Francia se afronta a una virtual “tercera vuelta” de las elecciones presidenciales. Podría parecer un contrasentido pero no lo es. Pasadas las dos vueltas presidenciales, en las cuales quedó reconducido en su segundo mandato el presidente Emmanuel Macron en abril pasado, el próximo 12 de junio se celebran elecciones legislativas para renovar la Asamblea Nacional. De ese parlamento sale electo el primer ministro y el gabinete de gobierno.
Recordemos que Francia no es un sistema presidencialista como en EEUU o los países de América Latina. Debido al sistema electoral y constitucional existente, de esa elección de junio próximo sale el primer ministro, que es el jefe del Gobierno según la constitución de la V República. La Jefatura del Estado, representada por el presidente de la República tiene también amplios poderes ejecutivos, a diferencia de las repúblicas parlamentarias como Alemania, Italia, Grecia o Portugal entre otras. Como explicamos en un articulo anterior (“Où va la France?”) en esta misma columna, el equilibrio salido de las presidenciales ha resultado en una presidencia débil que podría confirmarse en las legislativas.
El presidente Macron obtuvo 27,85% en la primera vuelta del 10 abril pasado, equivalente 9,7 millones de votos. Con una población habilitada para votar de 48,7 millones de votantes, es uno de los resultados más pírricos para un presidente reelecto en Francia. Esa cantidad votos es menos del 20% de los votantes. En la primera vuelta, la señora Marine Le Pen, del Reagrupamiento Nacional (RN), heredero del Frente Nacional de extrema derecha, obtuvo 8,1 millones de votos, equivalente al 23,15% para clasificar en la segunda vuelta. Pero el candidato mejor situado de la izquierda francesa, el ex ministro y ex senador socialista Jean-Luc Melenchon obtuvo, sin alianzas con el resto de la izquierda, 7,7 millones de votos para un 21,95%, postulando por el partido La Francia Insumisa. Otro elemento llamativo es que las barriadas populares del “cinturón rojo” de París y las mas importantes grandes ciudades que eran ganadas cada vez mas por la extrema derecha lepenista, fueron recuperadas por Melenchon con una impresionante movilización del voto joven –mas del 90% en la franja de 18 a 35 años- y el voto de los barrios de migrantes, norteafricanos y subsaharianos.
Desde 2008, el señor Melenchon, que había salido del Partido Socialista, su partido original, para fundar en aquellos años el Partido de Izquierda, está en el centro de la política francesa desde entonces. Posteriormente Melenchon fue candidato del Frente de Izquierda, con su Partido de Izquierda, el Partido Comunista Francés, la Izquierda Unitaria y otros partidos menores, que además participaron juntos en 2009 en las elecciones europeas. En las presidenciales de 2012, Melenchon por Frente de Izquierda obtuvo 11,11% de los votos. En las presidenciales de 2017, Melenchon vuelve a participar como candidato de un frente de izquierda, en esa ocasión con la creación de La Francia Insumisa. En esa ocasión llega en cuarta posición en la primera vuelta con una votación de más de 7 millones de votos para un 19,58% muy cercano de François Fillon, representante del partido de la “derecha de gobierno” o tradicional, Los Republicanos (LR), que obtuvo 7,2 millones de votos y un 20,01%.
En esas elecciones el actual presidente Emmanuel Macron fue a la segunda vuelta con la señora Marine Le Pen, quien obtuvo 21,3% en primera vuelta y 33,90% en segunda vuelta, frente al candidato Macron, que con un movimiento formado 4 meses antes de las elecciones, La República En Marcha (LREM), obtuvo 8,6 millones en primera vuelta para un 24,01% y un 66,01% en la segunda vuelta para 20,3 millones de votos. En esta ocasión el presidente Macron, luego de 5 años de gobierno neoliberal y atlantista, y dos años previos como ministro de Economía y Finanzas del gobierno del presidente François Hollande, obtuvo 18,7 millones de votos, casi dos millones menos que en 2017.
