Carece de grandes líderes políticos. Sus partidos solo se activan en los procesos electorales. No hay, ni por asomo, confrontaciones ideológicas. Ya no alientan la guerra con sus tropas en ningún espacio del mundo. Su única gran preocupación es China con sus capitales en todo el mundo, con su poder industrial, con su dominio comercial, con su inmensa capacidad de consumo. Europa se le ha alejado demasiado, con el vanguardismo alemán y británico. Ya no dominan a su antojo a una América Latina cada vez más independiente y diversa. En fin, Estados Unidos está cada vez más desunido y ya lo de “superpotencia” le queda grande.