El libro "El Cerebro Femenino", de Louann Brizendine, neuropsiquiatra de la Universidad de California en Estados Unidos, plantea que existen diferencias biológicas en el cerebro femenino y masculino que influyen en los comportamientos y emociones. Repasamos los casos de mujeres destacadas, como los premios Nobel obtenidos por Madame Curie, en física y química; los obtenidos por Claudia Goldin y Katalin Karikó; el predominio de mujeres dirigiendo instituciones financieras mundiales, como Dilma Rousseff, el Banco de los BRICS; Christine Lagarde, el Banco Central Europeo; y Janet Yellen, secretaria del Tesoro americano. La existencia de mujeres como Minerva Mirabal Reyes y Camila Henríquez Ureña, quienes donde hablaban eran percibidas como las cabezas más pensantes o mentes más brillantes.
En fin, los reconocimientos a ejercicios de profesionales de las ciencias de la salud y del derecho, donde predominan ellas frente a ellos, llevan a pensar en la existencia de un cerebro femenino. Pero no. Porque la ciencia, a través de los conocimientos aportados hasta ahora y, humildemente conocidos por mí, por las trascendentes investigaciones sobre la Secuenciación del Genoma Humano y el Proyecto Cerebro, revelan que los genomas y cerebros de hombres y mujeres son iguales, y que no existen condiciones biológicas especiales asociados a un género ni a una raza.
En tal sentido, el libro de neurociencia "Compórtate" de Sapolsky plantea que el lóbulo frontal del cerebro humano, llamado de la personalidad", es la parte que más define la esencia humana y suele ser la última en madurar. Y que cuanto más tarde en madurar una zona del cerebro, menos influencia tiene de los genes y mucho más de la experiencia o el ambiente. Por lo que, cualquier individuo, sea hombre o mujer, puede desarrollar talentos y habilidades excepcionales; los que obedecen fundamentalmente a factores culturales y sociales.
Las evidencias indican que las mujeres, en el mundo y en República Dominicana, no se han destacado ni predominan en la política ni en la lucha por el control del Estado. Sin embargo, existieron damas, como Minerva Mirabal, identificadas por historiadores y biógrafos, como una mujer que obtuvo tanta cultura política y tanto desarrollo cerebral e intelectual que, junto a su esposo Manolo Tavarez Justo, inspiró y organizó el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, una de las agrupaciones políticas que más influyeron en el derrocamiento de la tiranía de Trujillo.
Él lo comentaba en público y en privado. “Mis dos problemas son los curas y Minerva Mirabal”. Parece que su zona patológica o enfermiza no le permitieron tolerar que ella se convirtiera en el símbolo más alto de coherencia y dignidad. Y no pudo conquistarla. Por lo que ordenó su asesinato junto a sus hermanas Patria y María Teresa y el héroe Rufino de las Cruz el 25 de noviembre de 1960; un hecho que contribuyó con el ajusticiamiento del tirano.
Y la misma Minerva fue el producto de un ambiente educativo y cultural en el que influyeron dos hombres: su padre, Enrique Mirabal Fernández, de gran talento comercial y empresarial, lo que le permitió acumular una importante fortuna; y su esposo, Manolo Tavarez, de indiscutible carisma y liderazgo. Sin ellos, posiblemente ella, no hubiera podido cumplir su papel estelar en la historia. Recordemos que el homenaje a su sacrificio y ejemplo, está pendiente y que las Hermanas Mirabal y las mariposas trascendieron y volaron por ella.
** Este artículo puede ser escuchado en audio en el podcast Diario de una Pandemia por William Galván en Spotify.