Leve y suave como pluma  en el abismo, la música. Atrapada la sombra en jaula de luz.

El alma canta como pájaro, en noches sin alas. La música.

El susurro de los muertos acaricia las palabras. El alma. Lengua de nube y sangre en las silabas. La música.

Inocente como los animales al morir. El alma. Leve y suave como plumas en el abismo. La música y el alma.

Lo que llega por el oído llama a la unión del alma. Ulises hubo de taparse los oídos para no escuchar el canto de las sirenas.

Es la voz la portadora del alma, su nido, su refugio y su temblor.

Lo que se oye conmueve más que lo que se ve.  El grito desgarrador de la víctima es más estremecedor que ver el cuchillo desgarrando las entrañas.

La palabra de un hombre tiene más peso que su presencia física. De qué hablamos cuando decimos que es un hombre de palabra; es  lo mismo que decir: ése es un hombre que tiene alma…

El oído, nido de los sonidos, sonidos que son señales, como llamadas de que algo va a llegar o se está yendo.

Los rumores, los susurros, fantasmas sonoros, tienden a buscar cuerpo cuando se les escucha con atención, es decir con el alma.

Cuántas veces creemos que nos llama una voz, cuando solamente se trata de los sonidos emitidos ni siquiera por un ser humano, una puerta que chirria, una rama que golpea la ventana, un grito de un ave en la lejanía del mar,  cuando en el viento escuchamos llantos, quejas, sonidos de una ciudad invisible; cuando los sonidos se vuelven cuerpo y alma como si los oídos, fueran viento,  gruta, casa de los sonidos en donde vive el alma.

Espiral sonora en el centro del corazón, se le ha llamado al alma. Principio vital, esencia del cuerpo se le ha denominado en todas las tradiciones religiosas y filosóficas de occidente y en toda la sabiduría oriental…

Es decir, si el oído fuera un animal, su alma sería escuchar y su cuerpo todos los órganos materiales del oído, tanto el martillo, como el caracol, el yunque y el estribo.

Entelequia llamó al alma Aristóteles, es decir acto primario del cuerpo vivo y el alma unidas al mismo tiempo…

En la tradición judeocristiana el alma es el Nefeert, la creadora del movimiento…

En la Biblia, se le denomina Rúa, viento, en el antiguo testamento, y Linfest, el que respira. En el nuevo testamento, es tanto viento, llama fuego o paloma.

En la tradición Yoruba de la cultura africana, el alma es Olodurum u Olorum, la fuerza creadora, la mano de Olofi, en la regla de Osha ifa

En Egipto, la sherat el alma, es el Ka,  la fuerza de la vida y también el viento del aliento, la sherat, la sombra de la persona, y el shejin, el sonido del viento en los juncos del Nilo; energía poderosa, luz y voz del difunto.

En las culturas orientales el alma es el sonido del AUM; el Om hindú, el  ILL ALA en el islam, y en  la tradición sufí,  el alma  es el  Tao que canta en el río y en la taza de té.

El Señor Krishna toca la flauta.

Descartes define el alma como cosa pensante opuesta a cosa externa.

Leibniz la llama morada cerrada en sí misma.

Kant la califica de imposibilidad de aprehender lo absoluto.

Theodor Lessing, como aspiración infinita.

Fichte, como saber y acción.

Hegel, como el desarrollo de la idea.

Schelling la define como potencia mística.

Nietzsche, invención y ente imaginario…

Baruch Spinoza habla del alma como atributo y modo de la substancia divina.

María Zambrano, habla del alma como materia hecha música. La música es la imagen y la semejanza de lo divino. Buscar el alma en ella. Soledad y comunión.  La música es alma hecha carne.

Emil Cioran escribe: La música es el refugio de las almas ulceradas por la desdicha. El paraíso es solo accesible por la música. Cada vez que escucho la música de Mozart, me salen alas de ángel, y al escuchar la música de Bach, sólo en esos instantes sé que el hombre tiene alma.

En las notas musicales se vuelve cuerpo el alma. Las notas musicales son como dioses, afirman los Órficos.

Schneider ha estudiado los aspectos profundos del simbolismo musical, al considerar como tetracordio mediador entre la tierra y el cielo, el construido por las notas Do , Re, Mi , Fa, como el León valiente, el buey como sacrifico y deber,  y el hombre como elevación del águila , oración, vuelo y oro.

Por el contario el tetracordio: SOL, LA, SI, DO, podría repetir una suerte de doble divino a la inversa.  Desde el otro lado: FA, DO, SOL, son consideradas por Schneider como elementos masculinos correspondientes a los elementos fuego aire y a los instrumentos de piedra y de metal.

El intervalo SI, FA denominado Tritono en la teoría musical, expresa con su disonancia el contacto doloroso de los elementos agua y fuego, es decir la zona de la muerte.

Estos aspectos de la teoría de los símbolos musicales de Schneider parecen indicar que el autor del Origen musical de los animales simbólicos cree que todo significado simbólico es de raíz musical o cuando menos sonora.

Esta afirmación resulta muy comprensiva, si recordamos que el canto como realización de la armonía de los elementos sucesivos y melódicos, es una imagen de la conexión natural de todas las cosas, que comunica, expresa y se exalta en la relación interna de todas las cosas.  Por ello, según Platón, no puede modificarse el sentido de la música de un pueblo sin que se transformen las costumbres y las instituciones del estado, ya que la música es el alma de los pueblos.

En la música clásica ha llegado dominar el uso de solo dos escalas o modos musicales por más que en el medioevo, en la antigua Grecia, en la civilización china clásica y en la India se han utilizado otras: pero en todos los casos se observa la repetición de la entonación a intervalos de una octava, de modo que a la nota inicial de una escala se le reconoce como dominante en la relación de una octava.

También en otras culturas se da especial importancia al cuarto y quinto grados de la escala, y no es una simple contradicción: la nota fundamental o dominante atrae a las demás notas de las escalas que giran y danzan alrededor de la nota dominante.

Por tales razones Plotino, en las Eneadas, a la nota dominante la llamaba el centro, el sol, el astro, el alma de la música.

Una cuerda que vibra es un número que canta, afirmaban los órficos y los presocráticos…

Tonalidades del alma, melodías del cuerpo, acordes del espíritu.

“Luz breve… su vida es una danza de murmullos de vasijas calladas y cántaros de tenue resplandor en la ventana de su alma”, canta en versos luminosos Sally Rodríguez. Música del alma. Vacío cuántico, campo cuántico. Potencialidad pura la llama la ciencia.

Donde está el alma, hay aliento, no busques una cosa, busca un movimiento, una música, un centro.  ¿Y si la luz se hiciera en ese centro que es la música, vacío sonoro, centro que se abre como ventana… ¿Sería la muerte camino o viaje? Que la música borre tu mirada oh muerte esquiva… ¿y la vida qué seria?

Puerta  o camino que para la  muerte esté cerrada, puerta solo abierta por la música y la poesía, puerta para que la huésped viajera, esa  compañera del espíritu, esa la de los pies inquietos, que nunca llega y nunca se aleja, tan incierta como cierta, esa que es alma y que es música.

Leve y suave  como pluma en el abismo..

Esa que será por siempre alma y música.