Héctor Aristy falleció el año 2015. (ENTREVISTA RECUPERADA DE LOS ARCHIVOS DEL AUTOR)
Las conversaciones telefónicas del profesor Juan Bosch, Caamaño y Héctor Aristy terminaron con la esperanza de restablecer el poder civil que estaba desvanecido con el éxodo hacia las embajadas de las figuras políticas que asumieron la responsabilidad de conducir el Estado constitucionalista. Pero la estampida causó efectos también en la mayoría de los militares que iniciaron el movimiento.
Mientras se vivía en esa triste realidad, el pueblo armado seguía en las calles defendiendo su revolución al lado de Caamaño, Lora Fernández, Montes Arache, Alejandro Deño Suero (Chibú), Marte Hernández, Héctor Aristi, Héctor Lachgapelle Días y otros jefes civiles y militares.
Con el paso de los días las conversaciones telefónicas se repetían un, dos y tres veces ala días con el presidente Bosch preocupado por las malas noticias que le llegaban a Puerto Rico por diversas vías.
Recordó Aristy que en uno de estos momentos llegó Montes Arache y dirigiéndose a Caamaño y al primer ministro de la presidente le dijo: – ¡Señores yo tengo 48 horas combatiendo en la parte alta (por la calle Caracas) necesito que me sustituyan por unas horas!’’
La solicitud del jefe de los hombres ranas fue inmediatamente atendida con la decisión de Caamaño, Aristy, marte Hernández, Juan Manuel Lora Fernández y otros que se dirigieran hacia la parte alta a tratar de detener la ofensiva de penetración de la gente de Wessin y Wessin.
Comunicado del Alto Mando
La noche del 28 de abril fue que salió por primera vez un comunicado del Alto mando Constitucionalista firmado por la mayoría de los oficiales que se encontraban en combate en la zona liberada.
Previo a la circulación del comunicado, el 28 en la tarde, Aristy recordó que frente al vació de poder estatal le sugirió a Caamaño que asumiera la responsabilidad de ocupar la presidencia del Gobierno Constitucionalista.
Cuenta que Caamaño le dijo que él había llegado a la revolución con su fusil y su tío Deño Suero (Chibú), dejándole ver a Aristy que no le interesaba jugar otro papel que no fuera el de defender al pueblo y su revolución desde una línea de combate.
Ante la negativa de Caamaño de asumir la presidente, Aristy cuenta que se apoyó en Deño Suero (Chibú) e Illio Capocci para que lo convencieran pero que seguía intransigente llegando a decir que el jefe de la revolución era Hernando Ramírez y no él. Este criterio le fue ripostado por Aristy quien le dijo, según su testimonio, que él tenía que comprender que la guerra era un proceso violento y en consecuencia muchos de los que la inician se quedan atrás.
Asimismo, le reiteró que Hernando Ramírez no aparecía y que Lachapelle Díaz le había dicho que estaba en una embajada. ‘’La historia es así, hay hombres que caen y otros siguen’’. Le subrayó
Empero, a pesar de la insistencia de Aristy, Caamaño seguía encerrado repitiendo lo mismo: Yo vine a la revolución con un fusil y mi tío Chibú’’. Sin embargo, la insistencia de Aristy, su tío Chibú e Illio Capocci, lo hacen reflexionar arribándolo al convencimiento de que él era la persona indicada para asumir la dirección político-militar del gobierno.
En aquel momento que se logra convencer a Caamaño de asumir la presidencia de la república fue que -según Aristy- surgió la idea de redactar un comunicado anunciando la creación del Alto mando Constitucionalista. Documento que fue firmado por la mayoría de los jefes militares que estaban todavía en la revuelta. Aquí refiere de un incidente ocurrido entre Caamaño y un combatiente apodado Papi Fuafuá.
Comentó que el civil venía por unas de las calles de Ciudad Nueva con un oficial del CEFA que había sido apresado y lo maltrataba físicamente cosa que le molestó en demasía a Caamaño quien su dirigió a Papi Fuafuá de forma energice expresándole que a un prisionero no se le maltrataba y que él no iba a permitir actitudes como esa.
Previo a estos episodios se había producido otra llamada de Bosch donde le insistía a Caamaño y Aristy que designaran a Carlitos Nouel para que fuera a sacar a Molina Ureña de la embajada de Colombia, pero, los intentos fueron en vano, a la sede diplomática, pues era ¡Urgente! llenar el vacío que se había creado con su abandono del poder.
Atendiendo a las recomendaciones de Bosch, Aristy dijo que se designó a Carlitos Nouel para que fuera a buscar a Molina Ureña a la sede diplomática pero que los intentos fueron en vano porque Molina Ureña se resistía a salir. Entonces -afirmó- fue designado Barín Caamaño para que lo convenciera, pero tampoco lo logró.
