El titulo corresponde a un emotivo artículo del mismo nombre publicado en ACENTO  (02-05-2016) por la destacada periodista dominicana Ylonka Nacidit Perdomo. También tomo prestado el primer párrafo del mismo escrito.

“¿Y, quién muere por la Patria? ¿Los que no tienen “vocación” de gloria, ni interés alguno en derrumbar las fáticas jerarquías del poder; los mediadores anónimos que se hacen rehenes de los murmullos que traen los enjambres de abejas insatisfechas; los enmudecidos por el asecho autoritario de las tropas; los alienados constantemente, victimarios y víctimas de sí mismos; los que al nacer odian, porque no confían en salvador ni en redentor alguno; los que se quedan sin sensibilidad en la piel cuando los golpes y las torturas le sellan la boca; los que pierden la propiedad de su tierra, aquella tierra donde vieron la luz del día, y mueren alejados de ellas, porque se la usurpan los que visten la ropa de aves de mal agüero”.

USA VS RD
La foto que dio la vuelta al mundo.

¡En la Revolución de abril del 1965 muchos dominicanos murieron por la patria! Esta revolución fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por la participación activa, militante y armada de las masas populares, con la finalidad de volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch.

La Revolución de Abril se inició el 24 de abril de 1965. Cuatro días después (28 de abril) los Estados Unidos invadieron el país activando la Operación Power Pack. El presidente Lyndon B. Johnson envió una fuerza de 42, 000 marines, para “garantizar la seguridad en Santo Domingo y para restablecer el orden”. ¡Y también para matar las ansias libertarias de un pueblo  pueblo soberano!

En la fotografía, con ribetes de estampa venerable, se observa a un ciudadano dominicano que armado de coraje, dignidad patriótica y decoro enfrenta a un soldado invasor dispuesto a morir por la patria. De este hombre del pueblo poco se sabe, poco se habla, poco se escribe. Poco se ha hablado de su ejemplar hazaña. La historia dominicana tiene una deuda con él y sus descendientes. Hemos tardado mucho para pagarla. ¡Todas las calles califican para llevar su nombre!