Sinopsis: “Perejil” se basa en la Masacre de 1937 cuando el dictador dominicano Rafael Trujillo ordenó la eliminación de comunidades haitianas en la frontera del país con Haití.

Género: Drama

Duración: 1:25

Nacionalidad: República Dominicana

Protagonistas: Cyndie Lundy, Ramón Emilio Candelario, Lía Briones, Madison Díaz, Attabeyra Encarnación, Andy Frestner, Cynthia Guzmán, Pavel Marcano, Gerardo Mercedes, Paloma Palacios, Raúl Plácido.

Director: José María Cabral

Perejil. Un drama sin entorno

Una de las grandes deficiencias que podría tener un film de carácter histórico, es carecer de contexto. Cómo narrar un suceso evadiendo su panorama sociopolítico. Relatar un acontecimiento histórico sin tocar, aunque sea de forma simbólica, las circunstancias que caracterizaron una época, es historiografía barata. Es símil a un anatomista que quisiese estudiar un cuerpo sin órganos.

Una de las limitaciones de este film respecto al hecho que narra, es que se queda en la fenomenología del hecho histórico, no profundiza en él. La historia transcurre en un anonimato social con pocos detalles que penetren o dejen percibir por cuáles razones se da la matanza haitiana en el año 1937; que, por demás, no solamente fue en los poblados que comprenden la provincia de Dajabón, sino que se extendió por el sur, Samaná y otros poblados del Cibao central.

Esta deficiencia contextual del film, limita los alcances de sus contenidos, enmarca la película en los territorios de una narrativa anecdótica, maniqueísta y superficial, como si la historia y sus vericuetos suceden por un asunto de víctimas y victimarios. No hay una tragedia social que no esté sustentada en un panorama socavado de contradicciones y conflictos políticos, en especial el tema de dos naciones que comparten una misma isla.

Ilustrar la matanza del 1937 en la zona fronteriza de Dajabón tiene poco sentido de no hurgarse en ciertos detalles del régimen político que imperaba en la época. Todo el que conoce un poco la historia dominicana, sabe de memoria el argumento que narra el film, pero no está muy claro cómo y por qué se estableció el conflicto. Dejo claro, no le estoy exigiendo al director que haga un documental histórico, estoy señalando que su película carece de atmósfera histórica, aspecto imprescindible en cualquier exposición de un fenómeno de índole humana, sin importar su género.

Filmografía y fotografía de Perejil

La puesta visual de Perejil está muy vinculada a la manera en cómo el director expone su concepto dramático, o sea, es ilustrativa. Se establecen muy pocos planos que apelen al drama del sujeto en el paisaje natural y rural. La visión fotográfica no muestra significados usando el lenguaje visual.  Se limita a sugiera más lo que ya sabemos que está sucediendo y sucederá. El planteamiento visual se queda en lo bonito visual y formal. Existen pocos momentos donde la fotografía por sí sola exprese más allá de los elementos narrativos latentes en el guion.

Los compendios formales del film están logrados sin proponer secuencias de algún valor artístico. Lo sonoro-visual no se utiliza como expresión alegórica para sugerir o enriquecer los contenidos del guion: lo sonoro-visual se limita a lo melodramático. No da mucha libertad interpretativa más allá de la visión del director. La escena y las secuencias están reducidas a mostrar de forma reiterativa ciertos episodios de la matanza.

Los dramas históricos realizados por grandes directores, por lo regular exploran en las posibilidades poéticas y simbólicas que ofrecen algunos planos cinematográficos, como el plano cerrado o los planos secuencias. Se manosea el impresionismo que impregna el cine “vérité” https://es.wikipedia.org/wiki/Cine_de_realidad. No estoy exigiendo que José María debió apelar a estos recursos, pero deja mucho qué sospechar sobre sus referentes cinematográficos (más allá del cine de industria) que un cineasta de tanto oficio y con cierto talento, no comprendiese que en su película el tratamiento fotográfico y la banda sonora eran también trama.

En un film de esta naturaleza, polémico por su tema, es inteligente evitar una fotografía obvia porque no aporta múltiples lecturas al tratamiento estético; no le da holgura a la temática, no posibilita que el enfoque dramático del director se aleje o se distancie de lo ideológico, de los fanatismos en pros y contras de la trama histórica que aborda la película.

Actuaciones y diálogos

El manejo de los actores tiene altas y bajas, y no están referidas a la caracterización de los personajes, ni al talento, sino a la dirección de actores que es muy desigual, por no decir pobre. La actriz principal (Cyndie Lundy) se expresa con una corrección léxica y gramatical que le resta credibilidad a su personaje porque a veces es retórica. Las caracterizaciones de Ramón Emilio Candelario y Pavel Marcano son un buen ejemplo de un manejo desigual de actores. Por otro lado, los diálogos de la trama son limitados y pobres, y se pudieron usar como un puente para darle más carácter social a la matanza.

La simbología del final

El final de la película insinúa la imagen del niño que nace en ese tejido laberíntico entre allá y aquí, el río que divide y une el destino de dos naciones.  Y que, a pesar del genocidio, la extinción de la etnia haitiana no fue ni será posible porque la historia ·sigue su agitado curso” sin importar la irracionalidad del odio y el racismo histórico que sentimos y expresamos sobre el pueblo haitiano.