¿Por cuál razón hacer un recuento tan largo de las ultimas elecciones en Francia? ¿Qué importancia tienen para el resultado actual y las próximas elecciones legislativas? En primer lugar, es claro que en la segunda vuelta, es ya tradicional que todo el espectro político apoye el candidato que enfrente la extrema derecha, como pasó en 2002 cuando Jacques Chirac obtuvo el 82% de la votación para evitar que pasara el padre de Marine, Jean Marie Le Pen. Lo mismo sucedió en 2017 y en este 2022. Pero hay un elemento a poner de relieve. Mientras la extrema derecha lepenista obtuvo 18% en la segunda vuelta de 2002, 33% en la segunda vuelta de 2017 y en este 2022 un 41%, la izquierda fue incapaz de proponer un proyecto común en ninguna de esas ocasiones.
Los resultados del gobierno del socialdemocrata de François Hollande de 2012 a 2017, significó el inicio del naufragio del Partido Socialista por sus políticas neoliberales “sin complejo” –a decir de Manuel Vals, ex primer ministro- que de haber ganado en 2012, quedó en 6,36% en 2017 con el candidato Benoît Hammon, y en 2022 un 1,7% con la candidata alcaldesa de París, Anne Hidalgo. La realidad es que tanto en 2017 como ahora en 2022, el candidato favorito para “los elefantes” derechizados del PS, ha sido el presidente Emmanuel Macron. Los Verdes, de Europa Ecología Los Verdes (EELV) quedaron con 4,63% (1,6 millones de votos) y el PCF con 800.000 votos un 2,3% y el PS como vimos un desastroso 1,7%, para poco mas de 600.000 votos.
En un tiempo record de dos semanas, Melenchon propuso a toda la izquierda, un proyecto de Unión Popular para las elecciones legislativas del 12 de junio próximo, que ya había levantado antes de la primera vuelta. Y las negociaciones fueron totalmente exitosas acordándose un programa común en una boleta común: La Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES). Establecer la edad de retiro a 60 años –a diferencia de Macron propone 65 años-, un salario minimo de 1.400 euros y una subvencion a los jóvenes estudiando de 1.043 euros, la derogación de la reforma laboral de Macron, la apuesta por la ecología y la agricultura biológica, una política de No-Alineamiento de Francia frente a los EEUU, Rusia, China o la OTAN…entre las mas relevantes. Desde el triunfo de François Mitterrand en 1981 con el Programa Común de la Izquierda, encabezada por el PS, el PCF y el MRG, no había sido posible otra unión similar. Para el 1997 cuando ganó las legislativas el socialista Lionel Jospin, hubo un acuerdo parcial. Cuarenta años después, la izquierda francesa podría tener la oportunidad de ganar la legislativas, frente a una coalición de centro derecha del presidente Macron y una candidatura de extrema derecha de la señora Le Pen. Como dijo el viejo caudillo de la derecha dominicana, “si las matemáticas no se equivocan, el camino malo está cerrado”. La sumatoria simple de los resultados de los cuatro partidos aliados, LFI, PCF, PS y EELV suman más de 31% y 11 millones de votantes. A esto habría que agregar el efecto estimulo al voto abstencionista y en blanco que se registró en las presidenciales pasadas de mas de 13 millones de votos. Es necesario aclarar que tanto el bloque de extrema derecha (Le Pen), neoliberal de derecha (Macron) como la izquierda ahora unida tienen el mismo peso electoral de unos 11 a 12 millones de votos. La diferencia puede provenir de la movilización del voto abstencionista y en blanco.
El sistema de la V República ha conocido como “cohabitación” en 1986 a 1988 entre Jacques Chirac, de derecha, como primer ministro de François Mitterrand; en 1993-1995 con Edouard Balladour, también de derecha, como primer ministro de François Mitterrand y en 1997-2002 con Lionel Jospin del Partido Socialista como primer ministro de Jacques Chirac en su primera presidencia. El sistema político de Francia lo contempla. La crisis social, ecológica, política, económica tanto de la post-COVID como la crisis geopolítica de la guerra en Ucrania requieren de Francia jugar un papel de primer orden y remover las certezas que han llevado hasta esta situación las políticas neoliberales desde 2002.