¿Quién puede asegurar, con cien por ciento de razón, que una nueva intervención militar extranjera (¡Otra!) va a restablecer en Haití la paz definitiva, permanente e inalterable? ¿Quién puede garantizar que Haití podrá ahora enrutarse hacia la solución de sus enormes demandas sociales? ¿Quién puede afirmar que la delincuencia armada generalizada va a desaparecer definitivamente y que pagará sus culpas? Y la última: ¿Quién nos garantiza que la enorme masa haitiana en República Dominicana no será capaz de constituirse aquí en un poder político binacional?… (Esa posibilidad, nada remota, da grima).