Niñas dominicanas jugando con harina y huevos en el día de San Andrés. Fuente externa
Niñas dominicanas jugando con harina y huevos en el día de San Andrés. Fuente externa.

Ayer sábado 30 de noviembre, celebramos el día de San Andrés, un día que pasó sin pena ni gloria, tomando en cuenta que era una fecha que años atrás celebraban jóvenes y adultos en pueblos y barrios del país. Era un día de recreación con juegos y bromas tradicionales, una fecha especial para tirar agua, harina, polvo talco y huevos, pero ahora pocos la recuerdan y otros ni se dan por enterados. Nosotros desde este espacio nos queda poner en valor lo que fue la celebración, que como fenómeno cultural perdió vigencia en el tiempo por la transformación de la cultura. Sabiendo que la cultura se transforma por la necesidad del individuo o el colectivo. Por eso la cultura no se pierde, se transforma. Hablemos un poco sobre este personaje.

¿Quién fue San Andrés?

El martirio de San Andrés de Esteban Morillo, 1675, Museo del Prado, Madrid
El martirio de San Andrés de Esteban Morillo, 1675, Museo del Prado, Madrid.

El Nuevo Testamento en la biblia, indica que Andrés era hermano de Pedro, ambos hijos de Jonás. Según el Evangelio de Juan, los apóstoles Pedro, Andrés y Felipe eran de Betsaida (Juan 1:44), una localidad junto al Mar de Galilea. Según Juan el Evangelista, al principio Jesús se fue a vivir con sus discípulos a una casa en Cafarnaúm, donde estaban su madre, María, y sus hermanos (Juan 2:12).

Andrés y Pedro eran pescadores y según los evangelios de Mateo y Marcos, Jesús les hizo sus discípulos diciéndoles que les haría "pescadores de hombres". En el Evangelio de Mateo (Mateo 4:18-22) y en el Evangelio de Marcos (Marcos 1:16), Pedro y Andrés fueron hechos juntos discípulos de Jesús cuando pescaban con su red en el Mar de Galilea. El nombre hebreo Cefas, el nombre griego Simón y el latino Pedro significan roca. A San Andrés se le suele representar crucificado en una cruz en forma de X. Así se puede apreciar, por ejemplo, en el cuadro Martirio de San Andrés de Bartolomé Esteban Murillo. El 30 de noviembre en países como Bulgaria se venera cada año la memoria del santo que se presenta crucificado en una cruz con forma de X, muestras que la Iglesia Ortodoxo lo honra por ser el primer elegido por Jesucristo.

San Andrés en el vudú dominicano

La devoción a San Andrés en el vudú dominicano, aunque muy poco conocida se sincretiza con un Luá que forma parte de la familia de la división de los Simbí, en este caso Anderson, que es el jefe de la división Simbí, una de las 21 divisiones conocidas en la Religiosidad Popular Dominicana y su sincretismo practicado por el pueblo. En un artículo publicado por nosotros en esta columna en el mes de mayo de este año, titulado: Simbí: El espíritu guardián del agua, un elemento ritual, místico y sagrado, hacíamos referencia, que de acuerdo a León Daviñac en su obra: “El libro secreto del vudú, 2007, sobre el Simbí, refiere: “Para los dueños de barcos, los comerciantes que viajan por mar y los pescadores aspirantes, Simbí es de gran importancia. Algunos incluso realizan una ceremonia antes de embarcarse en un viaje y ese ritual no solo se practica en Haití, es un ritual milenario que se origina en loso pueblos africanos”.

Símbolo vudú de Simbi. Ilustración: Pyelila Fuente https://visithaiti.com/veve-simbolos-vudu
Símbolo vudú de Simbi. Ilustración: Pyelila Fuente https://visithaiti.com/veve-simbolos-vudu.

La tradición que se ha transformado en el tiempo

Los que vivieron esta maravillosa experiencia describen la tradición como una fiesta sana que esperaban con ansias, sin embargo, muchas veces terminaba en desorden, pleitos y enfrentamiento entre grupos, así nos manifiesta doña María Guerrero, cariñosamente (Lala), a quien preguntamos sobre la celebración en su barrio de Simón Bolívar en la zona norte del Distrito Nacional, sector al que llegó desde el pueblo de Nizao, a los cinco años con sus padres y dos hermanos. Por eso, para muchos que vivieron su infancia y juventud en los años ochenta y principios de los noventa puede que la experiencia de ser víctimas de un ataque con huevos de gallina o harina los 30 de noviembre no sea de muy grata recordación.

