El poemario Ahora que todo pasa, de José Miguel García, fue presentado en San Francisco de Macorís, en un concurrido acto celebrado en el recinto de esta ciudad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

La presentación y valoración de la obra estuvo a cargo del poeta Félix García. Esta puesta en circulación formó parte del IX Festival Cultural Maestra Ana Luis Arias.

El poeta José Miguel García es integrante de la Comunidad Literaria Taocuántica, que dirige el poeta Ramón Antonio Jiménez.

A continuación el análisis escrito por el poeta Félix García:

Ahora que todo pasa.

Cero:

Pasa lo que es duda y muerte

Con Agreste nostalgia, dado al Armazón y ternura de la vida, Forjado en los Intentos llega, a la Mujer plenilunio y vastedad de la vida… ¿Por qué, Vasija rota en la orilla del rio?

Pasa el poeta

Crepúsculo gris

“Ahora que soy tan vulnerable, que no puedo ni mentirme a mí mismo, ¿qué espero?, ¿qué amor me abandona, si apenas estoy a mitad del agujero oscuro?

Los pajaritos de la ventana no han venido a verme. No llueve. No bate la brisa las cortinas. Y veo nubes más grises que yo, dibujando el vacío. ¿Por qué? Si respiro y puedo ver luz. ¿Por qué?

Martes. Echado en el lecho siembro un cuerpo de insoportable levedad. Renace el dolor del mismo dolor de siempre. Ya no puedo ¿por qué no puedo? Nadie me ha hecho nada ¿por qué?

Esa luz que enamora ventanas se ha fijado también en mí. Ella no miente, es libre. Puede ser mi luz, libre, breve, perdida." Pág. 29.

Visto hasta aquí, este gris poeta crepúsculo, debería yo, intruso invocador a quien no le importa el escritor sino su masa a comer, beber y saborear; motivar como hipótesis que el libro tiene cabeza, tronco y extremidades como todo buen poema. Algo así, como el árbol: nace, crece (¿muere?) y se reproduce. ¿Pero quién que motive la lectura de un texto es capaz de robarle el protagonismo al propio texto? Si ante el crepúsculo arranca con el yo gris que se quede vulnerable, el poeta.

Me quedo con Baudelaire:

“Pues yo busco el vacío, y lo negro y lo desnudo”.

O talvez ‘’Mejor me engendra el sueño, unas ganas de quedarme sin forma (F. Nolasco C)

El propio Baudelaire dice que: ‘’ hay que estar borracho. ¿pero de qué? De vino, poesía o de virtud de lo que quieras ¡es hora de emborracharse! Para no ser los martirizados esclavos del Tiempo, emborráchense.’’

Así evito las flores enfermizas… (de sus) mujeres malditas”, la vulnerabilidad y la rotura interior de poetas pesimistas o poetas malditos, con “corazones malditos y cámara de duelo”.

“La noche, la noche, esa amiga de pelo largo y resuelto, esa locura imposible de curar, esa melancolía, esa verdad hecha de vendajes, la noche, nuestra noche.

(Aprieto el puño, encierro mis días, abro la mano, vuela el insecto. ¿Quién soy? ¿Quién llama? Nadie).

La noche es un vendaval de ausencias y de esas cosas raras de los sueños, un escondrijo de reptiles prehistóricos que se asientan en la razón para que no vueles tan lejos.

Esa misma noche llega y se acaba, te salva, pasa de largo y levanta el cáliz precioso de los más sedientos, malditos”.  Pág. 39

Pero él comienza a flojar, a quemar lo “plástico” de una sociedad de esclavos, de hombres y mujeres bestias, monstruosa.

“Una inmensa oscuridad nace al tocar la burbuja de los sueños, y organizar cifras frías en el epitelio de los nacientes; nace al suicidio de un beso sin amor que solo enruinece los encuentros y no es más que basura plástica.

Nace una inmensa oscuridad al caer de bruces al pasto sintético y ser como las aves átonas que se consumen en el sol crepusculario.

Nace una inmensa oscuridad en tu cintura si te abrazo y no me abrazas porque siempre es tarde.

Nace una inmensa oscuridad cuando el puño se abre y no ves la flor herida ni es flor.” Pág. 18

Vemos entonces a ver si tú ves, como él no, no sé, si ve “la flor herida como flor o si ni es flor. O se comprende porqué “Somos una noche” en dos estrofas de ese poema:

“Cuando se hace noche se hace huida, recobran otra vida los caminos; nos despojamos de la nada, abrazamos al niño interior hasta ahogarlo y exprimirlo en sus miedos; nos volvemos piernas y bagaje de sombra para ni mirarnos y burlar al otro que habita en nosotros con su desconfiada mirada.

Somos la noche, pero la noche en verdad es ajena y libertina. Oh, su paraíso de intimidad, sus piernas largas; su voz de ángel blasfemo… se pudre sin tiempo el tiempo…” Pág. 25

Después retuerce al Eros macho, al Osiris frente a Isis, que calienta al frío, con un excelentísimo poema erótico a la poeta Mikenia Vargas:

“Me voy a levantar para soñar de nuevo

alimentar las gotas del mundo invisible

con mi respiración descalza

poner un pie en la más dura frialdad que habito

y el otro pie en el cálido vagido del sueño

Soy como un pez en la orilla

a media mitad del silencio

y el chasquido de mis ganas de vivir

y ella…

¡Ay!

