Muchas veces la distancia que separa pasado y presente posibilita un mejor entendimiento y evaluación de los hechos históricos. En 1985, por ejemplo, y luego de haber transcurrido dos décadas de la revolución de abril de 1965 y a un año de la poblada de abril de 1984, el narrador y crítico literario José Alcántara Almánzar publicó un breve ensayo en la revista Impacto Socialista (publicación del desaparecido Partido Comunista Dominicano) acerca de las repercusiones de la revuelta popular en la producción literaria en Santo Domingo.

En aquella época, donde todavía se vivía bajo el marco ideológico de la Guerra Fría, Alcántara Almánzar definió la creación literaria del ‘65 como la “literatura del estallido”, la cual a su parecer era caracterizada “por la agresividad, el compromiso con la circunstancia política, la espontaneidad, el carácter de crónica y la capacidad para testimoniar unos hechos sangrientos”. [1]

Para reforzar la zapata critica de su estudio literario Almánzar cita un fragmento del poema “Responso para Jacques Viau Renaud” de la autoría de Miguel Alfonseca

Responso para Jacques Viau Renaud (fragmento)

Toda la isla para ti compañero.

Toda la tierra agridulce de los pueblos para ti compañero.

Todos los hombres,

todas las mujeres,

todos los niños de las patrias

para ti compañero.

 

Derribado sobre el mundo/

entre la pólvora y los gritos,/

entre el llanto y los cantos libérrimos. 

Alfonseca leyó su poema en el funeral del poeta haitiano y mártir de la revolución de abril Jacques Viau Renaud quien dejó un legado tanto cultural como político resumido en pocas palabras en el panegírico pronunciado en su honor por su amigo el escritor Antonio Lockward Atiles: “[Jacques Viau] ha combatido por el nuevo Santo Domingo y por el nuevo Haití”.

El poema de Alfonseca es testimonio y crónica, como bien dijo Alcántara Almánzar, de un momento histórico marcado por el dolor y la impotencia colectiva. En este texto poético se encuentra el punto más alto de la solidaridad dominico-haitiana y el luto colectivo de artistas y escritoras/es ante la trágica muerte de Viau a la edad de 23 años, creador en ciernes que hizo un aporte significativo en su corta vida a la construcción de nuevos valores de vanguardia literaria en el periodo post-trujillista.

Pueblo, sangre y canto

La trágica muerte de Jacques Viau a manos de la soldadesca norteamericana representó un duro golpe para la cultura de avanzada y los artistas y escritoras/es agrupados en el Frente Cultural. Posiblemente movidos por la honda tristeza que afectó a toda una comunidad artística comprometida con la lucha, el Frente Cultural publicó el folleto Pueblo, sangre y canto, documento y archivo de la memoria poética que expresó el dolor y la rabia en versos dedicados a Viau y a la lucha del pueblo dominicano.

En su investigación literaria, Alcántara Almánzar disecciona el significado y alcance de esta primera publicación del Frente Cultural la cual reunió jóvenes poetas y poetas pertenecientes a generaciones anteriores. En ese sentido, el ensayo de Alcántara Almánzar reconoce el aporte de otras generaciones, resaltando la continuidad del compromiso social y el diálogo artístico-político entre jóvenes poetas y poetas pertenecientes a la vieja guardia:

“Los poetas que figuran en Pueblo, sangre y canto pertenecen a promociones distintas, pero en aquel momento compartían ideales políticos o simplemente se encontraban aglutinados en torno a una aspiración común. Pedro Mir es de los Independientes de los años 40 y ya en la década de 1960 era una especie de símbolo para los revolucionarios debido a su trayectoria anti- trujillista en el exilio, a su identificación con las mejores causas populares y a su poema Hay un país' en el mundo; Máximo Avilés Blonda, Abelardo Vicioso y Rafael Astacio Hernández pertenecen a la llamada Generación del 48; Ramón Francisco es un independiente de los años 50; y los demás, los más jóvenes, como Ayuso, Del Risco, Alfonseca y Caro, representan al grupo que posteriormente sería denominado como la Generación del 60, Y que otros califican de Generación ‘del 65.”

Pueblo, sangre y canto representa un ejemplo claro y veraz de la literatura del estallido. La presentación a cargo del equipo editorial del Frente Cultural expresa el compromiso social asumido en esa coyuntura social y cultural:

“El pueblo haciendo una revolución que cuesta ya más de tres mil muertos. La realidad insultante de una agresión armada de Estados Unidos. Los intelectuales y artistas dominicanos tienen que decir presente.

“Presente, pues, junto y dentro del pueblo en su combate heroico. Presente, pues, junto y dentro del grito de protesta que, de un confín a otro del país y del mundo, ha condenado la agresión norteamericana contra la Soberanía Nacional y el derecho de Autodeterminación del pueblo dominicano.

“Este grupo no seleccionado de trabajos de arte es una pequeña parte de la labor de los intelectuales y artistas durante la Revolución Constitucionalista.

Pueblo, sangre y canto, colección de poemas surgidos en la inmediatez del caos, dejaba por escrito la respuesta sensorial (o el grito) de varias generaciones que no titubearon en alzar sus voces en protesta ante la barbarie:

“El título de este grupo de trabajos, sin embargo, podrá abarcar en el futuro las obras que surjan del fragor de este combate definitivo del pueblo dominicano por la conquista de su libertad y de su justicia social, por la conquista de su Democracia.”

Pueblo, sangre y canto dejó un registro de la cultura combatiente que los chacales todavía han podido borrar.

Después de abril de 1965 ha llovido mucho, el arte y la cultura se ha manifestado en cien mil maneras gracias a la apertura cultural propiciada por la lucha democrática impulsada por la revuelta popular.

A pesar del tiempo transcurrido, abril de 1965 es una fuente viva para la creación cultural crítica y cimarrona. En ese sentido, consideramos que el legado del Frente Cultural y el espíritu de la cultura combatiente del ‘65 siguen vigente en esa hora crítica de luchas antifascistas, antirracistas, feministas y democráticas.

Notas

1.Alcántara Almánzar, José.1985. ”Abril del 65 en la literatura dominicana”, Impacto Socialista, abril/mayo, No.1, pgs.55-58.

muertos. La realidad insultante de una agresión armada de Estados Unidos. Los intelectuales y artistas dominicanos tienen que decir presente.”