Dedicado a D. Cuando te veo correr libremente y con los brazos abiertos pienso en los vuelos y los cielos de Juan Salvador Gaviota
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH, antes TDA), constituye un tema de primer orden en los sistemas educativos del mundo, llegando a serlo paralelamente en el campo de la salud mental. ¡Generalmente, en la mayoría de los casos, es mal abordado por los padres, los profesores y los cuidadores!
El TDAH se encuentra entre los trastornos más comunes que padecen los niños. Alrededor del 8.8 % de la población infantil del mundo muestra esta condición conductual, según el Reporte de la Organización Mundial de la Salud, OMS, publicado en el 2022.
La diferencia entre los términos TDA y TDAH tiene que ver con los síntomas. El TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) tiene tres síntomas principales: inatención (dificultad para enfocarse), hiperactividad e impulsividad. La mayoría de las personas con TDAH tienen dificultades en las tres áreas.
El TDAH puede tener consecuencias en: el rendimiento escolar del niño (bajas calificaciones), y/o el desarrollo de la personalidad (baja autoestima, sentimiento de inutilidad y frustración), y/o proceso de integración social (dificultad para relacionarse con otros, aislamiento, problemas de disciplina, rechazo social y discriminación).
Cuando se trata con niños con TDAH es necesario que todas las personas involucradas entiendan que es importante integrar al niño, para erradicar los estereotipos que conllevan la palabra “especial” y que sientan que son parte de un todo dentro y fuera de la familia o del aula.
Lo cierto es que, los niños con este tipo de trastorno siguen siendo niños como cualquier otro, a quienes se le deben respetar sus derechos, por lo que es importante que mediante la educación, la tolerancia y la paciencia se favorezca su integración en el entorno que los rodea, para formar ciudadanos dignos, capaces, felices, solidarios y responsables.
En este sentido, hemos preferido presentar dos versiones de los derechos del niño con TDAH. La primera es tomada de un portal muy bien documentado sobre el tema: con su sede física en Guadalajara, México. (https://hablemosdeltdah.com/que-es-el-tdah/).
El niño con TDAH debe:
- Ser tratado con respeto e igualdad frente a otros niños y adultos.
- Vivir en un ambiente familiar seguro, organizado y bien estructurado.
- Recibir una adecuada supervisión ante el riesgo de accidentes relacionados con su inquietud e impulsividad.
- Asistir a una escuela de educación regular independientemente de la gravedad de su problema.
- Recibir una educación flexible, con apoyo especial en el aprendizaje y, de ser necesario, mecanismos alternos de evaluación. (Es recomendable el desarrollo de las pruebas escritas en dos sesiones como mínimo, observando la necesaria flexibilidad de su duración).
- Contar con espacios y oportunidades para la práctica de una actividad deportiva.
- Recibir estímulos para ejercitar su mente principalmente a través de la lectura y los juegos de agilidad mental y destreza.
- Recibir tratamiento médico y/o psicológico para su problema.
- Recibir una evaluación familiar que permita al médico o al psicólogo detector áreas de intervención.
- Contar con las facilidades para que sus padres también sean tratados si padecen TDAH o algún otro trastorno mental.
La segunda versión es tomada Ruth E. Harris Northnew. (sf). The Reading Clinic: Declaration of the rights of the child with ADHD. Canadá. https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/una-declaracion-de-derechos-el-nino-y-la-nina-con-tdah.html
- "Ayúdame a concentrarme". Por favor, ayúdame a través del sentido del "tacto". Necesito "contacto" y movimiento corporal.
- "Necesito saber qué viene después". Por favor, dame un ambiente estructurado donde haya una rutina establecida. Avísame con anticipación si va a haber algún cambio.
- "Espera, todavía estoy pensando". Por favor, déjame ir a mi ritmo. Si me ´metes presión` quizás me confunda o me agobie.
- "Estoy atascado, no puedo hacerlo". Por favor, ofréceme opciones para solucionar los problemas. Necesito conocer las alternativas si me atasqué en el camino.
- "¿Está bien? ¡Necesito saberlo ahora!" Por favor, dame información abundante e inmediata sobre cómo lo hago.
- "No lo olvidé, en primer lugar, no lo oí”. Por favor, secuencia las instrucciones una a una y pídeme que repita lo que creo que me dijiste.
- "¿Terminé ya?". Por favor, asígname periodos de trabajo cortos, con metas a corto plazo.
- "¿Qué?". Por favor, no me digas "ya te lo he dicho". Dímelo otra vez, con otras palabras. Dame una señal. Dibújame un símbolo.
- "Ya lo sé, seguro que lo he hecho mal, ¿verdad?". Por favor, felicítame por mis logros por pequeños que sean. Prémiame por mis aproximaciones al éxito y no sólo por la perfección.
- "Pero, ¿por qué me gritas siempre?". Por favor, "píllame" haciendo algo bueno y felicítame por mi conducta positiva. Recuérdame (y acuérdate) de mis fortalezas cuando tenga un mal día.
No se trata de no hacer nada, sino de hacer lo correcto en cada situación. Con paciencia, inteligencia y corazón ¡También usted puede sacar buenas o malas notas como padre o como profesor.