Recordó que un tercer intento se hizo con el periodista Bonaparte Gautreux Pineyro y José Delio Guzmán quienes inventaron irlo a buscar en una ambulancia y cuenta Aristy que al sacarlo de la embajada (en la ambulancia) cuando pasaban por la Nunciatura, Molina Ureña, ordenó detener la marcha para penetrar a la sede diplomática del Vaticano donde por segunda vez se asiló dejando a fuera a los rescatistas quienes cansados de esperarlo optaron por retirarse.
Entonces, Aristy volvió a llamar a Bosch para contarle lo sucedido y Bosch le dijo: -¿Dónde está Peña Gómez?, -en la embajada de Méjico-, le respondió Aristy, -¡Pues llámenlo por teléfono para que salga de ese lugar!-
De inmediato, tomó el teléfono y al comunicarse con Peña Gómez este se mostró dispuesto a salir ‘’Lo que hizo inmediatamente dirigiéndose al comando de la calle Pina donde lo puse a hablar con las masas que estaban afuera.’’-¡Esa es la verdadera historia!-Subrayó.
El asalto a la Fortaleza Ozama
El primer intento que se hizo para tomar por asalto la Fortaleza Ozama ‘’es cuando Cornielle trató de romper el cerco que le teníamos tendido a la guarnición. Tuvimos varios días acumulando fuerza’’. Afirmó Aristy.
En ese intervalo contó que tuvo un encontronazo con el Nuncio Clarizio porque quería que Caamaño le firmara un papel en blanco apoyando una tregua, en plena operación militar contra la Fortaleza. ‘’Yo cogí el papel y se lo quite de la mano y lo rompí, lo que motivó que Caamaño me dijera que él era católico -cursillista-y le contesté- ¡pero tú no ves que éste es un diplomático! …Los primeros días Clarizio estaba con San Isidro , de eso no hay dudas. Esa y otras razones fue lo que me condujo a decirle a Caamaño que él no podía firmarle ese papel en blanco a nadie. ’’
El 1J4 se integró a la revolución
Los cartocistas -según Aristy- y otros dirigentes y militantes participaron los primeros días en la revolución de manera dispersa y unipersonal sin las orientaciones precisas de sus respectivos partidos. Dijo que le propuso a Caamaño celebrar una reunión con el IJ4, ‘’lo que aceptó. ’’
Para él, la dispersión manifiesta de los cactorcitas en los primeros días de la revolución tenía como explicación en las serias bajas que había sufrido su dirección y militancia con la caída de Manolo Tavarez Justo y sus compañeros en Las Manaclas. Pero, afirma que no solo se trataba de esa organización política sino de la izquierda en su conjunto que al momento de la revuelta estaba dispersa y perdida sobre los acontecimientos del 24 de abril.
Recordó que las dos o tres veces que hablo con los dirigentes del IJ4, sobre lo que estaba viviendo el país, lo que hacían es que se reían. Recordó que así pasó en una reunión que se celebró, antes de la guerra, en la casa de Luis Vidal donde le dijeron que no había un militar en el país de estirpe nacionalista. ‘’Así pensaban los catorcistas y demás líderes de izquierda ‘’
El 28 de abril en la noche -recordó- lo visitó el dirigente del IJ4 Arsenio Ortiz ‘’quien había pasado conmigo varios años de infancia en nuestro pueblo natal ‘’Las Yayas, de Azua. Su compueblano le dijo que Juan Miguel Román (el más prestigioso dirigentes catorcistas después de la muerte de Manolo) tenía interés de hablarme. Le dijo que si, que como mucho gusto lo recibiría.
La reunión se produjo. ‘’Y para mí fue impresionante la personalidad que proyectaba Juan Miguel Román…Era un hombre que a simple vista inspiraba confianza’’.
Refirió que el encuentro con los catorcista y Caamaaño se inició con la presencia de Amaury Germán Aristy, mi sobrino, y Moises Blanco Genao, Lozada Grullón, Fafa Taveras, Fidelio Despradel, Arturo Duvergé, Arsenio Ortiz y Juan Miguel Román. Cuenta que cuando llegaron Caamaño estaba medio dormido, descansando ‘’ y yo hice que se levantara de su camastro para iniciar el diálogo con los catorcistas. ‘’.
Reveló que en esa reunión se planificó el asalto a la Fortaleza Ozama. ‘’Yo le sugerí a los catorcistas que era el momento para que participaran como partido en la revolución, no como venía sucediendo de forma individual’’. Aquí sonríe para decirme que después de esa reunión Caamaño le dijo que él estaba muy cerca de esos comunistas. A lo que Aristy le contestó ‘’para él era táctico, necesario, prudente y conveniente decirle a ellos que iban a luchar al lado nuestro…’’
De esta manera, según Aristy, esta reunión fue muy importante para el IJ4 ‘’pues a partir de ese encuentro el IJ4 oficializó frente al presidente Caamaño su participación en la revolución logrando el visto positivo de Caamaño a su propuesta de tomar por asalto a la Fortaleza Ozama. Propuesta que ya había sido discutida en el Alto Mando Constitucionalista que sostenía el criterio de que era sumamente peligroso para la revolución que la Fortaleza estuviera en mano del enemigo enclavada en el territorio bajo su control.
