanco Peña y otros.
Salvó la vida milagrosamente
Cuenta Blanco Peña que el asalto a la Fortaleza de San Francisco de Macoris se frustró debido a que “uno de los alistados en la acción se puso a tomar tragos la noche anterior al asalto (24 en la noche) en una barra poniendo en alerta a soplones y confidentes al escucharlo decir: -¡Mañana aquí va haber candela ¡entre otras indiscreciones.
La reacción a esta indiscreción no se hizo esperar. La misma noche del 24 de junio, se inició una fiera represión del Ejercito y la Policía en la que fueron apresados varios dirigentes locales del IJ4 comprometidos en el operativo militar destacándose entre ellos: Pasito Polanco, Chepe Sánchez, Frank Sosa, Duarte, Jimmy Vargas, Abrancito Vargas, Rafaelito Rodríguez, José Ballardo Jiménez , Carlos Gómez,Manmy Diaz, y Franklin Rosa Pichardo recibiendo crueles torturas previo a su fusilamientos junto a otros combatientes procedentes de la capital entre los que se encontraba: Sostenes Peña Jacquez, Lozada Grullón, Baldemiro Castro…
Interesado en conocer la circunstancia en que cayó preso nuestro entrevistado me reveló que fue detenido en una finca de la comunidad El Limón, de esa provincia, por una patrulla del Ejército Nacional, conjuntamente con Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), Arnulfo Reyes, Franklin Rancier Titico Cerón Polanco, Luis Parris y Virgilio Perdomo mientras esperan la hora de iniciar el operativo de asalto a la Fortaleza.
Dijo que un soldado de la patrulla le preguntó que hacía en el lugar contestándole que era mecánico y que se encontraba reparando unas máquinas agrícolas pertenecientes al propietario de la finca. Decidiendo el traslado del grupo a la Fortaleza de San Francisco de Macoris. Salvándose de ser fusilados como le pasó a Sostenes Peña Jacquez, Lozada Grullón, Carlos Gómez y Munny Díaz tras ser localizados en otra finca cercana a la provincia.
Imbert Barrera
En esos días de tensión y a la espera de ser fusilado llegó el general Imbert Barreras a la Fortaleza en un helicóptero quien procedió a interrogar a los presos. A éste le reiteró que era mecánico y que estaba en ese lugar para reparar una planta eléctrica.
Tras la retirada de Imbert Barrera -subraya- llegó un helicóptero a la fortaleza con funcionarios de la Organización de Estados Americanos (OEA) quienes advirtieron a los jefes militares que éramos prisioneros de guerra y que debían de respetar nuestras vidas.
Después de estas visitas, la situación varió procediendo a trasladar a los prisioneros de la capital al Campamento de Transportación del Ejercito donde la situación se complicó más, porque algunos de los presos habían combatido a esos soldados durante los primeros días del estallido de la revolución cuando este campamento fue tomado por los constitucionalistas.
Recordó que este fue el momento más difícil luego de salvarse del patíbulo en San Francisco de Macoris. Pues al llegar a Transportación al pasarles lista a los prisioneros uno de los guardias lo identificó acusándolo de ser uno de los comunistas que al principio de la revolución habían tomado esa dependencia del ejercito desarmando a los guardias y encarcelándolos.
Fue entonces sacado de la fila y trasladado al ´´G-2’’ donde fue interrogado salvándose del paredón gracias a la intervención de un soldado a quien él lo había salvado del patíbulo el día que tomaron el campamento. El oficial convenció a su superior de respetar la vida de Blanco peña ya que se trataba de un prisionero de guerra.
Recordó que Titico Cerón y Rancier cuando lo vieron se sorprendieron porque pensaban que lo habían asesinado.
De esta manera, los prisioneros fueron trasladado a la cárcel de "La Victoria’’ donde permanecieron cerca de un mes logrando, días antes de culminar la revolución, su libertad junto a sus compañeros.
Ya libre, regresó a ciudad nueva en los momentos que las negociaciones del Gobierno Constitucionalista y el de los EEUU, a través de la OEA y la ONU estaban llegando a su final.
Concluido el proceso de negociaciones con la firma del Acta Institucional, el patriarca Blanco Peña, recordó, con nostalgia, aquel histórico 3 de septiembre de 1965, cuando el presidente Caamaño Deñó, frente a su pueblo, en la Fortaleza Ozama anunció al país y al mundo su renuncia de la presidencia con estas celebre frases:
-"Vengo a devolver al pueblo, lo que el pueblo me otorgó…el Poder’’.