Un servidor recuerda aun a inicio de los años 2000, en el barrio donde vivía, para la ocasión algunas personas mantenían la tradición, de manera particular con el uso del agua y la harina, a mí me tocó, llegar a casa de mi abuela paterna bañado de agua y harina con el uniforme del colegio un día de San Andrés, y ya saben lo que significó llegar así a casa, con esa doña tan jodona, mi abuela materno que en paz descase, sobre todo con el uniforme en esas condiciones, pero no pude escapar, me toco al salir de la clase, hoy lo recuerdo con jocosidad, alegría y añoranza. Por igual recuerdo que ese día celebraban sus cumpleaños varias personas llamadas Andrés, Andreina, Andresito y Andrea. El autor del libro: “El Juego de San Andrés: Génesis evolución y feliz ocaso”, Santiago Castro Ventura, manifiesta lo que estamos planteando: “Es una tradición añeja cuyo recuerdo no debe zozobrar en el muladar de la historia”.

Origen de la tradición en la isla y el carnaval de agua

Imagen católica de San Andrés, fuente externa.
Imagen católica de San Andrés, fuente externa.

Esta tradición llegó a la isla, traída como otras por los españoles en el siglo XVI, siguiendo una tradición hispana que asignaba el 30 de noviembre para el inicio de los aguinaldos que se manifestaba con el enfrentamiento de bandas juveniles a pedradas (Castro, 2016). Un elemento importante de conocer sobre esta fecha, es que La Real Audiencia de Santo Domingo utilizaba la tradición para disimular la grave crisis económica que existía en la isla, para ese entonces. Las fiestas de San Andrés fueron catalogadas como de las mas populares desde la colonización, que tenia como sede la antigua capilla en el hospital San Andrés en la ciudad de Santo Domingo.

El libro del juego de San Andrés, describe como esta festividad por su peligro extremo llegó a convertirse en uno de los más importantes acontecimientos en el siglo XIX, hasta su control a principios del siglo XX. Algunos investigadores que han trabajado el tema, describiendo la ocurrido cada 30 de noviembre en la isla, plantean que era una odiosa diversión, existente desde los tiempos de la antigua colonia de Santo Domingo bajo la jurisdicción de España, hasta la etapa republicana a principio del siglo veinte, cuando fue prohibido en sus manifestaciones más agresivas, siendo reemplazado por el baile blanco de San Andrés. Este baile se llevaba a cabo en diferentes ciudades del país y sectores de la capital como Ciudad Nueva. Un aspecto más fastidioso era involucrar a personas ajenas a la morbosa al famoso juego, que dejaba heridos y hasta familias enemigas. Se resalta que los gobiernos de Báez y Lilís promovían la agresividad y el miedo a la población usando las travesuras del día, para distraer la población de los graves problemas políticos sociales y económicos de esos gobiernos, desde días anteriores a la fecha, la población estaba atenta a las tragedias que podían ocurrir con esos juegos tediosos el 30 de noviembre de cada año.

De acuerdo al artículo escrito en Listín Diario, por Alexéi Tellerías titulado "Lanzar huevos, harina, almidón y otras aguas”, este establece: "Durante un día de San Andrés, Ulises Heureaux (Lilis) iba por una de las calles de la capital dominicana, de repente, al pasar por un grupo que jugaba San Andrés, fue salpicado por gotas de aguas no tan puras, según dijo el historiador Román Franco, Lilis, al ser alcanzado por este líquido, mandó a comprar todos los perfumes y polvos con buenas fragancias en existencia en aquella urbe y ordeno entregar al pueblo, para que jugara con tales artículos en vez de usar huevos y demás elementos”.

Otro trabajo consultado para la redacción de este trabajo que relata con mucha claridad lo que ocurría para la fecha en cuestión, es "La Guía de Anécdotas, cuentos, crónicas y leyendas de la Ciudad Colonial de Santo Domingo”, de Kin Sánchez, publicado en el año 2011, donde establece que a pesar de que, presuntamente, Núñez de Cáceres se oponía a esa costumbre, conocida en sus primeros años como "Carnavales de Agua”, el 30 de noviembre de año 1821, habría permitido a su hijo usar su carruaje para el traslado de la cascarones de huevos.