Asimismo, consideró de muy positiva la presencia de Juan Miguel Román ´´porque este le produjo buena impresión, igual que Fidelio Despradel llegando a tener, en muy poco tiempo, mejores relaciones con los catorcistas que yo con ellos.’’.
Subrayó que Caamaño se dio cuenta que en esa juventud había arrojo, desprendimiento y sacrificio de lucha.
En ese contexto recordó que Caamaño responsabilizó al coronel Lora Fernández del asalto a la Fortaleza Ozama, acción que se hiso en coordinación con los catorcistas donde se destacaron Homero Hernández, Fafa Taveras, Lozada Grullón, Amaury Germán, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), Ulises Cerón, Orlando Mazara, Luis Parrih y otros destacados dirigentes del IJ4.
Retrocediendo a los primeros días de la revuelta militar l afirmó que a Policía Nacional estaba con ellos pero que esa posición cambió el día 27 de abril. Fue en ese momento que Aristy consideró oportuno que Caamaño hablara al pueblo.
Volviendo al asalto de la Fortaleza recordó que tuvo que bajar al muelle con Víctor Félix Peguero en una tanqueta para tomar la Comandancia del Puerto que estaba en los terrenos de la Autoridad portuaria.
Dijo que en esos instantes se encontró con Fafa Taveras y precisa que con mucho cuidado fue acercándose con la tanqueta al Placer de Los Estudios porque desde ahí las fragatas de la Marina de Guerra le podían hacer blanco con uno de sus cañones. Fue en este momento que Fafa Taveras salió del Comando del IJ4 y hablo con él tres o cuatro palabras.
Reveló que en esos días de acoso a la Fortaleza Ozama las relaciones entre el Alto mano Constitucionalista y los dirigentes del IJ4 y del PSP Asdrúbal Domínguez y Narciso Isa Conde se fortalecieron más pues esa acción los integro como fuerzas organizadas en la revolución.
Relató que en el asalto a la Fortaleza se conjugaron muchos factores, señalando entre ellos la comunicación telefónica el día 30 de abril con el jefe de los cascos blancos coronel Buellón Despradel quien comandaba esas tropas en ese fortín policial. le conminó rendirse ofreciéndoles como garantía que no le pasaría nada a los policías ya que a los constitucionalistas lo que les interesaban eran las armas que habían almacenadas en el lugar. Pero Buellón Despradel se negó a rendirse y Caamaño le pasó el teléfono a Aristy para ver si este lo convencía, pero tampoco pudo.
Fue entonces cuando Aristy le reiteró a Buellón que estaba cercado y que las tropas de San Isidro estaban desmoralizadas, pero de nada valió.
Ante la cerrazón de Buellón el Alto Mando Constitucionalista decidió iniciar una ofensiva sicológica llamando por teléfono a todas las secciones de mando de la Fortaleza y en ‘’en eso usamos una habilidad llamado como a las 9 de la mañana a San Isidro anunciándoles que las tropas de la Fortaleza habían caído bajo el mando de las tropas constitucionalistas lo que produjo que la Aviación bombardeara la Fortaleza que aún estaba en manos de los cascos blancos creando esto una mayor confusión en estas tropas que ya estaban desmoralizadas porque Caamaño fue su comandante y no querían enfrentarlo.’’
Reveló que una muestra de que ‘’los cascos blancos no querían pelear es que ellos tuvieron tiempo de salir y ocupar las azoteas de las casas de la zona colonial que estaban sola los días previo al operativo’’. Agregando que si eso hubiese sucedido la situación iba a ser más difícil porque había que ir eliminando a los agentes colocados en lugares estratégicos, lo que iba a dar como resultado muchas bajas.
Expresó que contrario a como pensaba mucha gente en el asalto a la Fortaleza sólo murió uno que otro combatiente e igual número resultó herido. Agregando en conclusión sobre este episodio de la revolución que ‘’este fortín colonial cayó definitivamente bajo las tropas de la revolución cuando unos aguerridos combatientes se decidieron marchar hacia ella ‘’con dos tanquetas y a base de obuses y tiros cayó finalmente en nuestras manos’’.
Llegaron los yanquis
Sobre la invasión de los Estados Unidos, Aristy respondió la interrogante que se hizo mucha gente ¿Por qué intervinieron los norteamericanos? Afirmando que ellos no tenían otra fuerza que no fuera la de ellos, porque sabían que sólo ellos, con todo su poderío, podían enfrentar a un pueblo armado y triunfante.
