Edipo Rey, escrita por Sófocles en el siglo V a.C., es una tragedia clásica que explora la tensión entre el libre albedrío y el destino. La historia de Edipo, el rey de Tebas, se centra en su búsqueda incansable de la verdad, un camino que lo conduce inevitablemente a su propia destrucción. Edipo es advertido por el oráculo de Delfos de que matará a su padre y se casará con su madre. En un esfuerzo por escapar de este destino, huye de Corinto, donde cree que sus padres adoptivos son sus progenitores. Sin embargo, sus intentos de evitar la profecía solo lo acercan más a su cumplimiento.

A lo largo de la obra, Sófocles presenta la lucha entre el deseo de controlar el propio destino y la fuerza implacable de los designios divinos. Edipo, un hombre racional y decidido, confía en su capacidad para resolver problemas, como se ve en su victoria sobre la Esfinge. No obstante, su mayor triunfo  «convertirse en rey de Tebas» es también el primer paso hacia su tragedia. A medida que investiga el asesinato del anterior rey, Layo, desconoce que en realidad está buscando al responsable de sus propios crímenes: él mismo.

Edipo, a lo largo de la obra, representa la búsqueda del conocimiento y la verdad. Como rey de Tebas, Edipo demuestra ser un líder sabio y compasivo, decidido a salvar a su pueblo de la plaga que lo azota. Su determinación lo lleva a investigar el asesinato del antiguo rey, Layo, sin saber que descubrir la verdad significará su propia ruina. Sófocles utiliza esta búsqueda incansable de la verdad para destacar la ironía trágica: cuanto más se esfuerza Edipo por conocer los hechos, más se acerca a la revelación de su culpa. La obra, en este sentido, refleja la limitación del conocimiento humano y la ceguera de los personajes ante su propia realidad.

Uno de los aspectos más trágicos de la obra es la ironía dramática. El público, consciente de la verdadera identidad de Edipo y su destino, presencia cómo el protagonista, cegado por su orgullo y deseo de verdad, sigue una serie de pistas que lo llevan a su inevitable caída. La obra cuestiona la capacidad del ser humano para escapar de su destino y muestra cómo la ignorancia puede ofrecer una forma de protección frente a verdades devastadoras. Al final, cuando Edipo descubre la terrible realidad de que ha matado a su padre y se ha casado con su madre, se queda ciego voluntariamente, un símbolo de su ceguera metafórica a lo largo de la obra.

Otro elemento fundamental en «Edipo Rey» es el simbolismo de la ceguera. A lo largo de la obra, se presentan diversos ejemplos de personajes que, aunque pueden ver físicamente, están ciegos a la verdad. Edipo es el mejor ejemplo de esta ceguera simbólica: a pesar de su inteligencia y liderazgo, no logra ver la verdadera naturaleza de su situación hasta que es demasiado tarde. La ironía alcanza su punto máximo cuando Tiresias, el adivino ciego

A modo de idea final, Edipo Rey plantea una profunda reflexión sobre la naturaleza del destino y el conocimiento humano. A través de la tragedia de Edipo, Sófocles demuestra la impotencia de los mortales ante los designios divinos y la crueldad inherente en la búsqueda de la verdad. Aunque Edipo es un hombre valiente y decidido, su destino ya estaba sellado desde su nacimiento, lo que lo convierte en una de las figuras más trágicas de la literatura antigua.