En todo acontecimiento revolucionario se presentan actos que por su naturaleza se consideran "milagroso " o "suerte del destino". Es el azar que se mueve a nuestro alrededor de manera impactante en la vida, o la muerte.
En la insurrección de noviembre, encontramos la activa presencia y participación de una mujer ejemplar y de alto valor, en todos los aspectos. Una revoluciona a consciente y decidida: Picky Lora Iglesias. Diminuta en su físico, pero grande en conciencia, activó de manera heroica, en el Frente Juan de Dios Ventura Simó, en la guerrilla del 1963, bajo la dirección de ese prohombre, Hipólito Rodríguez Sánchez (Polo).
Con una movilidad ágil y tras su coartada o leyenda de maestra rural, se movía en los contactos y apoyo al destacamento guerrillero que desde el 28 de noviembre, hasta el día 10 de diciembre, se mantenía en posición defensiva o de huida, ante el asedio de las tropas regulares que lo perseguían.
En los pasos de logística, información y apoyo, nuestra heroína es sorprendida, al llegar una patrulla al bohío que le servía de apoyo. Rápidamente se metió debajo de la cama para no comprometer a los dueños de la casa y no ser detectada por los guardias. Pero dicen que las vainas, a veces se complican. El teniente que dirigía la patrulla le pidió al dueño dejarlo acostar en la cama, porque estaba muy cansado. Efectivamente, los guardias tenían todos esos días persiguiendo a los guerrilleros y ellos también estaban cansados.
Nuestra Picky, sintió el peso del oficial cuando el batidor (base de alambre en la que se coloca la colchoneta) de la cama, bajó y llegó al cuerpo de la frágil compañera. ¿Qué angustia sentiría al tener que permanecer inmóvil y despierta toda la noche con el peso del poder asesino sobre ella? ¿Qué difícil estar esas horas y escuchar por el radio del teniente, la caída del Frente de Juan Miguel Román? Esas pocas horas de nocturnidad le parecieron días interminables. Pensemos, si es o no es una situación estremecedora, propia de esas películas espectaculares. Y, en verdad ella vivió ese realismo tan difícil por todos los lados que lo veamos.
Pero la suerte de Picky, le siguió. Pudo salir al otro día en la noche. Ya los guardias se habían ido. Polo envió a Gonzalo Pérez Cuevas y a Arsenio Ortiz para que la buscaran. De regreso, iban con la debida separación y distancia- de pronto ella cae entre dos guardias que estaban escondidos en unos matorrales. le ordenan alto y le preguntan en tono de disgusto: ¿Qué hace usted aquí? Ella responde: " Vine a encontrarme con un hombre". "¡ Váyase de aquí que esto no es lugar ni hora para estar por estos lugares !
No hay descripción que refleje o explique el valor de Picky Lora. Ella pudo escapar de ser apresada, pero se entregó para salvar la vida del guerrillero herido, Rafael Pérez Modesto, porque escuchó que si no se entregaba lo dejarían morir desangrado.
Ya con los prisioneros, se encargó de atender y velar por su compañero herido. Ante su insistencia para que atendieran a Rafa Pérez, un guardia le dijo que no jodiera tanto que ella actuaba así porque era mujer y sabía que por eso no le harían nada. Nuestra heroína, con altivez y firmeza, le contestó al guardia: "Mire yo aquí soy una combatiente y no tienen que darme un trato privilegiado como mujer. Además sus actuaciones criminales no se paran frente al sexo, porque ustedes mataron a las hermanas Mirabal que eran tres trancas de mujeres"*.
(*) Vivencias de un guerrillero, Rafael Pérez.Pag.149.
Así era Picky Lora!!
Nota-1 – Las informaciones de este artículo provienen del libro de Rafael Pérez Modesto: "Vivencias de un Guerrillero" y de un artículo del periodista Miguel Guerrero titulado : "La Guerrilla del 63, secuela del golpe de Estado"