Artistas y escritores participaron activamente en el levantamiento revolucionario del 24 de abril de 1965 y la posterior guerra popular de resistencia antiimperialista que enfrentó la invasión militar estadounidense.

Guerra civil, revolución y resistencia antiimperialista, la contienda armada de 1965 en Santo Domingo fue una expresión de grandes jornadas de lucha de clase constituidas en episodios sangrientos que aún no cicatrizan en el imaginario popular.

Abril del ‘65 fue tambien ruptura y gesta heroica canalizadora de resistencias, memorias colectivas e identidades pisoteadas, identidades populares y negras estigmatizadas y mancilladas por mucho tiempo bajo el poder de la elite blanca encarnada en el aparato propagandístico del trujillismo, sin duda alguna, el reflejo mas fiel del odio anti-negro y afrofóbico de la elite pro-hispanista y colonialista del patio.

En esos días de abril, la chusma (así veía y sigue viendo la élite o tutumpotes al pueblo negro, pobre y trabajador) tomaba las calles por asalto, eran las hijas e hijos de Machepa tomando la justicia en sus manos y moviendo las manecillas del reloj. En síntesis, haciendo historia.

Desde el instante en que las masas salieron a la calle respondiendo al llamado del poeta, educador, locutor y dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) José Francisco Peña Gómez a apoyar el contragolpe cívico-militar asestado a la derecha y sus aliados en Washington detrás del golpe de estado de 1963 a Juan Bosch, el pueblo dominicano comenzó a abrir los ojos y ha darse cuenta de la capacidad de movilización colectiva.

Periódico Patria.

Curaduría revolucionaria y popular

La revolución de abril fue fuente de enseñanza y laboratorio de investigación o escudriñamiento social acerca de nosotros mismos como pueblo y piezas claves de la sociedad.

En medio de la contienda armada se llevan a cabo una serie de combates ideológicos guiados por el ímpetu revolucionario. La producción cultural que se escuchaba, leía y miraba era parte de ese proceso de reinvención y cambio.

¿Qué palabras y canto le dieron aliento al pueblo? ¿Cuáles ideas impulsaron su lucha democrática? ¿Quien o quienes simbolizaron las ansias y sed de justicia de nuestra gente y pueblo?

El poema “Yo soy el pueblo, la chusma” de la autoría del poeta norteamericano Carl Sandburg (1878-1967) publicado en el periodico matutino Patria [1] durante el gobierno revolucionario en armas bajo el liderazgo de Francisco Alberto Caamaño Deñó, articuló el espíritu popular y revolucionario de ese periodo histórico. Sandburg, de orígenes suecos y proveniente de una familia pobre, trascendió su blancura y desde la izquierda se posicionó al lado de la lucha antirracista en los Estados Unidos.

Originalmente escrito en inglés, el poema de Sandburg fue traducido al español por el poeta catalan y exiliado republicano Agustí Bartra i Lleonart (1908-1982) quien estuvo un año en Santo Domingo en la década del cuarenta.

“Yo soy el pueblo, la chusma” apareció en el número 81 de la edición del 4 de agosto de Patria:

“Yo soy el Pueblo, la chusma, la multitud, la masa. ¿Sabéis que todas las grandes obras que existen en el mundo las he hecho yo…?”

En este poema Sandburg ubica al pueblo en el mismo centro de la sociedad y resalta el poder creativo de la gente común como hacedores de la belleza concreta y material. Hacedores en fin del sustento de la vida:

“Soy el obrero, el inventor, el que fabrica los alimentos y los vestidos del mundo.”

Para Sandburg, el pueblo es el motor del progreso o de la Historia:

“Soy el público de la Historia. Los Napoleones y los Lincolns han salido de mí.

“Ellos mueren. Y entonces yo mando a buscar a más Napoleones y más Lincolns.”

Los saberes y el ser popular brotan de la naturaleza como ramas de un árbol o las corrientes de un río que transmiten memoria colectiva:

“Soy la semilla de la tierra. Soy una pradera que soportará muchas labranzas.Terribles tempestades pasan sobre mí. Yo olvido. Lo mejor de mi es chupado y consumido.Yo olvido. Todo menos la muerte se acerca a mi, me hace trabajar y renunciar a lo que tengo. Y yo olvido.”

Sandburg nos hace recordar el rol revolucionario del pueblo y como de tiempo en tiempo, al igual que la cosecha, el pueblo se levanta, saca su cabeza, hace historia:

“A veces gruño, sacudo mi cuerpo y esparzo algunas gotas rojas para que la Historia recuerde. Luego yo olvido. Cuando yo, el Pueblo, aprenda a recordar; cuando yo, el Pueblo, aproveche las lecciones de ayer y no me olvide de quien me robó el pasado o me tomó por tonto…no habrá entonces en el mundo ningún orador que diga: ‘El Pueblo’ con un acento de burla en la voz o sonriendo despreciativamente.”

En la última estrofa del poema Sandburg encapsula lo inevitable: el despertar de ese gigante hecho pueblo devendrá en grito y revolución social tal como ocurrió el 24 de abril de 1965 en Santo Domingo:

“La chusma, la multitud, la masa… entonces llegará.”

El poema de Sandburg insta a la reflexión: imaginemos por un instante a la/os lectores de Patria leyendo este poema en medio de la contienda armada. Obreros y militantes revolucionarios recitando estos versos. Pueblo llano en lucha escuchando, leyendo, aprendiendo de Sandburg y de la memoria colectiva de otros pueblos, memorizando sus palabras y su canto. Identificándose en la claridad de un espejo que refleja estos versos.

Finalmente, la selección y publicación de textos literarios y traducciones en medio de la contienda armada (y mucho antes al estallido revolucionario) era un acto de curaduría revolucionaria y popular que buscaba, entre otras cosas, articular el sentir del pueblo dominicano restaurando la memoria de resistencias colectivas y su potencial como agente de transformación social.

Notas

1.Leemos en Patria que el director era Tulio Carvajal, militante del 14 de Junio; y la administradora Maria Mercedes Jiménez. En Patria laboraba un amplio equipo periodístico posiblemente conformado por militantes revolucionarios, intelectuales, periodistas, poetas, escritores y otros. Examinando la colección digitalizada del periodico notamos que se publicaban artículos sin firmar o firmados con seudónimos a lo mejor para proteger su equipo de redacción y colaboradores que denunciaban la ocupación yanqui. La valiente y valiosa labor de heroínas y héroes de abril de 1965 sigue pendiente por rescatar del anonimato.

Agradezco al equipo del Archivo General de la Nación (AGN) por haber puesto a disposición del público el periódico Patria.