Santo Domingo, D.N.
19 de mayo de 2022
Honorable señora
Faride Raful
Senadora, Distrito Nacional
Senado de la República
De mi mayor consideración y aprecio.-
Muy respetuosamente:
Le cuento que, durante muchos siglos las mujeres hemos vivido la agonía del ser o el exilio del ser, aun habiendo conocido/participado en todos los conflictos en que la Humanidad estuvo de frente a circunstancias inesperadas y, otras, de rangos más que universales, de conflictos no meramente materiales sino espirituales. Así, la vida, muchas veces, fue una prisión para nosotras sin ninguna otra afición que el silencio y las lágrimas.
Le cuento que, las mujeres (aun en el presente) vivimos en situación de riesgo, donde la búsqueda de la libertad, de la libertad de la palabra, de la libertad de pensamiento, de la libertad de movilidad tienen por consecuencias el vértigo, la vigilia, el precipicio del desvalor donde nuestra identidad aún se pretende castrar.
Le cuento que, si miramos el presente, y nos reflejamos en el pasado, una vez más la dialéctica es como una anagrama de la nada, un sin-reparo a los giros casuísticos donde el yo nuestro pretenden arrancárnoslos y, darnos como castigo el enigma de no comprender por qué continúa queriendo el patriarcado hacernos y que permanezcamos como una ´cosa´ irreflexiva.
Le cuento que, todas, quizás todas, tenemos un retrato olvidado en nuestro ayer, en nuestra niñez, cuando con originalidad procurábamos escribir los sueños truncos dejados por nuestras abuelas disimulados en una sonrisa sencilla, desde la otredad.
Le cuento que, hemos coleccionado infinidad de historia de mujeres y sobre mujeres y, todas tienen un solo hilo: sus acciones han sido olvidadas, sepultadas y pulverizadas, hechadas al vacío, desterradas de la memoria colectiva.
Le cuento que, en esta época actual, segunda década del siglo XXI, seguimos las mujeres en el nivel de lo onírico, fragmentadas, en los umbrales de las contra-lecturas, diferenciándonos en los libros del otro y de los otros; afectadas por la insensibilidad de las culturas que, desde hace unos 5,300 años originó el orden simbólico masculino/patriarcal, que es el eje del sin-sentido perceptivo y aperceptivo que nos hace invisibles, y levanta las ´sospechas´ de que el ágora del conocimiento, del saber, ha sido manipulado desde antaño para angustiarnos, sugiriendo que nuestro destino (para ellos) debe ser el suicidio emocional, el aprisionamiento, las brumas, cual si como ocurrió con Hipatia, cuando se pretendió que las conchas de ostras eran el arma para destruir su conciencia propia. Quizás, desde entonces, el mundo antiguo/masculino entró en una nueva en confusión; una confusión que persiste; confusión sin ojo ubicuo, sin ojo avizor, desmeritando que nosotras tejimos los hilos de la abundantísima luz que la Naturaleza despierta.
La experiencia me hace entender que, hay anhelos (nuestros) que cumplir, porque en el mar, en sus profundidades oceánicas, siguen hundidas las estatuas de nuestra Diosas, o sino, sin descubrir en el vientre de las grutas montañosas. Nuestras Diosas requieren que las narremos, que la rehabilitemos no de espalda a la asfixia de la opresión genérica, sino de frente a los árboles del bosque cuando iniciemos la senda de nuestro recorrido en medio de las tempestades.
Hoy continuamos en medio de las tempestades del patriarcado. Un patriarcado perseguidor, torturador, represivo, alucinado por seguir imponiendo su dominio, haciendo a las mujeres las agónicas antiprotagonistas de la Historia oficial; pretendiendo doblegar nuestras cosechas de sueños; provocando cataclismos; arruinando a la madre Tierra; asolando el presente y, despreciándonos como congéneres.
Mientras persista el patriarcado la connotación del ser, continuará sin reelaboración; no se produciría ruptura alguna en las ideologías; las mismas interrogantes estarán estereotipadas; el lenguaje no podrá reformular el mundo de otra manera y, las visiones sobre lo femenino persistirán como la mítica arquetípica de Penélope que nos llegó desde el occidente helénico.
Estado, Iglesia y Ejército fundamentan los pilares del patriarcado. Hasta tanto el Estado, la Iglesia y el Ejército estén regidos por el patriarcado, las mujeres continuarán siendo ´parte´ de una sociedad medieval.
La pregunta es, que si de continuar en la República Dominicana la visión androcéntrica en gobernantes y gobernantes; de la inmovilidad del patriarcado en todas las esferas del accionar humano; las mujeres seguirán tejiendo (metafóricamente) como Penélope, a la espera, no del ideal amatorio, sino del ideal absoluto de liberarse de la voz omnipresente que las llama a la obediencia, a callar su propia Historia, que es: la Contra-Historia que tenemos pendiente de escribir en este siglo XXI.
Por todo esto, finalmente, le cuento, Honorable Senadora, Faride Raful, que la palabra exacta para dar VOZ a lo que se espera que hagamos, es la PLENITUD.
La PLENITUD llega cuando reconstruimos todos los ámbitos de la vida de otras, de las que nos anteceden en el pensar, en el hacer, en el existir, para tejer (con las arrugas del tiempo) de manera autodefinitoria y autoafirmativa nuestra esencia y, ser en el mundo.
Cuando cumplamos, ser dueñas de nuestro destino, y se subvierta completamente a la palabra y al lenguaje, la autoría de la Historia será nuestra y, entonces, sólo entonces, la Diosa Clío celebrará nuestro NACIMIENTO, y podremos proclamar que, somos: Nacidas de sí mismas. Nacidas de nosotras mismas.
Mil gracias por reivindicar el legado de LAS SUFRAGISTAS, en el Salón de Actos de la Asamblea Nacional, el pasado lunes 16 de mayo del año en curso, en conmemoración del 80º del derecho al sufragio de las mujeres de la República Dominicana.
Ruego a usted, expresar mis agradecimientos al Honorable señor, Don Eduardo Estrella, Presidente del Senado y de la Asamblea Nacional, así como a los/las legisladores/as que estuvieron presentes en este trascendental evento, que se constituye de por sí en un HITO HISTÓRICO en este siglo XXI para la memoria de las generaciones presentes y de las que han de venir.
Siempre,
Ylonka Nacidit-Perdomo
Escritora e investigadora Sénior de género
Albacea y Custodia del Legado documental e iconográfico de ABIGAIL MEJÍA (1895-1941), PIONERA DEL SUFRAGISMO DE LA REPÚBLICA DOMINICANA.
Descendiente de la Josefa Antonia (Doña Lolí) Moreta de Perdomo (Barahona, 1906-San Juan, Puerto Rico, 1996), socia y tesorera de la filial de la Junta Provincial de Acción Feminista Dominicana (AFD) en la Provincia de Santa Cruz de Barahona. [1]. Maestra Normal de Segunda Enseñanza, graduada con la tesis «La Revolución Industrial. El socialismo de Carlos Marx». Directora a los 18 años de la Primera Escuela de Obreros de Barahona y Profesora del Instituto Politécnico «Loyola» de San Cristóbal.