El doctor Víctor Atallah, ministro de salud de la nueva gestión de gobierno del presidente Abinader, tiene el viento a su favor. Estamos en una coyuntura propicia, para masificar gradualmente, la atención primaria en salud (APS) en 32 provincias, 160 municipios y 248 distritos. El convenio entre ministerio y servicio nacional de salud al respecto, fue clave, la compactación interinstitucional es tarea pendiente.

Poco de lo realizado en República Dominicana puede ser clasificado como atención primaria en salud. Eso sí, en leyes, decretos, disposiciones, modelos y manuales, ninguna nación nos iguala. Un contrasentido, cientos de dispositivos jurídicos y legales, se aprobaron para regular una práctica social casi inexistente.

La nave del Estado perdió su rumbo. El gobierno tiene el reto de enderezarla. Hacerla volver al puerto de origen y zarpar de nuevo a revolucionar la atención primaria de auténtico sello dominicano.

Recomendamos, iniciar la implantación por la población asegurada del Régimen Subsidiado. Es decir, por los trabajadores de cuenta propia, con ingresos inestables e inferiores al salario mínimo, así como los desempleados, discapacitados e indigentes.

Un régimen, que acumula unos 5 millones, 749 mil, 762 de afiliados (titulares/dependientes). Se cubren 1,780,112 hogares, 3.23 personas por hogar. Asegurados por las sostenibles gestiones del gobierno nacional; sean estos hogares unipersonales, nucleares, extendidos o compuestos.

Es nuestra consideración los insignificantes  3 mil,700 millones de pesos que anualmente se invierten en el primer nivel de atención (UNAP), debieran ser elevados, significativamente. Vía el Ministerio de Salud (MSP) y su SNS, se requiere que el presupuesto próximo 2025, haga inversión respetable que ronde los 20 mil millones de pesos para implantar lo que denominamos “resiliencia integral” de la atención primaria.   

Financieramente los montos deben estar próximos a lo sucedido en la pandemia. Igualmente, para la permanencia de este financiamiento, luego de renovados los recursos humanos, materiales y tecnológicos de las UNAP, es pertinente crear el Fondo de Atención Primaria en el contexto del régimen subsidiado, gestionado vía un convenio de gestión entre el Ministerio, SNS y SENASA, tutoreado por el Gabinete de Salud, que gesta la vicepresidencia de la República.

La atención primaria en salud debiera ser el eje central de la reforma del sector salud. Para darle un enfoque de largo aliento a las acciones de resiliencia de la APS, el Ministerio de Salud, relanza la ruta o brújula del sector salud: el Plan Nacional Estratégico (PLANDES), relanzado por las actuales autoridades.

De abajo hacia arriba, implantemos acciones de impacto inmediato en barrios de grandes ciudades con población del régimen subsidiado. Seleccionemos por concurso público, médicos y enfermeras bien retribuidos, con supervisores y promotores patrocinados y dirigentes comunitarios voluntarios.

Atención primaria es la estrategia para solucionar 80% de casos. Es accionar con medidas de prevención primaria, secundaria y terciaria. Ejecutar acciones para que un embarazo no concluya en cesárea; una hipertensión no se convierta en infarto o una depresión, induzca al suicidio.

El programa debiera ser escalonado. No hay que construir centros del primer nivel de atención; más bien reclutar con objetividad y capacitar los primeros 5,000 mil promotores de salud. Líderes con equipamientos básicos, formulario familiar y habilidades diagnósticas otorgadas por universidades con programas como PUCMM, INTEC, UASD y UTESA, entre otras.

La pregunta es ¿por dónde iniciar las acciones que están pautadas en el relanzamiento del plan estratégico de salud 2030 por las autoridades? Entendemos que se debiera comenzarse por las grandes ciudades de la isla. En especial por las dos metrópolis, Santiago y el gran Santo Domingo. La nación está urbanizada y en estos asentamientos reside más del 70% de la población.

Si se va a iniciar de forma progresiva, por las grandes barriadas de la provincia Santiago, se demandan 462 nuevos promotores. El gran Santo Domingo requiere 1,634 agentes comunitarios de salud. A razón de 1 cada 750 familias de menos de 3.1 miembros. Ambos territorios exigen 45% del total de promotores.

Sin poner un block o una varilla, promotores o agentes comunitarios de salud (ACS), apoyados en médicos pasantes, estudiantes de medicina internos y enfermeras que ya están nombradas, pueden intervenir las diversas barriadas. Cada grupo con un mapa de 750 familias asignadas, una ficha familiar impresa o de seguimiento electrónico, con potencialidad de conectarse con el nuevo expediente único automatizado.

Es decir, tenemos condiciones materiales para instalar desde la base de la sociedad, constituida por los grandes barrios populares de las ciudades, la estrategia efectiva para prevenir, detectar y tratar a tiempo los procesos y enfermedades más prevalentes.

Muy en especial, aquellos que causan la muerte de la mayoría de 65,000 mil fallecimientos anuales que acontecen en la nación. Procesos asociados a causas determinantes de las enfermedades crónicas no transmisibles como sobrepeso, obesidad, hipertensión, diabetes, coronariopatías, accidentes cerebrovasculares y cánceres. Incluyendo ahí, los siniestros-accidentes del tránsito y la mortal violencia intrafamiliar.