El 28 de abril, la Universidad Autónoma de Santo Domingo y otras instituciones patrióticas, colocaron a media asta sus banderas, en señal de duelo por el 59 aniversario de la segunda invasión militar norteamericana a Santo Domingo. Una invasión que ocurrió porque el pueblo dominicano se alzó en armas el día 24 de abril de 1965, para defender los valores de la democracia y la justicia, simbolizados en reponer al presidente el Prof. Juan Bosch, escogido en elecciones libres y limpias en 1963 y derrocado por un golpe de estado militar a los siete meses en el poder.
En la pasada semana en la República Dominicana se celebraron unos debates públicos, y cara a cara, entre candidatos a senadores, vicepresidentes y presidentes de la República. En un tiempo muy oportuno, cuando los líderes y entidades políticas deben mostrar la mayor unidad y patriotismo para enfrentar los retos y ataques que recibe nuestra nación, especialmente del gobierno norteamericano, que en estos días produjo un informe agresivo y calumnioso que presiona al país para que cargue con la crisis de Haití; lo que se agrega al agobiante endeudamiento del estado dominicano, por parte de inversiones y financieros extranjeros. De ahí que conviene recordar, que el cobro de una deuda pública, fue la causa más influyente de la primera ocupación del territorio nacional en 1916. Ahora, además de invadir militarmente a los países, existen más facilidades para asfixiarlos económicamente.
Estos debates consolidan la democracia como sistema político, y el capitalismo como sistema económico. Y fortalecen la esperanza y fe en el destino dominicano. En apenas dos horas vimos una lluvia de ideas, propuesta y planes; coincidentes entre sí, porque son los candidatos del sistema. Tal vez por eso mucha gente percibe a los políticos como que prometen mucho y cumplen poco. Esperamos que, según estas sabidurías, estos candidatos, y los otros que no participaron, hagan las cosas correctamente y que solo hagan las cosas correctas. Debido a que en estos países frecuentemente los lobos cuidan a las ovejas; y ciertos candidatos al ganar se montan en un tigre hambriento que podría devorarlos cuando se bajen.
Y a pesar de este panorama, resulta inexplicable, que tantos individuos aspiran a ocupar cargos en estos países; por lo que volvamos a valiosas lecciones del psicólogo Premio Nobel Daniel Kahneman al decir que la naturaleza humana es compleja e impredecible, cambiante, ambivalente y codiciosa, capaz de involucrarse en proyectos que no conoce. Que la mayoría de las personas actúan con exceso de confianza y desconocen el mundo, y no admiten el papel del azar; el cual a menudo determina más el éxito que el talento. Que muchos creen que el mundo es blanco o negro; sin matices rosados o grises, e imitan el comportamiento de los demás.
Y en cuanto al resultado de los debates, todos los participantes calificaron y fueron ganadores. Unos más que otros. Todos demostraron talento oratorio, razonamiento; memoria; y mentes controladas, sintéticas, respetuosas, al decir del psicólogo Gardner. Pero estos factores no son su suficientes; habría que evaluarlos partir de criterios políticos, técnicos, culturales, emocionales facetas más… complicadas para el gran público.
Finalmente, los recientes debates, en mi opinión y podría estar equivocado, no cambiarán los resultados de las elecciones de mayo; salvo fuerza mayor; ya todo está decidido por otros factores como la confianza, las estructuras políticas, ciertos odios y rencores, la política de alianza, la capacidad de hacer trampas, (los dominicanos somos hombres y no ángeles); y especialmente por la influencia del poderoso caballero don dinero. Pero con nuestras imperfecciones, estos debates y elecciones sirven de ejemplo a países como Haití, Cuba, Venezuela, y Nicaragua. Por lo que, a felicitar al pueblo dominicano por su nivel de madurez al construir estos niveles de consensos y diálogos y especialmente a los participantes y organizadores de estos debates.
Que jamás ocurran otras invasiones militares; y que continúen por siempre estos debates; tan constructivos y educativos. Que triunfen los mejores candidatos y ¡que viva nuestra patria soberana!.
** Este artículo puede ser escuchado en audio en Spotify en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván.