Hielo y fuego. Relámpago y rocío. Luz antigua y sollozante. Espumas de oro, ni átomo, ni electrón , ni partícula. Perfume. Música jamás oída, es el alma, vacío con alas.

"Ama tu ritmo y rima tus acciones, bajo su ley, así como tus versos, eres un universos de universos y tu alma una fuente de canciones", escribe Rubén Darío, el más músico de todos los poetas.

El alma fuente de canciones, música insonora, intuición presocrática, palpito gnóstico, susurro platónico.

Pitagorismo, misticismo, gnosticismo, saberes que convergen muchas veces para sugerir poéticamente la naturaleza acústica aunque insonora del alma.

El alma o anima, del latín animus se refiere a una energía creadora por la cual los seres animados, tienen movimiento y sentido.

Platón considera el alma como la dimensión mas importante del  ser humano, sonora e inmaterial, el verbo, el logo, la idea tomada del orfismo, camino de sabiduría, muy vinculado  a la música . Según el Timeo, el alma está compuesta de lo idéntico y lo diverso, substancias con las cuales el Demiurgo usa para crear el alma cósmica y los demás astros.

El tambor es femenino por su forma de recipiente y masculino por el tono grave de su voz.

En el Fedro, nos cuenta el mito de los caballos alados, el auriga es el alma, el caballo blanco representa la parte racional y el negro los apetitos y los deseos siempre rebeldes.

En el Fedro , el alma es la música de las esferas, que busca desligarse de los limites que surgen de la unión con el cuerpo, limites que podrán liberarse tras el momento de la muerte.

De ahí, es que los muertos, no hablan , sino cantan.

“La música es tiempo hecho alma, en virtud de los números”, afirma Pitágoras.

La trilogía de la sonoridad, la transparencia y el movimiento se relacionan con la música, la melodía y la armonía, trinidad que nos acerca a la inteligencia, a la creación y a la imaginación…

Mozart.

El elemento aire es el que corresponde a los acordes naturales en la música. El anhelo de ligereza, se manifiesta en las melodías musicalmente y en la danza  según Nietzsche, y en el allegro y el andante en las sonatas de Mozart.

La música es una zona intermedia entre lo diferenciado, lo natural y lo indiferenciado, la voluntad pura de Schopenhauer, es decir el alma, por tales razones la música se utiliza en los ritos y liturgias, como el fuego, el humo , el incienso y el perfume.

La música simboliza el alma, el espíritu hecho carne, carne, hecha espíritu es la música, lenguaje que hablan los dioses los ángeles y los demonios, en todas la religiones y en todos los caminos de sabiduría. La música es la energía mas fina de la materia y de  todas las formas.

El simbolismo de la música, cómo la materialización del alma, penetra todos los elementos de la creación sonora: los instrumentos, los ritmos, las sonoridades, los timbres, las tonalidades, las escalas naturales, las organizaciones seriales, las progresiones armónicas, los procedimientos expresivos, las melodía, las armonías y los ritmos.

El sentido del simbolismo puede entenderse en dos sentidos principales dentro del orden cosmológico de las antiguas culturas megalíticas  y astrobiológica o como fenómeno de  correspondencia ligado la expresión y la comunicación. Otra de las funciones de los símbolos musicales, se relacionan con el metro y el numero,  a partir de las escuelas pitagóricas.

El significado cósmico de los instrumentos musicales, deben distinguirse las formas de los instrumentos y sus timbres; por ejemplo la flauta es fálica y masculina por la forma y femenina por el timbre agudo y ligero  además  de su color plateado que se asocia con lo lunar.

El tambor es femenino por su forma de recipiente y masculino por el tono grave de su voz.

El simbolismo de la música en su conexión  con la expresión del alma, lo tenemos en evidencia en el arte primitivo de los sonidos, con frecuencia imitativos hasta lo literal de ritmos y movimientos de  gestos e incluso las formas del animal.

Narra Schneider que al oír cantar a un senegalés la canción de la cigüeña. Empezó a ver, que es igual a escuchar, pues el ritmo correspondía a los movimientos del ave en pleno vuelo.

Por analogías podemos encontrar la transición de lo expresivo a lo simbólico; es decir un movimiento conjunto de una melodía que expresa sentimientos coherentes y simbólicos, correspondiendo a las formas y por simultaneidad, se abstrae en  planos sonoros invisibles, mas allá del espacio tiempo.

De tal manera, que las diferentes alturas de los sonidos graves y agudos expresan saltos y caídas, intervalos que son analizados por Scheneider como el resultado de vencer el espacio que media entre el valle y las montañas, entre la tierra y el cielo.

Equivalencias, en las cuales, las melodías , los cantos, la música, espiritualizan el espacio tiempo , cumpliendo la música la función de intermediaria del cielo y la tierra, ejerciendo la música su condición de alma,  su naturaleza de ser el animus, la  gota enamorando el mar, la esencia de todas las esencias ,  un vacío con alas…

Extrañeza, destierro, cautiverio, mundo sobrenatural y luminoso, vuelo y anhelo, evocación y recuerdos, embriaguez y sombras, olvido, sueño y muerte, contradicciones dramáticas, oposiciones binarias que predominan en el gnosticismo mitológico y que se encuentran en el mismo destino del alma de la música y su historia, como describe Ferrater Mora en su libro Filosofía y poesia. (Pág260).

Desde el punto de vista pitagórico, el alma  y el mundo están hechos de números y el mundo es música, escalas que ascienden y descienden, acordes mayores y menores que afinan el en la tonalidades  mas altas, regiones en donde habita y vibra el alma, energía que vibra en el diapasón de toda la creación.

José Martí.

“Arpa soy, salterio soy donde vibra el universo… Vengo del Sol y hacia el Sol voy”, canta y vibra José Martí.

“Hay que pasar por todo, hay que pasar por los infiernos de la vida para escuchar los números de la propia alma”, nos sugiere María Zambrano, en su libro Saberes del alma. (Pág. 51).

…Y así la vida , toda la vida, seguirá la procesión del tiempo creador, sucesión de fatigas de la vida de acá que comienza por acabar.. y luego ese retiro, esa calma  del creador  en lo creado, cuando a través de la muerte se escuchan la músicas primeras, la música del alma.

Mas, eso sí se escucha al cesar de la fatiga de lo viviente… Mas, hay otra versión vital el salirse de l a procesión. El derramarse a lo Zambrano, el derramar el tiempo  y en el espacio en el que todavía se esta durante el ciclo de la vida, el salir y encontrarse sin más en la vida de todos.

Dándonos cuenta que la gran vida palpita como una pequeña vida en nuestros corazones. El gozo de la vida y su canto. Música jamás oída. Luz antigua y sollozante, espumas de oro, relámpago y rocío. Vacío con alas. Fiesta del cuerpo. Gozo del alma. Música sin fin.