Con la participación de los países miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC), y el apoyo de la cooperación internacional, se desarrolló en Panamá, durante los días del 3 al 5 de octubre del presente año, el “Taller de consulta sobre mecanismo regional de asistencia humanitaria y sus protocolos”.
El Mecanismo Regional de Asistencia Humanitaria ante Desastres (MEC-REG), del Sistema de la Integración Centroamericana, diseña e implementa los procedimientos de instrumentos estratégicos, legales, operativos y administrativos que establecen la manera de organizar, articular y facilitar la asistencia humanitaria entre los países de la región.
Los países asistentes, como Estados parte de dicho mecanismo, estuvieron representados por las delegaciones de instituciones de las sectoriales de relaciones exteriores, emergencias, militar, empresarial y agencias de desarrollo. En grupos combinados y especializados los países revisaron los instrumentos de coordinación para la asistencia humanitaria de tránsito y envío terrestre, aéreo y marítimo de la ayuda humanitaria; enfatizando alianzas público-privadas, coordinación cívico militar y la actualización del plan regional de gestión integral del riesgo de desastres.
La jornada de consulta del MEC-REG y sus protocolos tuvo como propósito recopilar los aportes e insumos de los participantes para la actualización del mecanismo y sus instrumentos complementarios. En el evento se repasaron la estructura del mecanismo, así como los manuales guías que contienen los principios, orientaciones y lineamientos técnicos estratégicos que facilitarán la coordinación y gestión de la asistencia humanitaria internacional.
Estos esfuerzos harán posible la coordinación entre los países del SICA y CPREDENAC, estableciendo las formas y normas de los procedimientos que ayudarán a movilizar la asistencia humanitaria internacional cuando ocurra un desastre en una de las naciones de la región que, por un evento trágico, solicite ayuda.
Los participantes forman parte de los sistemas nacionales de gestión integral de riesgo de desastres que componen la región del SICA, así como de distintos actores humanitarios y el sector privado. República Dominicana estuvo representada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Comisión Nacional de Emergencias y la Defensa Civil.
En las mesas de discusiones estuvieron los países de Honduras, Guatemala, El Salvador, Panamá, Costa Rica y Nicaragua, y las conclusiones que se desprendan de este proceso servirán de insumos preparatorios del Foro Mitch+25 que se realizará en Honduras en los próximos meses.
El Mitch+25 será un encuentro para evaluar el huracán Mitch a 25 años de su impacto en Centroamérica. Una de las catástrofes naturales más destructoras de esa región, y que dejo más de 15 mil muertos, 8 mil desaparecidos y 2 millones de refugiados; sin calcular los daños ocasionados a las áreas vitales del desarrollo (salud, educación, agricultura, vías terrestres, telecomunicación, entre otras).
En el taller estuvieron presentes autoridades del Gobierno de Panamá, la Cooperación Suiza América Central, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, Organización Panamericana de la Salud (OPS), así como otras agencias de Naciones Unidas y la Federación Internacional de la Cruz Roja, quienes apoyaron la iniciativa que fortalece la colaboración en la región en materia humanitaria.
Los desastres son cada vez frecuentes e impactantes en los países que tienen iguales o distintos riesgos a ser afectados por eventos hidrometeorológicos, geológicos, sísmicos y sociopolíticos. Para República Dominicana, y otras naciones de la región, los fenómenos hidrometeorológicos son los que, principalmente, afectan debido al nivel de vulnerabilidad de segmentos de la población que sufren los estragos de las inundaciones.
Como país tenemos grandes retos que deberán pensarse y responderse a partir del acumulado que se lleva debido a la realidad del ordenamiento territorial que aumenta el peligro, lo cual nos obliga a reducirlos. No importa el evento o amenaza que ocasionen desastres, el país y la región están a tiempo de prepararse, estableciendo herramientas de coordinación que garanticen responder a un entorno cada vez más desafiante por los fenómenos naturales y humanos.
El programa del evento finalizó haciendo una reflexión sobre los instrumentos y la necesidad de que, desde los altos niveles políticos de los países, estos instrumentos y herramientas se asuman como parte de un ejercicio de gobernanza y gobernabilidad que apunten a transformar nuestras realidades y fortalezcan la resiliencia. Esto sin que los cambios políticos en la administración pública no alteren el curso de su aplicación en cada país.