El 10 de marzo del año en curso, la Dirección de Evaluación de la Calidad de la Educación del Ministerio de Educación de la República Dominicana presentó los resultados del estudio realizado por ERCE en el año 2019, relativo a la Prueba de Escritura aplicada al tercer grado de la Educación Primaria. Este estudio vuelve a colocar a la República Dominicana en una situación difícil en el ámbito educativo regional. Los niños de tercer grado tienen problemas para escribir. En este contexto, el debate sobre la formación docente se reactiva.  Se habla mucho sobre este tema y el discurso continuará hasta que se formulen políticas educativas y sociales que lo aborden y apliquen con una perspectiva integral. Las dificultades para leer y escribir tienen una importancia alta. Los factores que inciden para que estas dificultades se produzcan son múltiples. Pero estamos de acuerdo en que la formación de los docentes es decisiva para mejorar, de forma cualitativa y cuantitativa, tanto la lectura como la escritura de los niños de todos los grados. Mantener el debate sobre la formación docente constituye una oportunidad para arribar al establecimiento de un contrato social y educativo que posibilite la erradicación de este grave problema; un contrato a favor de procesos que tengan como foco la calidad, la humanización y la inclusión de los profesores. Para no quedarse solo en el debate y empezar haciendo como plantea el pedagogo Pedro Poveda, es necesario dar pasos que permitan:

-Avanzar hacia un sistema de formación docente que fortalezca el desarrollo profesional, social y político de los profesores. Ha de ser un sistema que les permita el establecimiento de rupturas en el aula y fuera de ella con prácticas educativas inconsistentes y descontextualizadas. La formación docente refleja carencia de solidez; y esto afecta la calidad de los aprendizajes y de las experiencias educativas. Afecta, también, la calidad de la democracia y de la vida de los estudiantes y docentes. Si los que forman adolecen de una formación distante de la calidad y de la pertinencia, los estudiantes experimentan problemas para apropiarse de nuevos conocimientos y aplicarlos con adecuación.

-Potenciar las capacidades de los docentes para que promuevan cambios en las políticas institucionales de los centros educativos y de las instituciones de educación superior que favorezcan la calidad de los aprendizajes, la organización y la participación de los estudiantes en un contexto de inclusión y de equidad. El desarrollo de las capacidades ha de producirse en todas las dimensiones y ámbitos. Es tiempo de que desaparezcan de los docentes los hábitos de consumo y reproducción casi exclusiva de lo que otros producen. Es hora de que los docentes, en sentido general, tengan un rol profesional y político-cultural más estratégico. Es tiempo de que construyan un poder intelectual, social y político que resitúe su presencia en la sociedad y en el sector educación.

-Integrar la investigación como eje imprescindible de la formación docente, que le permita a estos una contribución efectiva en la transformación del aula y del centro educativo como espacio de información y aprendizajes fundamentados; y como lugar en el que viven los valores de la igualdad y de la democracia educativa y social. La formación docente no puede solo descansar en la adquisición de conocimientos específicos de los campos de las ciencias. No. Ha de contar con un fundamento social y político que les permita a los profesores el compromiso con cambios estructurales en la organización social del país y en el sistema educativo dominicano. Urge desprivatizar la investigación de las instituciones de educación superior y de los laboratorios. La investigación tiene que permear el trabajo que se realiza en los centros educativos del ámbito preuniversitario. Este proceso posibilita que la experiencia educativa se mantenga actualizada y desarrolle innovaciones que impacten los aprendizajes de los estudiantes y refuercen la incidencia socioeducativa del centro educativo.

-Promover una formación docente que les aporte a los profesores visión analítica y estratégica para incidir en la formulación y aplicación de políticas educativas y sociales que contribuyan a la superación de la segmentación de los estudiantes, de las familias y de los territorios de los que proceden. Un centro educativo en el que la segregación escolar impera, constituye un obstáculo para el fortalecimiento de los derechos humanos. Los centros educativos han de ser espacios en los que estos derechos se ejerzan y se construyan nuevos derechos.

-Por último, fortalecer en las instituciones formadoras de docentes la necesidad de un trabajo articulado, que contribuya a la superación de una formación docente fragmentada y con mayor desigualdad en las aulas, en el sector educación y en la sociedad.

El debate es una técnica que facilita la movilización del pensamiento, de las ideas y de las decisiones. Mantener vivo el debate de la calidad de la formación docente ayuda. Pero este debate tiene que conducir a decisiones concretas y efectivas del Ministerio de Educación y del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Asimismo, tiene que activar la acción de la sociedad. Ninguna de estas instancias puede eludir responsabilidades. Estos retos y desafíos demandan respuestas; y las instancias aludidas son las responsables de aportarlas.