Los divertidos jóvenes recorrieron toda la ciudad lanzando cascarones y recibiendo cataratas de agua de los balcones. En múltiples ocasiones volvían a la casa de don José para recargar más cajas de cascarones y dirigirse a otros puntos de la ciudad detalla la obra. Agrega que, de acuerdo al relato, los jóvenes circulaban ante la “indulgente mirada del ejército español que no sospechó, ni por un momento, que en realidad estaban distribuyendo cajas de armas y municiones ocultas debajo de las cajas de cascarones. El relato concluye diciendo que esta estrategia habría permitido a los seguidores de Núñez de Cáceres tomar la Fortaleza de Santo Domingo y proclamar de la independencia del 1 de diciembre del año 1821.

San Andrés y la fiesta blanca o baile blanco 

Los principales clubes sociales, casinos, parques y salones de eventos, el 30 de noviembre en la noche eran abarrotados por las familias de renombres de las diferentes ciudades y pueblos del país, con la finalidad de participar en la fiesta blanca o baile blanco de San Andrés.  Era un acto de gala, donde se hacía coronación a las señoritas de los pueblos y este se realizaba cada año. De acuerdo a informaciones recabadas por un servidor, encontramos evidencias de que la fiesta blanca se celebraba en Santo Domingo, Santiago, La Vega, San Pedro de Macorís, Barahona, Dajabón y Hato Mayor. Pero de un tiempo a esta parte, esa celebración cayó prácticamente en el olvido.

En la investigación que realizamos sobre el tema, nos encontramos con la publicación de dos trabajos valiosos en el periódico El Caribe, del 10 y el 17 de febrero del 2018, titulado: "Bailes Blancos de San Andrés I y II”. La periodista Sergia Mercado, autora del artículo establece: “Esas noches sociales las inició doña Amada Nivar de Pittaluga, presidenta del Consejo Nacional de Mujeres en los años 50, quien realizaba este evento pro recaudación de fondos para los necesitados. La actividad se denominó “Baile Blanco de San Andrés”, y fue muy popular y acogido por la alta sociedad del país, y en sus celebraciones eran elegidas varias jovencitas para concursar por el título de reinas del mismo. Para iniciar con la fiesta, se realizaba un desfile de cortejo de princesas, desde un punto céntrico hasta el lugar en donde se realizaría el evento, que regularmente se celebraba en el Hotel Jaragua o en el Casino de Guibia. La celebración tuvo lugar en dos etapas, de acuerdo a la investigación realizada”.

Luego de compartir estos saberes sobre la celebración que ya es cosa del pasado, es muy importante entender que tal como planteábamos al inicio, la cultura no es estática, se va transformando como todo en la vida, por eso las tradiciones se transforman con los tiempos, los bailes, la música, los platos, la lengua y la vida misma. La identidad cultural no es algo inmutable ni fijo, sino que puede cambiar, reformularse y verse influenciada por otras culturas. Este intercambio puede darse de manera amable y pacífica, a través de relaciones sociales, culturales o comerciales en las que los partícipes comparten prácticas, formas de pensar y se influencian recíprocamente. En otros casos, el intercambio se da de manera unidireccional y violenta, a través de relaciones de dominación, colonización y sometimiento, como las que conocemos todos.

Se hace necesario poner en valor estas tradiciones, que forman parte importante de nuestra identidad, de la vivencia y la cultura del pueblo, de esa cultura oral que vivieron nuestros abuelos y abuelas. Con este articulo busco ponerla en valor la celebración de esta fecha con su particularidad y sus hechos folclóricos, con la finalidad que se pueda recrear, sobre todo para que las nuevas generaciones sepan de ella, la conozcan y la disfruten, como lo hacían en otros tiempos, aun añadiendo elementos de estos tiempos, sin dejar de saber que la cultura se transforma por la necesidad del individuo. ¡Que viva San Andrés! Hasta el próximo domingo

Este artículo fue publicado el 28 de noviembre del 2022 en la plataforma cultural Foro Escrito