Si me abrazara y abriera la ventana eterna

de un solo instante de su piel.” Pág.  45

Pasa que había decidido antes de mi primer verso, ser – porque qué razón tendría – sino ser un poeta maldito. ¿Qué es eso, sino la única razón de que todo arte tenga validez funcional, razón de ser?

“Estallará el volcán” modelo revolucionario de mi hermano mayor como expresión “poética” me pareció valiosa y horrible a la vez, en tanto primer poema de alguien no poeta: Único escrito por él.

Refiriéndose a los gringos un no sé quién no recuerdo escribió:

“Quien los parió no tiene trompa de Falopio entre sus piernas, sino cavernas”

Vista la época de oprobio imperialista, de ayer como hoy, funciona, pero desde el lenguaje y lo maldito del poema, No. Porque lo maldito es búsqueda y derrota a la vez; es silencio en explosión e implosión, como “Ahora que todo pasa”. Ocurre que: “la farsa” es inmensa.

“Tienes y tendrás igual que yo/tus dioses de espumas y tragedias. (FG)

Y saben ¿por qué? Porque el poeta es (si algo es) un niño in crescendo, sin palabras, sin voz, sin pisadas, sin camino… oscura sombra, inmensa oscuridad de sombras que mira huecos para pisar recuerdos que nueva vez aviva, testimonios que a veces piensa y hace memorias que nadie supo.

Por tanto, el epígrafe en el poema puede desafiar la poesía. J.M. Paulino juega al provocador y al secreto con J.M. García: “Ahora es una criatura escapada de su antigua realidad”.

Así es que llega a la Tao cuántica verdadera donde, al no ser lección de frío invernadero, ni escuela para embarrar cuadernos, ni soplo que imita e irrita el quejido del hombre como estornudo necio, ni sonido que ennoblece reales academias, ni mal decires finales que no atenten contra el sordo: el mismo infeliz que invitó al poeta a morir bajo el sol negándole el agua. A esa hermandad cuántica llega por ” la voluntad creadora [Planteada por Yeyé Concepción]… ‘’también la necesidad de ser útil de hacer para poder ser” lo escribe Ramón Antonio – el maestro Jiménez de esta forma: “El ideario estético tao cuántico da cuenta (en J.M. García) de sus más íntimas apelaciones, anhelos, vivencias e ideal de vida; se abraza de modo entrañable al postulado de Tao cuántica [Sabe mejor que lo que se ve] haciendo de ello su estilo de vida [cambiando “Bitácora del hombre triste] en “Mensajero de lluvia… de manera que al poetizar no inventa, no se da al imaginismo, al mero andamiaje de un lenguaje que conduce hacia ninguna parte. Testimonia sus vivencias experienciadas, vía lo vívido’’.

Pero al final, después de ser “la noche” y que: “Somos una noche” y no ver en “Plástico” como “una inmensa oscuridad nace… (y no siente) … cuando el puño se abre y no ves la flor herida ni es flor, si es flor” descubres que: ¿El sueño de no rendirse” es “sin resbalar (porque) otros podrán y pudieran irse, a la mierda, también”? Caes de rodillas al ligero vacío: “¡Déjame sueltas las manos y te obedecí papá/ abrí los brazos… y me dejaste solo”. ¿Hay que gritar la muerte?

No. Es ir con la estancia al fondo”. Es “ese niño”.

“Brisas, sobredosis de levedad y horas perdidas, pasan para quedarse en el misterio de una inesperada tarde. Se cuelgan con dedos de antaño en la cansada mirada, que puesta a la sabana inmensa queda absorta, prisionera del pasado. Cómo se detiene el tiempo si el alma se agita queriendo irse… Cómo me olvido de todo y renazco en ese niño desnutrido y descalzo, que era tan feliz allá, siempre allá, al fondo, en la inmensa sabana, huyendo al adulto que jamás quiso ser”. Pág. 101

Ocurre aquí, no como dijo el guionista de la película aquella:

“Más caballeros, más muertes. Tienen sus mentes podridas.

Los poetas no, no tienen sus mentes podridas. ¡Aunque sean, como deben ser, malditos! No tienen sus mentes podridas.

Por así sentirlo es por así decirlo:

“Volví a mi voz que se escapó del frío ya no era de otro de ningún desvarío. Reclamó mi nombre, su alimento, su nicho revirtió y se ataba a este mundo mío.

Un salto de luz cundió en el vacío cómo se espantaron los falsos amigos Ya estaba mi voz ardida conmigo dispuesta al amor que dejé dormido.

Nada ha sido en vano, mi leal delirio ni rebusco errores de sueños huidizos Basta esta canción del aire peregrino "Recobró su voz quien la había perdido". Pág. 100

‘’El poema es la biografía del poeta’’.  Ángel Antonio Herrera

Ya ves. Si lo que pasa el poeta pasa ahora, es tiempo, no volveré jamás a robarle su tiempo.