Reconoció que Caamaño cuenta con el mérito histórico de ser el único presidente de la república que se juramentó frente al Altar de la Patria. Reorganizándose desde este momento la organización del Estado constitucionalista, bajo las directrices desde Puerto Rico de Juan Bosch quien designo a Aristy Primer Ministro del Gobierno revolucionario, igual que Antonio Guzmán, para secretario de Agricultura (quien según Aristy se negó alegando que estaba retirado de la política), Salvador Jorge Blanco , para Procurador General de la República , Fernández Mármol sindico, José Abinader, en Finanzas y Jottin Cury Canciller de la República, sugiriéndole que hablara con Jottin Cury, antes de designarlo Canciller, lo que acepto sin reparo, según Aristy, . Entre otro nombramiento a civiles y militares.
Sobre el perfil del gobierno constitucionalista dijo que fue un modelo de democracia popular que se puede calificar de ‘’nacionalista, progresista y revolucionario’’. Basando su afirmación en que el Gobierno se apoyaba básicamente en la organización popular de los comandos unidades que fueron creadas por el propio pueblo para defender su revolución’’.
Reveló que se acordó (para una mayor participación del pueblo y un mejor control político) la Asamblea del comandante quienes en estos encuentros que se efectuaban con frecuencia tenían la oportunidad de plantear sus inquietudes y de ser informado por el gobierno revolucionario de la situación de la guerra y las tareas.
Dijo que el comando administraba justicia y practicaba una celosa moral. ‘’Cuando unos combatientes se enamoraban el comando los casaba’.
Destacó entre las eficientes formula de organización estatal el papel que desempeñaba el coronel Sucre Feliz desde la Dirección de Abasto quien tenían la responsabilidad de conseguir y suministrar el alimento al pueblo que lo conseguía a través del propio pueblo que desde el interior del país y tras las tropas guardarrayas del enemigo se abastecían las bodegas de abasto.
También resaltó la labor de la limpieza bajo la responsabilidad del Ayuntamiento Constitucionalista bajo el alcalde Fernández Mármol y la función de la Policía que mantuvo la disciplina en la tregua y en la guerra, aunque reconoció que hubo momentos difíciles al presentarse enfrentamientos entre algunos comandantes que se creían poseer patente para cometer fechorías.
Sin embargo, dijo que estos problemas fueron con medidas de fuerza y con persuasión. Cito entre los principales comandantes civiles de la revolución a: Barahona, Pujals, Fiquito, Evelio Hernández, Nene, Jaime entre otros.
También resaltó las labores que realizaron algunos militares entre los que citó a: Jesús de la Rosa, ‘’quien jugó un papel estelar en el asalto a la Fortaleza Ozama y durante la agresión de las tropas de Estados Unidos los 15, 16 y 17 de junio’’.
Asimismo, colocó en primer plano la labor desempeñada por el periodista Bonaparte Gautreaux Pineyro ‘’quien en los momentos del ataque de los yanquis en esos días difíciles del mes de junio llegó a decir que sentía miedo pero que no se iba de la zona, lo que para Aristy tenía más valor que el miedo inicial.
Lo mismo dijo de la participación de los artistas y los intelectuales citando entre ellos a: Yaqui Núñez, , ‘’Cambumbo’,Freddy Beras Goico, Mundito Espinal, Silvano Lora, Hugo Tolentino, Cándido Bidó, Pedro Mir, Abelardo Vicioso, Jacques Viaux, Antonio Lockward, Ramón Oviedo, Miguel Alfonseca, Janeth Miller, Asdrúbal Domínguez, Rene del Rico, Condesito, Ada Balcácer, entre otros.
Además, valoró el papel extraordinario desempeñado por los periodistas y locutores como Franklin Domínguez, Mario Báez Domínguez, Aníbal de Peña, Mario Báez Asunción, Ramón Cuello Báez, Pedro Pérez Vargas, Ercilio Veloz Burgos, Ramón Puello Báez, Ercilio Vélez Burgos, los periodistas Emilio Herasme Peña y Silvio Herasme Peña, González Fabra, Bonaparte Gautreux Piñeyiro, Guido Gil,
Alberto Malagón, Luis Reyes Acosta (mártires de la prensa) Juan José Ayuso, Chino Ferreras, Alfredo Manzano, quien siendo ingeniero jugó un rol importante como editorialista del periódico Patria.
Finalmente, al concluir su importante relato sobre su ejemplar participación en la epopeya del 24 de abril dijo que no podía decirme todas sus vivencias en esa epopeya del pueblo dominicano ya que tenía que reservarse otras hazañas para un libro que tenía en el tintero donde iba a revelar más detalles de otras experiencias vividas.